Al Baskonia le sobran asientos

5 julio, 2011

Saski Baskonia vivirá en 2011-2012 una temporada de transición. Un cambio de pabellón, con traslado incluido, que provocará numerosos problemas y quebraderos de cabeza a los aficionados. Aficionados que, en los últimos años vienen siendo una masa homogénea, en torno a los 8.500 y 9.000 que, salvo grandes encuentros, se dan cita en el Buesa […]

Saski Baskonia vivirá en 2011-2012 una temporada de transición. Un cambio de pabellón, con traslado incluido, que provocará numerosos problemas y quebraderos de cabeza a los aficionados. Aficionados que, en los últimos años vienen siendo una masa homogénea, en torno a los 8.500 y 9.000 que, salvo grandes encuentros, se dan cita en el Buesa Arena.

Sin embargo, este año ha sido complicado para el club, que ha tenido que hacer esfuerzos extraordinarios para llenar el Buesa Arena y convencer de la necesidad de un nuevo pabellón.

Ahora, una vez concluida la temporada, la renovación de abonos ha concluido con una pérdida de un 10% de socios. Cerca de 800 socios han decidido no seguir el año que viene pagando un abono, y optarán por las entradas regaladas, por los basket a la carta o por la compra de entradas sueltas.

En los últimos años son varios los factores que no ayudan a los aficionados. Varios de ellos son perfectamente conocidos por el club. El primero de ellos es externo a ellos, y tiene que ver con la crisis económica. Pese a que el sentimiento baskonista es algo que se puede llevar muy dentro, el dinero es el dinero y en Vitoria hay cerca de 21.000 personas sin empleo.

También se puede escudar el club en que el traslado a la Plaza de Toros puede retraer a los aficionados. Pero no debería ser así, dada su ubicación y que es un recinto más céntrico. Es más fácil llegar y más fácil volver después tomándose algo o retornar directamente a casa.

Pero volviendo a las causas de la pérdida de socios, hay también varios apuntes que reseñar: A lo largo de la temporada pasada la mayoría de los partidos en los que el Buesa Arena se llenó fue a través del regalo de entradas. Diversas campañas puestas en marcha de forma conjunto con Eroski o con otras empresas permitieron repartir cientos de entrada en muchos partidos. Y de ello se han beneficiado no los abonados y socios, sino aficionados que no pagan religiosamente su carnet.

Tampoco acompaña en exceso el nivel de los partidos. En muchos de los encuentros de esta temporada el público se ha aburrido. En unos casos era la plantilla baskonista la culpable de los bostezos, pero en otros casos había que achacarlo directamente a la diferencia de nivel entre plantillas ACB e, incluso, Euroliga.

En realidad, se pueden contar con los dedos de una mano (bueno, usemos las dos manos) para contar los buenos encuentros, aquellos en los que los aficionados han disfrutado. Y ello pese a que en esta ocasión el conjunto de Dusko Ivanovic nos "regaló" una primera fase más entretenida de lo que preveíamos.

En cualquier caso, el juego de esta temporada no ha convencido a los aficionados, y la no consecución de títulos ha motivado una nueva desazón azulgrana. No de aquellos aficionados al baloncesto y al Baskonia, pero sí de aquellos que van al baloncesto como un entretenimiento. Y esto es como en la política. PP y PSOE tienen sus votantes fieles, pero su lucha es por los indecisos. Y eso es lo que tiene que asegurarse año tras año el Baskonia: a esos indecisos que no saben si hacerse socios del Baskonia o buscar otro entretenimiento.

Y, por último, hay que tener en cuenta también los horarios. Hace una década, el Baskonia jugaba sus encuentros los sábados a las 20:15, salvo que lo emitiese La2 a las 13:00 horas. La pasada temporada la gran mayoría de los encuentros de fin de semana se disputaron el domingo a las 12:30 o el sábado a las 18:00. Dos horarios que no son ni mucho menos favorables para los aficionados.  El domingo por la mañana es día de resaca para gran parte del pabellón (y se nota también en la animación) y un sábado a hora tan temprana aún hay encuentros de categorías inferiores celebrándose, además del trabajo en muchos comercios.

El Baskonia está ante el momento de mayor crecimiento de su historia. Y debe apoyarse en sus aficionados, pero también cuidarles y tener en cuenta sus exigencias y posibilidades. Los horarios y el regalo de entradas no ayudan en exceso. Pero hay que buscar fórmulas para lograr que el nuevo pabellón consiga grandes entradas no sólo dos días por temporada, sino de forma asidua durante toda la campaña. Si no, podrá decirse que la reforma del Buesa Arena no tenía sentido.

Y respecto al buen juego, esperemos que podamos volver a disfrutar durante muchas noches del gran Baskonia.