Vecinos de Abetxuko se concentran frente a 'Los Pichis' tras un intento de robo

Medio centenar de vecinos de Abetxuko se han concentrado de forma pacífica pasada la medianoche del sábado frente a la casa de la calle El Cristo que ocupan ilegalmente 'Los Pichis'. Concentración en respuesta al último altercado protagonizado por el conflictivo clan, como ha podido constatar Gasteiz Hoy.

El sábado por la noche una empleada de una tienda situada en la misma calle sufría un ataque de ansiedad tras enfrentarse a un intento de robo. Por ello la jornada festiva que vivía el barrio, inmerso en los tradicionales Mikelines, ha concluido de forma prematura y el grupo de música que tocaba en esos momentos ha cancelado su concierto.

Las graves agresiones verbales que padeció una dependienta de la panadería La Vitoriana por parte de varias menores de 'Los Pichis' fueron el desencadenante de la actuación vecinal.

Sobre las 9 de la noche, cuando el establecimiento estaba a punto de cerrar, tres niñas "de unos cuatro años" pertenecientes a este clan y acompañadas de otras tres adolescentes, "se metieron en la tienda para intentar llevarse varias golosinas sin pagar".

Manifestación de los vecinos de Abetxuko tras agresión de los Pichis: http://bit.ly/2cJFoew

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Un vídeo publicado por Gasteiz Hoy (@gasteizhoy) el 2 de Oct de 2016 a la(s) 3:47 PDT

Cuando la empleada les recriminó su comportamiento, "las tres adolescentes gitanas, una de ellas embarazada, que las acompañaban" empezaron a proferir insultos y graves amenazas contra la dependienta, que sufrió un ataque de ansiedad.

Afortunadamente, varias amigas de la empleada que la esperaban fuera de la tienda pudieron intervenir y evitar que las agresoras llegaran a las manos. "Si no me pongo en medio probablemente le hubiesen pegado", aseguró una de las presentes.

Los insultos y amenazas continuaron incluso cuando los vecinos advirtieron a estas personas de que iban a llamar a la policía. "Nos gritaban que llamásemos, que les daba igual".

A consecuencia de la tensa situación, la empleada de la panadería sufrió un ataque de ansiedad. Según cuentan los testigos del suceso, una ambulancia se trasladó hasta la tienda y le aplicó un calmante allí mismo. Ya "en compañía de su marido y los gerentes del establecimiento, decidió no acudir a ningún centro hospitalario y quedarse en casa".

Las agresoras fueron identificadas poco después, a la altura de la iglesia de Abetxuko de la calle El Cristo, por varios ertzainas uniformados, que las dejaron marchar. "Si hubiesemos visto la agresión con nuestros propios ojos habríamos actuado de oficio para detenerlas, pero como no ha sido el caso tenemos que esperar a que la víctima presente la correspondiente denuncia", recordó un agente. En este sentido, la policía recomienda denunciar siempre cualquier tipo de agresión.

Tras el suceso, se dio la voz de alarma entre los residentes de Abetxuko que en ese momento celebraban las fiestas de los Mikelines en la calle. Un nutrido grupo de vecinos, que aumentaba a medida que pasaba el tiempo, se reunió frente a la sede de la asociación Uribe Nogales. Los ánimos estaban bastante caldeados, aunque algunos representantes vecinales llamaban a la calma, que finalmente se impuso.

Después de barajar varias opciones, medio centenar de vecinos decidieron dirigirse hacia la casa ocupada en la calle El Cristo y concentrarse en la acera de enfrente del inmueble de forma pacífica, en silencio y sin caer en provocaciones que pudieran desencadenar otro altercado. De esta manera, expresaron su repulsa a la agresión sufrida por la dependienta, "la gota que ha colmado un vaso ya de por sí bastante lleno", entre otros por un nuevo intento de ocupación de otra casa vacía en Abetxuko, y manifestaron a 'Los Pichis' que "no os queremos aquí".

El acto duró cerca media hora, con presencia policial. Un coche de la Ertzaintza ya estaba en la zona cuando llegó el grupo de vecinos. La policía se mostró en todo momento comprensiva con los presentes e hizo también un llamamiento a la calma. "Os entendemos perfectamente, pero hay que mantener la tranquilidad", se solidarizaron varios agentes.

Varios de los residentes en la vivienda grabaron la concentración desde una de las ventanas de la casa ocupada, como pudieron constatar tanto los vecinos como los ertzainas presentes. "Pueden grabar a la vía pública mientras no haya ningún menor", concluyeron los agentes ante la inquietud de algunos vecinos, que tras media hora de concentración pacífica fueron abandonando el lugar.