Arelegi: una nueva asociación reivindica mejoras en Aretxabaleta y Gardelegi

1 abril, 2019

Vecinos del barrio más joven se unen para pedir más transporte, limpieza y equipamientos necesarios para la vida del barrio

1.493 personas viven en Aretxabaleta-Gardelegi. Este barrio es el último de los nacidos en Vitoria-Gasteiz, hace menos de una década. Es un barrio con una forma extraña: sus calles y viviendas han comido por completo a los pueblos de Aretxabaleta y Gardelegi, dejando estos núcleos entre bloques de edificios.

Este barrio aún es joven, y la mayoría del vecindario también: son personas o parejas que han adquirido aquí su vivienda, en un barrio que aún carece de algunas comodidades. Quieren mejoras, y para eso han creado la asociación de vecinos Arelegi, que cuenta ya con la adhesión de 110 vecinos. Este lunes han celebrado su primera reunión.

 

  • Un barrio especial

Aretxabaleta-Gardelegi se extiende desde Zumabide hasta el final de Gardelegi. Es un barrio construido sobre un pequeño alto. Pero es un barrio con algunas particularidades: en su interior hay dos pueblos y es demasiado alargado. Aretxabaleta y Gardelegi tienen, además, su propia gestión como concejos: cuentan con un Gardeleku y un centro social que no son para el barrio. Y también tienen más presupuesto que la asociación de vecinos. Desde Arelegi saben dónde están sus límites y dónde los del barrio.

Además el centro comercial es su único punto comercial. Está, sin embargo, ubicado en un extremo del barrio, pensando más en el resto de la ciudad. Un centro con el que Arelegi quiere estrechar lazos para su revitalización. La reciente apertura del bar ha dado de nuevo algo de vida a este espacio.

Y, por ahora, en el barrio no parece que haya interés en abrir nuevos locales: tan solo existen dos posibles ubicaciones, y las pretensiones económicas de los vendedores están muy por encima de la lógica.

Las demandas no son las mismas en todos los puntos: los vecinos de Zumabide (en casas en su mayoría de alta gama) pueden tener más quejas por ruidos, pero no tienen problemas de comunicaciones. Y las mayores reclamaciones están en los vecinos de la zona central: entre los pueblos de Aretxabaleta-Gardelegi. Ahí se entregaron hace ya cinco años las primeras viviendas, en lo que se llamó popularmente 'Mirador de Monte Pinar'.

Poco a poco las viviendas van surgiendo de las distintas parcelas: ahora hay al menos otras tres promociones en marcha y en los próximos días se entregarán más llaves.

Los vecinos reconocen que su barrio es tranquilo: no ven por ahora problemas de inseguridad, pero sí carecen de varias cuestiones. Llegar hasta Aretxabaleta-Gardelegi en transporte público no es tan sencillo: entre semana llega la línea 3 y sale de allí la 9. Los fines de semana, "cuando más lo vas a usar", solo llega el 9, y lo hace solo cada hora. Esperan al autobús al raso: no hay ninguna marquesina y la parada está frente a un solar.

Tampoco hay ningún cobertizo en las zonas de columpios. Al estar en un alto el frío en importante en invierno, pero también el calor en verano. Por eso piden una cubierta en la principal zona de juegos, ubicada junto a Gardelegi.

  • Recogida neumática

El vecindario sigue esperando también la activación de la recogida neumática: los buzones están, pero siguen precintados. La masa crítica ya es la suficiente para ponerla en marcha. Así lo anunció en diciembre Urtaran, pero por ahora no se ha activado.

Arelegi también pide previsión: han visto desde fuera cómo Salburua y Zabalgana han tardado en tener equipamientos. En su barrio está prevista una escuela y otros espacios de uso terciario. Pero temen que vuelvan a llegar tarde. Ahora mismo el 26% del barrio tiene menos de 15 años.

Desde la asociación también lamentan que, en algún caso, se haya superado la altura máxima en las construcciones: la previsión inicial era de 5 alturas, pero en algún caso se han alcanzado ya las 6.

Aretxabaleta-Gardelegi también es un punto constante de 'trompos' de vehículos. Los ruidos en las rotondas son habituales las noches de los fines de semana, especialmente en la calle Asparrena (que recorre el barrio de norte a sur por el este). También sufren de forma habitual la suciedad de quienes compran en el burger y posteriormente tiran los residuos en la propia calle.

Son algunas de las demandas. La asociación está en contacto permanente con el Ayuntamiento. Han acudido a la convocatoria de subvenciones, aunque su principal urgencia está en tener un local para reuniones. Fruto de la subvención llegarán nuevas iniciativas para hacer barrio y que el vecindario se conozca.