La sequía reduce a la mitad la producción de girasol y cereal en Álava
Desánimo y nerviosismo entre agricultores y ganaderos debido a la sequía y a los altos costes de producción
Las intensas olas de calor que han azotado Álava este verano y la sequía están afectando duramente a agricultores y ganaderos de la provincia. En julio solo hubo dos días de lluvia y en agosto apenas tres. Desde UAGA afirman que "nunca habíamos visto una sequía igual y se está gastando más agua de lo normal".
Es precisamente esta falta de agua la que está causando graves consecuencias en la producción de cereal, girasol, patata o uva. La ganadería también se está viendo afectada y hay un sentimiento de "nerviosismo total" entre ganaderos y agricultores.
Según el presidente de UAGA, Javier Torres, "ha habido una bajada generalizada" en la producción. El cereal ha descendido un 40% respecto al año pasado y el girasol, un 50%. La cosecha de patatas se adelantará varios días esta temporada: "El calor hace que la planta corra más de la cuenta para terminar su ciclo antes de secarse. Se prevé algo menos de producción pese a haber estado regando".
Vendimia en Álava: adelantada por la sequía
Otro de los productos alaveses es la uva. La vendimia comenzará a finales de la semana que viene, "15 días antes de lo normal". Javier Torres afirma que "la calidad parece muy buena pero la cantidad ha bajado, aunque la planta ha aguantado bastante bien". Como consecuencia del descenso de la producción, explica que "este año no se ha tirado absolutamente nada y tenemos que ver si podemos cubrir los contratos que tenemos".
Para la recolecta de la remolacha todavía faltan dos meses y por el momento se desconoce si la producción disminuirá o no. Aún así, el calor también ha afectado a este cultivo. "Veremos cuánta capacidad tiene de coger azúcar. Cuando hay exceso de calor, las mismas plantas se paralizan, y cuando refresca, continúan con su ciclo", cuenta el presidente de UAGA.
Otro sector castigado por la sequía es el de la ganadería, que cuenta actualmente con varios problemas. "Las fuentes donde el ganado iba libremente a beber se han secado y se ha tenido que subir agua a bebederos artificiales. Además, las praderas están arrasadas porque no ha llovido y se está tirando de la alfalfa y el forraje reservado para el invierno. Asimismo, al no llover ha habido menos corte de forraje".
A la sequía de este año hay que sumarle además los altos precios de producción como la luz, el gasoil, los abonos, insecticidas o forrajes. "La gente está muy desanimada y con la moral baja. No sabemos si va a haber abono suficiente ni a qué precio va a estar. Son cosas que un año normal ni nos planteábamos. Por primera vez noto que hay desaliento entre ganaderos y agricultores".
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