El diálogo triunfa sobre la lucha sindical

3 octubre, 2011

La plantilla de Mercedes Benz dio luz verde el viernes al convenio colectivo pactado entre la empresa y la mayoría sindical. Un acuerdo que permitirá mantener la producción en Vitoria hasta, al menos, 2024. El acuerdo laboral tendrá una vigencia de cinco años, pero, más allá de eso, supone un espaldarazo a la política de […]

La plantilla de Mercedes Benz dio luz verde el viernes al convenio colectivo pactado entre la empresa y la mayoría sindical. Un acuerdo que permitirá mantener la producción en Vitoria hasta, al menos, 2024. El acuerdo laboral tendrá una vigencia de cinco años, pero, más allá de eso, supone un espaldarazo a la política de negociación y un duro varapalo para los sindicatos que hace tres meses se levantaron de la mesa de negociación y optaron por las huelgas y las movilizaciones como medida de presión.

ELA, LAB, ESK y CGT ostentan trece de los 27 representantes de los trabajadores en la planta. Todos ellos decidieron levantarse de la mesa de negociación al escuchar las exigencias del presidente de Mercedes España, Emilio Titos. Titos aseguró entonces que la fabricación del nuevo modelo en la planta de Vitoria estaba supeditada a una reducción importante de los costes laborales, para garantizar así su rentabilidad.

Estos costes laborales, entre los que se incluyen los salarios, debían bajar, según Titos un 10%. También reclamó en público una mayor flexibilidad para adaptarse a los plazos y a las demandas. Al mismo tiempo, la dirección de la empresa exigió a sus proveedores una reducción de los costes de hasta el 25%.

Aquellas eran unas propuestas de máximos, que los sindicatos no aceptaron y no supieron manejar. En lugar de poner sobre la mesa contrapropuestas u otras exigencias, optaron por la vía de la presión sindical, con convocatorias de paros y movilizaciones. Paros que finalmente fueron suspendidos tras constatarse que no tenían el apoyo suficiente de la plantilla.

Con la entrada del nuevo curso escolar, los sindicatos que se habían mantenido sobre la mesa lograron limar de forma importante las exigencias de la empresa. Incluso, en algunas materias se le dio la vuelta a la tortilla. La reducción inicial de los costes laborales se ha traducido finalmente en un incremento salarial importante.

Así, con el nuevo acuerdo los trabajadores verán elevados sus salarios un 2,5% anual, más cien euros no consolidables, durante el periodo 2011-2014, con lo que la subida no estará vinculada al IPC, pero tampoco a objetivos. En 2015 la subida será del IPC real más un cuarto de punto, así como un pago de 250 euros. Además, se mantienen las condiciones de flexibilidad existentes y no se incluirán los domingos en este reparto.

Tras conocer la propuesta de convenio, los sindicatos que en su día renunciaron a las negociaciones optaron por pedir el NO en el referéndum. Una propuesta que se puede entender al fracasar su política de no negociar y de buscar el conflicto. Sin embargo, los trabajadores de la planta han dado la espalda a esta política. Un 59,8% de los 3.138 trabajadores y el 63,4 de los que acudieron a votar optaron por avalar el nuevo convenio, salido de una mesa se negociación.

Esta situación, sin embargo, no es nueva en Mercedes. Ya en 2007, hace apenas cuatro años, ELA, LAB y ESK cogieron el mismo camino, al optar entonces por diversos paros y huelgas en lugar de por la negociación. Los sindicatos abertzales fueron derrotados también entonces. En ambos casos consideran que la empresa podría haber ofrecido más y que el acuerdo no es el adecuado para los trabajadores.

Pero han sido los propios trabajadores quienes han dicho sí a la propuesta. No sólo por los aumentos salariales y por el mantenimiento de la flexibilidad, sino porque se garantiza la producción en Vitoria hasta, al menos, 2024. El nuevo modelo de furgoneta se fabricará en Vitoria, y eso es lo importante. 13 años de trabajo garantizado es algo importante en una sociedad en la que los cierres de empresas se han convertido en el pan nuestro de cada día.

Y con este acuerdo Álava entera está feliz. Cerca de 8.000 personas dependen directa o indirectamente de Mercedes Benz. Y en términos de contabilidad, cerca del 18% del PIB de Álava proviene de la planta vitoriana y de sus diversas filiales o subcontratas. Su permanencia, por tanto, alegra a la Hacienda Foral, más dependiente de Alemania que el propio José Luis Rodriguez Zapatero.