Un trocito de mar en el centro de Vitoria-Gasteiz
21.000 litros de agua salada albergan crustáceos y moluscos en un comercio de Desamparados
Para llegar al mar desde Vitoria-Gasteiz hay que recorrer al menos 70 kilómetros. Sin embargo, mucho más cerca existe un lugar que cuenta con 21.000 litros de agua salada y en el que conviven diferentes especies de marisco.
Mariscos Orio, en el número 13 de la calle Pio XII, cuenta con un hábitat marino en el que conviven crustáceos y moluscos. Al entrar en este establecimiento, en activo desde hace 36 años, llama la atención una gran 'piscina' sobre la que debemos pisar. Tres grandes viveros de almacenamiento con capacidad para 4.000 litros cada uno de ellos, dan forma a ese gran espacio que asombra a los más pequeños.
Tras su última reforma, ejecutada hace dos años, el establecimiento retiró dos grandes acuarios para marisco que se encontraban en el escaparte del local. Los cuales, habían hecho detenerse a quiénes pasaban por su exterior durante décadas.
21.000 litros de agua de mar
En estos viveros expositores de la zona comercial, podemos encontrar centollos, bueyes de mar, bogavantes y langostas. Su agua salada es traída en camiones y se mantiene a una temperatura constante de entre 12 y 13 grados: "El verano pasado hizo mucho calor y tuvimos mucho oscilación, pero en general se mantiene constante", explica Miren Arrizabalaga, gerente de Mariscos Orio.
A la hora de renovar el agua, esta acción no se realiza vaciando por completo los viveros, gracias a los filtros y la limpieza del día a día, el agua se mantiene limpia y se va cambiando poco a poco. Este agua salada, al igual que todo el género que se vende, es traída del Mar Cantábrico: "El agua es muy costosa, se notó mucho con la subida de la electricidad y eso repercute en el precio de nuestro género".
Ya en la trastienda, cuentan con nuevos viveros de almacenamiento para mariscos más pequeños como cigalas, nécoras o almejas. Entre todos los viveros, suman más de 21.000 litros de agua de mar.
¿Cómo funciona el vivero?
Mariscos Orio utiliza el método FIFO para controlar su stock. Es decir, las unidades de género que primero entran, son las primeras que salen: "Al no comprar unos volúmenes excesivamente grandes, no resulta complicado tenerlos controlados y saber cuales han sido los últimos en llegar".
Físicamente, los viveros que vemos en la zona comercial están separados y en cada uno de ellos va una especie. Centollos y bueyes de mar comparten espacio, pero las langostas y los bogavantes están separados: "La separación es necesaria, si estuvieran todos juntos se comerían entre ellos", aclaran desde Mariscos Orio.
Cuando se recibe bogavante canadiense, un crustáceo de color marrón verdoso habitual en navidades, se junta con la langosta para evitar confusiones con el bogavante procedente de Galicia, de color azulado.
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