50 años de cocina 'non stop' en Aldapa
La sociedad gastronómica Aldapa celebra sus bodas de oro el 4 de mayo con un programa de lo más variado
Medio desapercibida en un lateral de las Escaleras de Los Arquillos, una pequeña puerta da paso a un mundo de disfrute: de comidas en hermandad, buena compañía, amistad, crecimiento, aprendizaje y diversión. Es lo que se respira en la sociedad gastronómica Aldapa, que celebra sus bodas de oro.
50 años de cocina 'non stop' que cumple el 4 de mayo. Sábado. ¿Y qué mejor día para pasarlo en familia? Porque sí, en este txoko lo son, y así lo sienten. No en vano, fueron familiares y amigos los que lo crearon en 1974.
Era la época del 'boom' de las sociedades gastronómicas en Álava, surgidas a imagen de las gipuzkoanas. En la provincia, la primera que nació fue La Globa (1934). Luego llegarían otras como Zaldibartxo, Olarizu, Zaldiaran... Hasta la eclosión en los años 70.
El inicio
En el caso de Aldapa, nació "de la mejor forma que puede hacerlo una sociedad". "Dos cuadrillas de amigos que se juntaban por el Casco, eran un número suficiente y se lanzaron. Pasa lo mismo que con las cuadrillas de blusas, que en sus orígenes eran amigos que se juntaban", explica Juanjo Goya.

Orla con los 41 socios fundadores de Aldapa.
Su padre y su tío, gemelos, fueron dos de aquellos 41 socios fundadores. Otro, Joseba Zárate, consiguió el local, entonces una vivienda. Se hizo con él y con la planta inferior, que hoy acoge al bar Gasteiz Bi.
Una ubicación inmejorable, en pleno corazón de la fiesta vitoriana. Incluso, desde sus ventanas disfrutan de la subida y bajada de Celedón.

Orla con los socios de los 25 años de Aldapa.
"Vio la posibilidad de separar ambos recintos. Con la parte de abajo hizo negocio y la de arriba la dejó para los amigos, para fundar juntos la sociedad", rememora Juanjo. Lejos de romperse mucho la cabeza, la nombraron como la Cuesta que tanto frecuentaban.
Con el nombre y el local ya en marcha, todos los amigos invirtieron y por eso, al contrario de lo que ocurre en otras sociedades, Aldapa es propiedad de sus socios. 50 copropietarios. Y es muy habitual que, cuando uno de ellos fallece, sean los hijos los que entran en su lugar.
De padres a hijos
"La fórmula actual es que, primero, sean los hijos quienes, si quieren, puedan quedarse con la plaza y convertirse en socios. Si no, hay una lista de espera y, quien entra, paga la parte proporcional de su valor a los herederos del socio fallecido", desgrana Juanjo. Aunque él es la excepción que confirma la regla: "Yo entré con mi padre aún de socio. Tuve suerte porque había un hueco".

Gotzon, Carlos, Alberto y Juanjo.
Fue en 1998, al igual que Gotzon García Briñas, actual presidente. Más reciente es Alberto Bargiela, que lleva 8 años de socio tras "esperar año y medio". Ahora, en cambio, no tienen a nadie aguardando.
"Va por rachas, hemos tenido épocas con hasta 14 personas que querían entrar. Hay un momento en que te ilusionas e intentas acceder. Si no puedes, te apuntas y claro, igual pasan 2 ó 4 años, la vida cambia y para entonces igual no te viene bien", reconoce Juanjo.
"El ambiente que hay es muy bueno y estamos muy a gusto. Somos como una familia"
"Durante la pandemia tuvimos muchas bajas de gente más mayor, que ya no sabía si iba a venir. Y claro, la lista de espera se redujo mucho", apunta Gotzon. Para él, ahora hay el equilibrio "perfecto en cuanto a edad. Casi estamos a la par entre la gente más veterana y más joven".
Local reformado con sorpresas
Gotzon, Juanjo y Alberto, con sus 58 y 60 años, respectivamente, pertenecen ya a la primera categoría. "Cuando entramos de mas chavales, despotricabas de los viejos y ahora los viejos somos nosotros. Aunque no aparento más de 59 años", se ríe Juanjo.
"Tú y yo, cuando entramos, andábamos justos justos de cocina", le advierte un sonriente Gotzon. "Yo sabía hacer muy poco. Entonces venías, te ponías con tus primeros bacalaos al pil pil y, si había algún veterano preparando algo, se sorprendía de cómo lo hacías y te daba consejos. Te enseñaban", recuerda.
La reforma del local ha sacado a la luz la piedra y una ventana de la construcción original de Olaguíbel
"Aquí la cosa cambia, hay que hacer sí o sí. No es como estar en casa y la madre pone la comida. Como socio, a la cocina entras tú y lo preparas. Al final, acabas siendo un cocinitas", coincide Juanjo. Aunque no falta quien lleva las cosas casi listas de casa y culmina su puesta a punto en la sociedad.
Pero tranquilidad, que el cocinado no es un requisito indispensable para los nuevos miembros. Nada de pruebas a lo Masterchef. Ni tampoco elaboraciones enrevesadas. Allí lo que prima es la cocina tradicional: garbanzos con rape y langostinos, cordero al horno, rape, carrilleras...

La vidriera Maumejean y la ventana que ha aparecido tras reformar el local.
Las modernidades hay que buscarlas, por ejemplo, en su reformado local. Techos anti reverberaciones que facilitan las conversaciones, una nueva barra, focos y ventanales aislantes. Por no hablar de las paredes. Nada queda de sus tabiques y gotelé.
"Aún no se ha dado el caso, pero en cualquier momento tendremos socias"
El cambio les ha traído sorpresas. "Ha aparecido la piedra original y una ventana que estaba tapada. Tiene una verja y da a las escaleras de Los Arquillos. Se puede apreciar el grosor de las paredes que edificó Olaguíbel", enseña Alberto. Un atractivo, junto a la vidriera de la casa Maumejean, muy valorada y cotizada, y que heredaron como sociedad.
Una familia
Un reloj con más de 50 años es otro símbolo en Aldapa. Marca los nuevos tiempos, que vienen con 'apps' para que los socios reserven hueco en las comidas y cenas, o el datáfono para abonar los gastos.

La sociedad gastronómica Aldapa, antes de la reforma.
La entrada de mujeres es algo pendiente y más que previsible. "No se ha dado el caso. Pero los estatutos no lo prohíben, sería ilegal. Es evidente que, en cualquier momento, tendremos socias", invitan los tres. Mientras, siguen deleitándose de lo que para ellos es "un lugar de disfrute con amigos y familias. No hay horarios, como ocurre en un restaurante", agradece Alberto.
Sí muchos buenos momentos. Como los de los terceros viernes de cada mes, cuando celebran una cena con los más mayores de la sociedad. "Procuramos venir los 3 y somos los más jóvenes de largo. A sus 82 años, Jesús Moraza, txistulari y Celedón de Oro, nos prepara una cena, exquisita, para los que acudimos. Te lo pasas bomba, te cuentan cada anécdota... Aprendes mucho con ellos", desvela Alberto.
Juanjo y Gotzon asienten. "El ambiente que hay es muy bueno. Somos como una familia, nunca ha habido problemas. Estamos muy a gusto", concluye el presidente.
Prueba de ello es la celebración de este sábado, donde se ha apuntado buena parte de los socios dispuestos a demostrar que cumplen 50 años en muy buena forma y a encarar los próximos 50. ¡Por lo menos!
Programa 50 años Aldapa
- 11:00: Misa en honor a los socios fallecidos. Parroquia de San Vicente.
- 11:45: Aurresku de honor en el pórtico de San Vicente.
- 12:00: Presentación de la orla del 50 aniversario.
- 12:30: Momentos para el recuerdo.
- 13:00: Foto conmemorativa en la escalera de Los Arquillos.
- 13:15: Poteo popular-grupal.
- 14:30: Comida de hermandad a plato puesto.
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