Que levante la mano aquel que, de pequeño, no ha jugado a ir por la calle pisando sólo las baldosas de un color. Un juego divertido para los más pequeños pero que se convierte en una auténtica odisea para los mayores que, en días de lluvia, se ven obligados a realizar dicha estrategia.
Vitoria, como todas las ciudades del mundo, tiene un problema con las baldosas sueltas. Baldosas que en los días de lluvia se convierten en una auténtica arma letal. Son muchas, cientos, las baldosas que se encuentran por la ciudad dispersas dispuestas a calar al paseante en el momento en el que las pise. Por ello, es posible que estas tres no sean sino una de las cientos de imágenes que se podrían obtener en Vitoria.
Ningún tipo de baldosa se libra. Todas tienen la capacidad de soltarse para dejar entrar el agua para hacerlo salir de forma inoportuna posteriormente. Para evitar estos problemas las Brigadas de Acción Inmediata trabajan de forma constante. Pero es inevitable que sean muchas las personas que acaban caladas por estas baldosas.
Por suerte, en estos casos hay aceras que aún no cuentan con baldosas. Aunque en este caso, y eso ya sería otra fotodenuncia, haya importantes opciones de resbalones.
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