Murales: Fachadas que ejercen de lienzos

30 agosto, 2014

El Casco Viejo alberga varios murales colaborativos

Este proyecto ubicado en el Casco Viejo ha hecho de paredes degradadas enormes lienzos para pintar sobre ellos. Una iniciativa que se inició hace más de un lustro, con la elaboración del primer mural, ubicado en la Plaza de las Burullerías. Desde entonces, grupos de hasta 30 personas, coordinados por las hermanas Werckmeister, han dado vida y color a varias fachadas del Casco Viejo. Personas de diferente procedencia y encuadrados en tres grupos. Por un lado están los artistas, junto a ellos las llamadas brigadas de la brocha (jóvenes de entre 16 y 20 años que trabajan a cargo del ayuntamiento) y los voluntarios, que pueden ser ciudadanos de cualquier procedencia y con total libertad de horarios.

Cada uno de estos murales aguarda diversos motivos y sorpresas para los espectadores. De hecho, cada mural se diseña y se ejecuta en un plazo récord de seis semanas. Durante dos semanas se suceden las reuniones, con una incesante lluvia de ideas para dar forma al que luego será el Mural que finalmente se vaya a ver.

Éstos son los murales dibujados hasta la fecha en el Casco Viejo:

La luz de la Esperanza

El del Cantón de Anorbín trata sobre la igualdad de género, con una sucesión de imágenes que van desde el problema (en el extremo inferior) hasta la solución, que se ubica en la parte más alta del mural. Entre medio se suceden varias imágenes, independientes entre sí, en las que se puede ver desde la tristeza más absoluta hasta el lado más femenino de las mujeres y el más masculino de los hombres. Todo ello salpicado por palabras y frases que recuerdan la temática del mural.

La noche más corta

Es el más escondido de todos para los vitorianos, ya que se encuentra en la zona de las murallas, junto a Escoriaza Esquivel. Representa las hogueras y la fiesta en la Noche de San Juan, con su magia y todo lo que representa.

Continentes

El cambio en la escuela Haurtzaro fue absoluto, desapareciendo el gris tristón por una representación de la flora y fauna de todos los continentes.  De esta forma se buscaba recrear la diversidad que existe en el barrio en la actualidad, además de darle un tono más infantil y acorde con lo que es el edificio.

El triunfo de Vitoria

Está ubicado en la parte alta de El Campillo, en uno de los numerosos parques recuperados para el uso público.  Está inspirado en el cuadro de Georges de la Tour “El tramposo”. Simboliza el aviso que la sirvienta de “Vitoria” advierte a su señora que el hombre poderoso con el que juega a las cartas pretende hacer trampas.

Al hilo del tiempo

Conformado por varios telares, recordando que en la Plaza de las Burullerías se encontraba el mercado de estos productos. los diversos telares representan la pureza de la Catedral, el estilo arabesco, la cotidianidad de nuestras casas y el lujo.

Cubiertos de cielo y estrellas

En esta representación hay quien puede ver el famoso cuadro El Beso de Gustav Klint, pero la inspiración original fue un cuadro de Giotto di Bondone. En este caso, los dos personajes que se besan son dos participantes de los murales, y todas las prendas y telares son reales. Se encuentra en el Cantón de Santa Ana

Ezkuz esku

Son tres murales independientes ubicados entre la Herre y la Zapa. En realidad unen la Escuela de Música con el Museo de Ciencias Naturales. Por ello representan la música, la convivencia y la naturaleza. Murales en los que también se utilizó el mosaico y están dispuestos en forma de viñetas de cómic. Es, en realidad, el que más suele gustar, por su privilegiada ubicación tras la torre de Doña Ochanda.

¿Qué haremos con lo que sabemos?

El del Artium estaba llamado a ser un mural activo, sobre el cual se representaría una secuencia de imágenes en forma de corto que denuncia el derroche y el consumismo del primer mundo. Es un mural denuncia, aunque la parte más activa, la de la proyección, apenas se ha podido poner en marcha por falta de financiación.

Érase una vez el Voluntariado

Un mural que hace en esta ocasión un homenaje al voluntariado, a la entrada del Casco Viejo por Aldabe. Un homenaje para quienes de forma desinteresada han contribuido durante años a decorar las paredes del Casco Viejo, pero también a las numerosas asociaciones que, de forma desinteresada, colaboran dentro del Casco para diversas causas.