Adurza: el barrio obrero con origen religioso e industrial
Adurza nació al abrigo de la industria, con empresas como BH, Esmaltaciones, Urssa. Hebillas y Fournier
Adurza (oficialmente Adurtza) es uno de los denominados Barrios de Oro de la ciudad. Surgió a finales de los cincuenta durante el proceso industrializador de Vitoria-Gasteiz. Pero su origen es diferente. Zaramaga o Abetxuko nacieron por la iniciativa pública, mientras que Arana y Ariznabarra estaban promovidos por empresas privadas de la construcción
Adurtza, sin embargo, tiene su origen en la acción social de la iglesia. El Secretariado Social Diocesano, surgido en 1956, tuvo entre sus objetivos la planificación humana y comunitaria de un nuevo barrio. Esta circunstancia determinó durante muchos años y, sobre todo durante el periodo franquista, una singularidad especial de este barrio respecto a otros de características similares de la ciudad.
Antes del asentamiento de las primeras industrias en la zona a mediados del siglo XX, la antigua fábrica de hebillas junto con algunas construcciones aisladas ocupaban lo que hoy es el barrio. En 1948, la empresa Heraclio Fournier trasladó su fábrica desde la céntrica calle Manuel Iradier hasta Adurtza.
Campo de los Palacios iba a acoger una cárcel
Además el Campo de los Palacios iba a acoger la nueva cárcel que sustituiría a la vieja de la calle La Paz. Sin embargo, la obra fue paralizada al declararse en concurso de acreedores la empresa constructora, quedando sus restos abandonados durante años hasta su derribo en los setenta para construir la actual Ikastola Adurtza.
BH y Esmaltaciones se trasladaron desde Gipuzkoa hasta Adurtza
En los cincuenta se dieron los primeros cambios que transformaron definitivamente la zona. En 1950, Esmaltaciones San Ignacio se trasladó desde Guipúzcoa estableciendo su nueva fábrica en unos terrenos, situados entre las campas de Olárizu y las vías de la línea de tren Vasco-Navarro Vitoria-Estella, propiedad de uno de los socios. Antes de acabar la década otra empresa guipuzcoana, BH Beistegui Hermanos, trasladó su producción a su nueva fábrica abierta justo enfrente de Esmaltaciones.
El proceso industrializador provocó la llegada de habitantes de otras provincias, agudizando el problema de la vivienda. Movido por esta problemática el Secretariado Social Diocesano, dirigido por Carlos Abaitua, dio una respuesta social y comunitaria al mismo. En 1957 inauguró la residencia de obreros en la calle Heraclio Fournier.
Dos años más tarde, en 1959, se inauguró la residencia femenina que sirvió de alojamiento a muchas mujeres permitiendo a las mismas una incorporación directa en las empresas de la zona como Fournier.
Al mismo tiempo que se crearon ambas residencias, y con la intervención de Carlos Abaitua y de las Cajas de Ahorros, se creó la Cooperativa de Viviendas Mundo Mejor que edificaría los primeros grupos de viviendas del barrio de Adurza y el conjunto de los bloques del barrio de Errekaleor. A estas viviendas había que unir las que construyeron las propias empresas como Esmaltaciones, BH, o Bantu entre otras que a la altura de 1965 configuraban en buena parte el barrio actual.
El Centro Social de Adurza fue el epicentro del movimiento obrero
En 1960 se inauguró el Centro Social, elemento dinamizador del barrio y epicentro del movimiento obrero de la zona y de la ciudad. Un año más tarde, en 1961, se inauguraron las escuelas y la parroquia de San Ignacio, así como la cooperativa de consumo.
Los años sesenta y la primera mitad de los setenta fueron años de crecimiento con la construcción de nuevos edificios de viviendas, promovidos en su mayoría durante este periodo por las Cajas de Ahorros y de expansión industrial de las industrias ya existentes en la zona y el asentamiento de nuevas como URSSA (aún presente en Campo de los Palacios).
En 1975 la población del barrio sumaba ya 9.000 habitantes. Las empresas situadas en él daban trabajo a más de 3.500 trabajadores. La concentración de población trabajadora, junto con las peculiaridades mencionadas al inicio del artículo, convirtieron a Adurza en el epicentro de las primeras movilizaciones obreras de la ciudad con las huelgas de 1971. Durante los siguientes años las movilizaciones, sociales, laborales y políticas fueron una constante en el barrio.
Los setenta también supusieron la urbanización definitiva del barrio con la construcción de la calle Iturritxu y sus alrededores. En esta década se completó la oferta educativa con la inauguración del colegio San Ignacio el curso 1970-71 y la actual Ikastola Adurza, antiguo Severo Ochoa en el curso 1972-73 junto con las escuelas infantiles.
La década terminó con el derribo de la fábrica de hebillas al comienzo de la calle Heraclio Fournier, de la que solo nos queda como recuerdo el mercado que se sitúa en su lugar. A lo largo de esta década también se llevó a cabo la urbanización y ocupación del polígono industrial del Uritiasolo consolidando el carácter industrial de la zona.
Hasta los 70 muchas viviendas no tenían agua y las calles no estaban asfaltadas
Con la llegada de la democracia algunas de las reivindicaciones vecinales de la zona se fueron resolviendo. La mejora de la urbanización y asfaltado de las calles o la falta de suministro de agua en algunas viviendas fueron solucionadas (se estimaba que hacia 1975 un 20% de las viviendas del barrio tenían problemas de suministro de agua).
Al mismo tiempo surgieron otras nuevas por la reconversión industrial que afectó a muchas de las empresas del barrio. Los vecinos de Adurza también salieron a la calle a finales de los 80 por culpa las drogas. El vecindario exigía una solución al Ayuntamiento para acabar con este problema.
En los noventa se produjo el cierre, traslado o deslocalización de algunas de las empresas más importantes del barrio como son Fournier en 1993 o Esmaltaciones San Ignacio ya en los años 2000. Este cambio de uso industrial por residencial, sobre todo en el caso de Esmaltaciones, no ha dejado de estar exento de polémica desde un principio.
Aun hoy, quince años después de su traslado, se sigue sin solucionar el destino de las antiguas viviendas de los trabajadores situadas en Olárizu. Actualmente el barrio cuenta con algo más de 6.000 habitantes, y ha logrado detener el descenso de población con la construcción de nuevas viviendas. Por cierto: el nombre oficial del barrio en la actualidad es Adurtza, por recomendación de Euskaltzaindia.