Eroski y sus 'Preferentes'

29 agosto, 2012

Las aportaciones del grupo se han depreciado un 50% en pocos meses

Las participaciones preferentes se han convertido en los últimos meses en una auténtica pesadilla para miles de familias que han visto como su dinero no estaba tan seguro como ellos creían. Productos que se han depreciado pese a que quienes firmaron su contratación pensaban que estaban dejando sus ahorros en productos con elevada rentabilidad pero total seguridad.

Han sido numerosas entidades las que han acudido a sus clientes para buscar esa liquidez que de otro modo podría ser más difícil de conseguir. Sin embargo, esta situación no es única de los bancos. Una fórmula parecida, la de las 'Aportaciones Financieras Subordinadas', también ha sido empleada por algunas cooperativas.

Es el caso de empresas como Eroski y Fagor, que desde 2002 han lanzado sucesivas emisiones de Aportaciones Financieras Subordinadas con una jugosa rentabilidad, lo que animó a muchos pequeños inversores a lanzarse a ellas. Aportaciones que las entidades colocadoras (con el Santander al frente, pero también con otras entidades como Laboral, BBVA o La Caixa) no tuvieron ningún problema en colocar como un producto seguro, con elevada rentabilidad y con la garantía de poder recuperar la inversión inicial a las "24 o 48 horas de haberlo solicitado". Este fue el compromiso de muchos asesores financieros.

En el caso de Eroski, el grupo de alimentación realizó numerosas emisiones de Aportaciones Financieras Subordinadas Eroski (AFSE) desde 2003, hasta alcanzar cerca de 600 millones de euros entre 2002, 2003, 2004 y 2007, con las que pudo, entre otras cosas, comprar Caprabo.De hecho, el éxito de la operación fue indudable para Eroski, que vio cómo las peticiones superaban a la oferta inicial, lo que le llevó a ampliarlos.

Ya en 2002 el caramelo era demasiado jugoso para los inversores, con un importante interés. El interés del primer año era del 8,15% y tras ello el euribor más tres puntos. En las emisiones de 2003 y 2004 el interés del primer año se situó en el 5,63 y el 5,3%, para desde el segundo año pasar al euribor más tres puntos. En la emisión de 2007, tras un primer pago del 6,75%, se pasó al euribor más 2,5 puntos.

Traducido a números, en 2012 el interés será del 4,768% para quienes contrataron el servicio antes de 2007 y quienes lo hicieron ese año tendrán un interés algo más bajo, del 4,268%. Este interés es siempre sobre el valor nominal de cada aportación; es decir, sobre el valor al que fueron adquiridos en su día. Y aunque el reparto de intereses se debe mantener, podría, en caso de estimarlo la samblea de Eroski necesario, sustituirse por un pago en especie, en forma de nuevas AFSE.

De esta forma, el 'dividendo' es fijo y bastante generoso. El problema viene cuando hablamos de recuperar la inversión inicial. Si no tuviésemos prisa bastaría con esperar unas cuantas décadas a que los intereses anuales acabasen por superar a lo que en su día pusieron los inversores.

Obviamente esto no es lo que busca la mayoría, que pensó en esas Aportaciones como un instrumento financiero seguro en el que poder mantener parte de los ahorros.

El problema es que estos instrumentos financieros están contratados a perpetuidad. Es decir, sólo se podrán amortizar si así lo desea el emisor, es decir, Eroski, una vez transcurridos cinco años de su emisión. Y esta idea no está sobre la mesa del grupo, ya que no podría hacer frente a semejante desembolso. De esta forma, por parte de los poseedores de las aportaciones sólo existe una posibilidad de deshacerse de ellas: vendiendo en el mercado de Renta Fija, donde cotiza de forma similar a una acción.

Este mercado funciona de una forma extremadamente sencilla: La Ley de la Oferta y la Demanda. Cuantos más inversores quieran comprar, más caro se podrá vender y más podrá ganar el inversor. Pero en una situación como la actual, en la que la desconfianza se ha sumido en los inversores, reacios a aceptar productos que no sean depósitos a plazo fijo, no hay apenas interesados en comprar. Por lo tanto, quien quiera vender no tendrá otra que aceptar una importante depreciación de sus Aportaciones.

Este mercado de Renta Fija (actualmente cotiza en el mercado minorista SEND, integrado en el AIAF) establece ahora mismo la cotización al 47% del valor nominal de las aportaciones. Quien tenga que vender sólo recibirá ahora mismo la mitad de lo invertido. La cotización empezó a desplomarse a comienzos de año, reflejando ahora el precio real de mercado.

En esta operación de compraventa de AFSE no entra Eroski, quien sólo tiene responsabilidad sobre las Aportaciones en el momento de su emisión y en el de su amortización o liquidación. Como el grupo no piensa amortizarlas de momento, la liquidación de las AFSE sólo se producirá en caso de quiebra y liquidación de la Cooperativa (y pese a todo las AFSE tienen prioridad los acreedores comunes).

Así pues mientras los inversores empiezan a organizarse para decidir posibles acciones y reclamaciones, lo más prudente parece, por tanto, esperar, y conformarse con el interés garantizado cada 31 de enero. Algunas asociaciones de consumidores han comenzado a organizarse, y habrá que establecer qué tipo de responsabilidad tienen Eroski y las entidades colocadoras, si es que la tienen, al haber ofrecido productos de riesgo para perfiles inadecuados.