La suciedad del agua que luego beberemos

Todos los partidos políticos visitaron ayer las aguas del Zadorra a su paso por Dulantzi y Agurain. Lo hicieron para comprobar el estado de las aguas, denunciado en varias ocasiones por la plataforma Zadorra Bizirik. El estado de las depuradoras de ambas localidades provoca que las aguas fecales no se depuren y la suciedad llegue directamente al río.

Las depuradoras de Dulantzi y Agurain deberían haber sido reformadas hace años por la Agencia Vasca del Agua. El proyecto de reforma ya está en marcha, pero mientras tanto las aguas fecales siguen cayendo directamente al río. Este agua acaba posteriormente en los embalses, de donde se coge el agua para nuestro consumo.

Eso sí, desde Amvisa recalcan que, desde el embalse, a través de Araca, el agua pasa por numerosos filtros y tratamientos que depuran por completo aquello que llega a nuestros grifos. De hecho, los análisis del agua potable son excelentes, pese a estas irregularidades.

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El PP, de la mano de su portavoz de Medio Ambiente, Ana Salazar, censuraba ayer la falta de inversión del Gobierno Vasco, pese a que en su día se aprobó el convenio marco con el Gobierno Vasco.

EH Bildu ya incluyó en la negociación presupuestaria de la Diputación una partida para sendas reformas. El crecimiento de ambas localidades, cada vez con más habitantes y más industria, ha hecho que las antiguas depuradoras ya no sean útiles. Una de ellas tiene 30 años y la otra 50.

La intensificación de la industria es otra de las causas de esta situación, pero desde el PP creen que no se puede culpar a la industria del problema, sino que hay que buscar soluciones para permitir el asentamiento de nuevos negocios en estas localidades de la Llanada.

Desde Podemos Koldo Martín se preguntaba si "estamos seguros de lo que bebemos", mientras que desde Irabai Damián aseguraba que es "imprescindible una solución ya".

En cualquier caso, por desgracia, el Zadorra no es el único problema. También en Ayala el Nervión cuenta con focos de suciedad, en Añana el Omecillo y en Oyón uno de los afluentes del Ebro.

Además Zadorra Bizirik denuncia que hay urbanizaciones que realizan vertidos de aguas residuales sin ningún control, como ocurre también en Vitoria con algunas viviendas en Eskalmendi.