Quince alaveses compiten en el MotoStudent más multitudinario

19 junio, 2017

Deben diseñar y construir una moto de 250 cc que se medirá en octubre de 2018 a los prototipos de 73 equipos de 17 países

 VG-Motorsport 17-18

Algunos miembros del equipo actual junto a la moto desmontada de la edición anterior.

Quince alumnos del campus alavés de la Universidad del País Vasco forman este año el equipo VG MotoSport, que participará por segunda vez consecutiva en el certamen internacional MotoStudent.

Su objetivo consiste en diseñar y construir un prototipo de moto casi íntegro de 250 cc y 4 tiempos, el equivalente a la categoría de Moto3, que competirá en un circuito de Aragón en octubre de 2018.

Cada equipo recibe un motor, llantas y pinzas de freno del mismo modelo para "igualar un poco la competición", explica Jon Pradini, uno de los integrantes del conjunto alavés y estudiante de Ingeniería Electrónica. Sin embargo, el resto de los componentes "los tenemos que conseguir por nuestra cuenta".

La quinta edición de MotoStudent alcanzará el récord de participación con 74 equipos universitarios de 17 países. Así, los alumnos de la UPV se enfrentarán a estudiantes del resto de España, Alemania, Croacia, Grecia, Italia, Reino Unido, Hungría, India, Polonia, Kosovo, Canadá, Brasil, México, Suiza, Portugal, República Checa y Ecuador. Aritz Durán será de nuevo el piloto federado que hará rodar la moto alavesa en la localidad turolense de Alcañiz.

El equipo pretende acabar la moto en mayo del próximo año. Para poder cumplir con el calendario establecido, "actualmente dedicamos a este proyecto entre veinte y treinta horas al mes". Además, el presupuesto de cada conjunto, que "influye bastante" en el resultado final, depende de los patrocinadores obtenidos.

El equipo, formado casi en su totalidad por estudiantes de Ingeniería, espera reunir entre 27.000 y 30.000 euros para construir la moto

Algunos patrocinadores, en vez de aportar dinero, "nos ofrecen sus servicios. Por ejemplo, uno nos ayuda con la soldadura". Otros financian la compra directa de piezas comerciales cuyo diseño puede suponer "un quebradero de cabeza, como el tubo de escape". De momento, han logrado el apoyo de Ipargama, Eurocardis, Ricky's motorbike, A2 ruedas, I just ride o Mecacore.

Jon señala que "esperamos reunir entre 27.000 y 30.000 euros para construir el prototipo. Pero participan equipos que manejan cifras de alrededor de 116.000 euros". Al principio, "ponemos algo de dinero de nuestros bolsillos de forma voluntaria para celebrar eventos y dinamizar el proyecto, pero el grueso de la financiación viene de los patrocinadores".

El conjunto alavés está compuesto por catorce estudiantes de distintas ramas de Ingeniería, como mecánica, electrónica o informática, y una chica de Administración y Dirección de Empresas que se encarga de gestionar las cuentas. "Para muchos se trata de la primera vez que colaboramos en un proyecto real".

Se puntúan aspectos como la ergonomía, la estética, la innovación o la complejidad del prototipo

Esto permite poner en práctica los conocimientos adquiridos por el alumnado y ganar experiencia en este tipo de trabajos multidisciplinares. "Los miembros del equipo estamos especializados en campos diferentes que convergen en el diseño de una moto". A este respecto, abordan cuestiones relativas a los "controles electrónicos del motor, estructuras y soporte de cargas en algunas piezas, dinámica de fluidos en la emisión de aires o refrigeración de la moto y el tubo de escape".

Jon reconoce que esta vez lo tienen más fácil en comparación con los participantes alaveses de la pasada edición. "Ellos fueron quienes pusieron los cimientos tras proponer a la Escuela Universitaria de Ingeniería de Vitoria participar en MotoStudent. Por tanto, tuvieron que empezar de cero. Nosotros, en cambio, hemos podido llegar al certamen con contactos previos y algo más de preparación".

Por eso, aspiran a mejorar el resultado del equipo anterior, que ocupó el puesto 15 de entre los 52 conjuntos competidores. "Aunque lograron una posición muy buena, como nosotros partimos con ventaja queremos construir un prototipo mucho más competitivo".

Para ello, deben tener en cuenta aspectos como la ergonomía, la estética, la innovación o la complejidad del prototipo, que "todavía está en una fase muy inicial". La mayor dificultad en cuanto a la construcción de la moto reside, en opinión de Jon, "en el diseño del chasis, que es una de las partes más complicadas. Aunque las demás tampoco se quedan muy lejos", asegura.