Agónica victoria en la prórroga

25 noviembre, 2011

El Caja Laboral cosechó en la noche de ayer una importante victoria, sobre Fenerbahce, que permite tomar aire y ver con otros ojos la exigente segunda vuelta de la primera fase de Euroliga que le espera al equipo. Se esperaba un partido complicado y nadie se equivocaba. El Fenerbahce, muy mejorado con respecto al de […]

El Caja Laboral cosechó en la noche de ayer una importante victoria, sobre Fenerbahce, que permite tomar aire y ver con otros ojos la exigente segunda vuelta de la primera fase de Euroliga que le espera al equipo.

Se esperaba un partido complicado y nadie se equivocaba. El Fenerbahce, muy mejorado con respecto al de la primera jornada en Estambul, estuvo muy cerca de amargar la noche del homenaje a Bennet.

En los prolégomenos del partido, "Benito" recibió un sentido homenaje, con todo el Iradier Arena puesto en pie. En el mítico base, acompañado por sus dos hijos, dedicó unas palabras de cariño, admiración y respeto hacia club y público, que le despidió con una atronadora ovación.

Una vez abandonados los sentimentalismos, arrancó la batalla. Exigente, duro y a tirones. Así fue el partido. El Baskonia empezó mejor. Sujetado sobre el pick and roll con Seraphin y la buena lectura del galo para sacar el balón fuera, las primeras diferencias fueron locales. Los turcos, pese a comenzar mal, jamás se desconectaron del partido, esperando su momento. Este llegó en la última fase del segundo cuarto. Al Caja Laboral dejaron de entrarle los triples (se volvió a tirar más de 3 que de 2) y se apagó ofensivamente. Primeros silbidos en la grada (significativo) y los de Spahija aprovechando para voltear el marcador e incluso anotar sobre la bocina para irse en ventaja al descanso (38-42).

La salida de los vestuarios no fue muy esperanzadora. Los otomanos, con buena circulación de balón e ideas claras, se marcharon en el electrónico (40-49) y, a partir de ahí, tocó remar a base de carácter. Eso ayer no faltó. No faltó porque el Caja Laboral tiene dos hombres, Prigioni (un pura sangre) y San Emeterio (todo corazón, además de talento), que conectaron con la grada y pelearon por cada balón. El argentino ejerció de timón, asumiendo tiros importantes y recogiendo rechaces ofensivos fundamentales. Respecto a San Emeterio, no hay adjetivos para describir su actuación ayer. Anotó de todas las maneras posibles y fue el portavoz con una grada que tardó en entrar en el partido. A todo esto, hay que añadirle ayer la mejor versión de Milko Bjelica. El poste no será un alarde de técnica y calidad, pero es un trabajador incansable y cuando le acompaña el acierto, como ayer, se convierte en un fantástico jugador. Ayer, aprovechó el flojo día de Mirza y que Dusko no contó con Dorsey (sorprendente aunque no tantó viendo la actitud del americano en el banco), para convertirse en la tercera pata sobre la que se sustentó el equipo, realizando su mejor partido con la elástica baskonista.

Con seis abajo se entró en el último cuarto (54-60), pero rapidamente Caja Laboral enjuagó la ventaja, guiado por los tres hombres comentados, y el partido se puso igualado. Dos triplazos de Oleson y Bjelica, tras un duro toma y daca, pusieron el 71-65 a falta de 2.12. Sin embargo, la borrachera de tiempos muertos no sirvió para aclarar ideas y cerrar el partido, sino para que Fenerbahce empatara aprovechando los nervios y tocó ir a la prórroga con 73-73, tras un triple punteado de Teletovic que no entró.

En el tiempo extra, San Emeterio siguió su exhibición (36 de val) y junto con un fabuloso 2 más 1 de Bjelica, rompieron definitivamente el partido, ante un Fenerbahce que chocó con buenas defensas baskonistas en los momentos clave.

El 90-85 permite respirar pero el grupo va ser una guerra hasta el final. Olympiakos ganó sufriendo al GBB, mientras que Nancy ganó 76-75 al Cantu. La igualdad es máxima. Caja Laboral es líder. Toca seguir progresando porque hay mucho trabajo.