La agónica lucha de las asociaciones vecinales en Vitoria-Gasteiz

5 marzo, 2018

Las asociaciones lamentan la falta de relevo y la poca participación vecinal en los barrios

El movimiento vecinal ha estado sacudido por la actualidad en Vitoria-Gasteiz durante los últimos tiempos. Iniciativas como la del tranvía al Sur, la futura ampliación a Salburua y la ausencia del BEI en Zabalgana son algunos de los temas que más debate han traído en estas asociaciones.

27 de las asociaciones reciben subvención por parte del Ayuntamiento para realizar iniciativas y actividades como las fiestas de cada barrio. También son estas las que se preocupan de notificar a la casa consistorial los defectos o mejoras que pueden realizarse en cada zona de la ciudad.

Pero la reciente dimisión de Ioseba Martínez de Gereñu, líder de Salburua Burdinbide trae a colación el funcionamiento de estos organismos. ¿Realmente son eficaces en los barrios? ¿Tienen futuro en Vitoria-Gasteiz? ¿Están politizadas? ¿Representan a todo el barrio o solo a sus asociados?

Gasteiz Hoy se ha puesto en contacto con algunas de las asociaciones más activas de la ciudad para que den su visión y respondan a estas preguntas. Ipar Arriaga, Zabalgana Batuz, Salburua Burdinbide, Zazpigarren Alaba, Gure Auzune, Kaleartean y Uribe Nogales han puesto voz al movimiento vecinal en la ciudad.

  • No hay relevo generacional

Si en una cosa coinciden todos los líderes entrevistados es en esto. No existe un relevo que asegure el futuro de las asociaciones. "Todos llevamos muchos años y nos conocemos de sobra. Seguimos aguantando con la esperanza de que alguien nos releve y todo el trabajo no se vaya a la basura", se lamenta Ángel Lamelas, portavoz de Ipar Arriaga y presidente de la FAVA (Federación de Asociaciones de Vecinos de Álava).

Mesón: "Dejaría mi cargo si alguien estuviera dispuesto a cogerlo"

Ángel Lamelas, presidente de la FAVA y de Ipar Arriaga.

La visión de Ángel Mesón, líder de la asociación Gure Auzune de El Pilar, es algo más optimista: "Siempre hay alguien que cogerá la antorcha, aunque parezca que ahora no haya relevo". No obstante, admite que ese relevo es difícil de encontrar: "Yo dejaría con gusto mi cargo si alguien estuviera dispuesto a cogerlo".

El último en abandonarlo ha sido Ioseba Martínez de Gereñu. El exlíder de Salburua Burdinbide permanece aún en la asociación para facilitar el cambio de presidencia hasta la nueva asamblea. Según él, son las propias asociaciones las que dificultan este relevo: "Deberíamos cambiar la percepción que tiene la gente sobre nosotros. Que no nos vean como un grupo de gente que lo único que hace es quejarse".

aparcamiento de la guardia civil en sansomendi

Julio Baceiredo y Antonio Estébanez (Kaleartean Sansomendi)

Julio Baceiredo, portavoz de Kaleartean (asociación de Sansomendi) cree que el problema está en la juventud: "Hay que conseguir que los jóvenes se metan en el asunto. Hay grupos de chavales que cuando llegan la fiestas siempre te echan una mano, pero el reto está en que se impliquen también a diario, con los auzogunes y elkargunes".

  • Escasa colaboración de los vecinos

Precisamente, las fiestas de cada barrio son el verdadero motor de las asociaciones vecinales. Es el periodo en el que más gente acude a interesarse por la actividad asociativa y cuando más debe responder cada una de estas entidades.

No ocurre así en el resto del año; donde la actividad de los vecinos es mínima, a excepción de los miembros de la junta y colaboradores habituales. "Nuestro gran reto es que la gente se acerque a las asociaciones y aporten en cualquier aspecto. Hay que conseguir reactivar a los vecinos y que luchen por su barrio", exige Oskar González, portavoz de Uribe Nogales (Abetxuko).

González: "Hay que conseguir que los vecinos luchen por su barrio"

guillermo perea geriátrico arana

Guillermo Perea y otros líderes vecinales en una comparecencia por la reapertura del geriátrico Arana

El resto de líderes también coincide con su postura. "La respuesta de los vecinos en Zazpigarren Alaba es positiva, pero no como era antes. Ahora solo asisten a las asambleas los afectados al problema que se trata en ellas", afirma su portavoz, Guillermo Perea. También reconoce que cuando la asociación consigue resolver el problema, siempre suele ganar "dos o tres nuevos miembros" a la causa.

Martínez de Gereñu ejemplifica las palabras de Perea con un caso de Salburua Burdinbide: "Debido a un problema, unos 180 vecinos tuvieron un sobrecoste con las viviendas de protección oficial y nosotros les solucionamos el asunto. De esos 180 solo se hicieron socios dos personas", ratifica.

Martínez de Gereñu: "de 180 personas a las que ayudamos solo se hicieron socios dos"

Ioseba Martínez de Gereñu, expresidente de Salburua Burdinbide.

La perspectiva de Zabalgana Batuz, una de las más activas de Vitoria, es algo mejor que la de la mayoría de asociaciones: "En el día a día no estamos muchos. Cuando hay un llamamiento la gente está dispuesta a colaborar y a ayudar", asegura su portavoz, Leila Martín. La asociación aclara que, aún así, son pocas las personas que participan.

En los barrios nuevos es donde más sentido y actividad tienen las asociaciones, porque deben resolver problemas a los que otras más tradicionales ya se enfrentaron en su día.

Además, aunque está asociación tiene 250 socios registrados, lo hace "por cumplir el trámite obligatorio" y considera a todos los vecinos del barrio como si fuesen sus miembros. Un punto de vista que difiere del de otras asociaciones. "Las asociaciones de vecinos solo representan a sus asociados, no al barrio", coinciden Mesón y Lamelas. Aun así, matizan que también se encargan de resolver los problemas de cualquier vecino de la zona.

  • La política y las asociaciones vecinales
Ángel Mesón

Ángel Mesón

Según los entrevistados, antiguamente el movimiento vecinal de Vitoria-Gasteiz sí tenía influencia por parte de los grupos políticos municipales. Aunque ahora existen discrepancias sobre el estado actual, la sensación general es que las asociaciones vecinales son organismos mucho más independientes que antaño.

Uno de los que más podría decir al respecto, por conocer los dos ámbitos, es Ángel Mesón. El líder de Gure Auzune es senador por parte de Podemos, y su opinión es clara: "El movimiento vecinal no está en absoluto politizado. Es cierto que yo pertenezco a un partido político, pero es perfectamente compatible con esta labor siempre y cuando no se mezclen las dos cuestiones". Una perspectiva en la que también coincide Lamelas.

Perea: "Los grupos vecinales de Vitoria-Gasteiz no nos vendemos a los partidos

arantxa abetxuko pichis

Oskar González, de Uribe Nogales, durante la lucha contra la ocupación de la vivienda de Arantxa

Algo diferente piensa el presidente de Uribe Nogales: "Muchas de las asociaciones tienen una vertiente política, y no deberíamos permitirlo". De hecho, González acusa a la otra asociación vecinal de Abetxuko, Cauce Vecinal: "Nació de un cierto partido político con la única misión de introducir el tranvía en nuestro barrio. Ahora es casi un fantasma". Abetxuko no es el único barrio en el que hay dos asociaciones: también en Coronación, Zaramaga o Txagorritxu existen dos asociaciones para un mismo espacio.

Guillermo Perea opina de forma similar: "Los partidos políticos quieren y necesitan controlar el movimiento vecinal. Pero si algo hemos demostrado los grupos de Vitoria-Gasteiz es que no nos vendemos a los partidos", concluye.