BAI Center

21 marzo, 2011

Las obras para urbanización del espacio (que preparará el solar y costarán 20 millones de euros) ya han comenzado.

El nuevo recinto busca darle a Vitoria un impulso al turismo congresual, donde la ciudad ya fue pionera en los años 90. Pero el Europa y Villasuso se quedaron pequeños, y todas las ciudades del entorno optaron por imitar a Vitoria, con instalaciones más modernas y cómodas.

El Baluarte de Pamplona, el Euskalduna de Bilbao, el Riojaforum logroñes, el Kursaal donostiarra o el Complejo de la Evolución Humana, en Burgos. Este último, por cierto, obra de Navarro Baldeweg.

Vitoria se ha quedado atrás. Y ahora la única opción para recuperar terreno es saltar por encima de estas ciudades y sus complejos. No vale con unas instalaciones similares a las de otras ciudades. Es necesario ir un paso por delante. Y la integración de el palacio de exposiciones y congresos en un solo espacio puede ser ese paso. Una misma instalación, en la que acoger ambas opciones, que, a menudo, van de la mano.

Pero también se busca integrar en un solo espacio las principales actividades culturales que tienen lugar en la ciudad, así como atraer nuevos circuitos. Y parece que es este tercer espacio, el formado por las salas Sinfónica y de Cámara, el que levanta más polémica. La primera duda es si será viable una instalación cultural  así en una ciudad de 250.000 habitantes, donde poca gente está dispuesta a pagar por ver teatro, conciertos o espectáculos. Será necesaria una importantísima labor de márketing y de gestión por parte del director del BAI Center. Nadie duda, sin embargo, de que Vitoria será la envidia de sus ciudades vecinas en cuanto a  instalaciones.

Arquitectónicamente, no cabe duda de que la utilidad ha primado sobre la belleza. Al contrario que el fallido auditorio de Baldeweg, en este caso el BAI Center no es visualmente atractivo, sino más funcional.

Las dudas que asaltan, lógicas por otra parte, son numerosas. Entre ellas está si realmente era necesaria la contratación de Toyota para lograr lo que llaman excelencia acústica de la sala sinfónica. Esa excelencia, o muy similar, probablemente podría haberla conseguido algún estudio de menor caché.

Vecinos de Vitoria y Álava argumenta su decisión en que no es el momento, y en que es prioritario equipar los nuevos barrios, con centros cívicos, escuelas o centros de salud. Además, denuncian que sea Ensanche XXI quien financie el equipamiento.

Recordemos que el Ayuntamiento será quien pague más del 75% de la infraestructura. Y para ello ha recurrido a la partida reservada para la sociedad municipal de gestión de suelo Ensanche XXI y a la deuda.

En tiempos de crisis hay dos posturas que adoptar: la defensiva y la de ataque. Estas dos posturas se refieren al apartado empresarial, pero también se pueden trasladar a este caso. Nunca se sabrá que estrategia es mejor. Si en una coyuntura negativa se opta por una estrategia agresiva, de adelantarse a los rivales y superarlos, es posible que, cuando mejore la situación, se esté un paso por delante. También es posible que ese ataque termine ahogando a la institución.

El ex alcalde José Ángel Cuerda se ha unido a esta campaña. Cuerda fue el creador del modelo actual de ciudad, y durante veinte años construyó y modeló Vitoria. Pero en su contra también juega el hecho de haber rechazado el tranvía gratis para luego tener que pagar por él.

Existen razones lógicas para estar a favor y en contra del BAI Center. Está claro que será un motor de atracción económico para Vitoria. Por lo menos su parte congresual. ¿Es eso lo que quiere la ciudad y los vitorianos?

El PP ha anunciado que frenará el BAI Center si gana las elecciones y en su lugar construirá un parking para la intermodal. El PSE hizo lo propio hace cuatro años con la ampliación del Europa y el Auditorio de La Senda. Es una pena que en una ciudad en la que podemos disfrutar de la saludable alternancia entre las tres grandes fuerzas políticas, los que llegan sólo busquen destruir el legado de los anteriores.

El próximo jueves, de la mano de VVA, los candidatos volverán a dejar claras sus posturas en el debate que se celebrará en el Europa. Y los ciudadanos podremos escuchar, esta vez sí, las razones de cada uno y así poder indignarnos o alegrarnos con el proyecto.