La barbería de Sao Paulo que se mudó a Vitoria

19 agosto, 2022

Barbería Alabama busca sinergias con locales del entorno, a los que suministra posavasos personalizados

Pedro y Víctor abrieron en 2018 la Barbería Alabama, en un centro comercial de Sao Paulo. Pedro es vitoriano, y llegó en 2015 a Brasil. En 2018 abrió junto al brasileño Víctor su Barbería. Dos años después traspasaron aquella Barbería Alabama, y el 2 de marzo de 2020 abrieron otro negocio idéntico en Vitoria-Gasteiz.

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Desde su apertura Pedro y Víctor buscaron las sinergias con locales del entorno. Y crearon 5.000 posavasos para entregar en bares de la zona.

Su marca es visible bajo las copas de locales como Casa Juan, La Vecina, Hungaria o Belardi. "En Brasil es más común buscar sinergias entre distintos negocios: que mis clientes vayan a otro bar, o que los suyos vengan aquí a cortarse".

Alabama Vitoria abrió dos semanas antes de la pandemia, lo que complicó mucho su negocio en los inicios. También el marketing que tenían pensado: "Hicimos 5.000 posavasos que estuvieron parados durante un año", asegura Pedro.

Su mudanza a Vitoria fue una idea que surgió en 2018, cuando ambos vinieron de vacaciones: "Vine por primera vez a Vitoria, vi que tenía barberías pero no con el servicio que teníamos en Brasil: con cerveza, café,...", explica Víctor, que ahora tiene 24 años. "Vendimos la barbería que teníamos allí y trajimos ese formato a Vitoria-Gasteiz.

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Barbería Alabama, que Víctor y Pedro abrieron en 2018 en Vitoria-Gasteiz

El auge de las barberías

Víctor y Pedro estudiaron barbería en Brasil, un negocio en boga en Vitoria-Gasteiz. "El público estaba acostumbrado a la peluquería mixta, pero el hombre necesitaba ir a su espacio propio, un lugar en el que estar, arreglarse la barba o cortarse el pelo", explica Pedro.

Alabama Sao Paulo era una pecera en un centro comercial. En Vitoria-Gasteiz también miran al exterior con cristaleras amplias y dos grandes espejos colocados uno frente a otro: "Queremos espacios abiertos y decoración minimalista para que la gente va nuestro trabajo"

Su clientela incluye desde bebés hasta su cliente más fiel: Alfredo, de 96 años. Hay incluso gente llegada de otros municipios y comunidades autónomas.