Baskonia no puede contra los elementos

Baskonia no ha podido vencer hoy al Madrid en un encuentro en el que Doncic, Llul y Randolph han mostrado su clase, pero donde una vez más los árbitros han sido foco de atención con su diferente rasero en uno y otro lado de la cancha. Baskonia ha caído en la prórroga 99-103. Los madridistas han sido superiores y se han beneficiado de los numerosos errores del Baskonia en los minutos finales.

Beaubois ha sido el máximo anotador, con 27 puntos, en un encuentro más propio de F4 de la Euroleague. La tensión ha estado en todo momento en la cancha y Baskonia ha pecado de numerosas pérdidas en los últimos minutos.

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El encuentro comenzaba con ambos intercambios de canastas y el claro dominio de los azulgrana en las gradas, con el apoyo de las 7 aficiones, no sólo de los 9.000 baskonistas presentes.

Un campo atrás del Baskonia a apenas 2 minutos de juego parecía querer recordar lo ocurrido en los cuartos de final. Pero Madrid no acertaba en ataque y Baskonia se aprovechaba también del dominio claro en el rebote en ambas zonas. La defensa subía en intensidad, con Bargnani como máximo anotador y un juego colectivo que permitía concluir el primer cuarto 20-15.

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• Doncic y Randolph

El segundo cuarto, sin embargo, tenía dos nombres claros: Luka Doncic y Randolph. Ambos se ponían las pilas para dar su mejor versión y dejar al Madrid muy por encima: 35-44 al descanso. En el Baskonia volvían las jugadas individuales, mientras los tres de naranja volvían a ser protagonistas con varias jugadas polémicas que se decantaban en favor del Madrid.

Mientras tanto, el junior madridista marcaba la diferencia, llamado a ser referencia en la NBA muy pronto. Junto a él Randolph seguía con la magia ya desplegada en la prórroga ante el Andorra.

• Baskonia remonta tras el descanso

Tras el descanso llegaba la mejor versión del Baskonia. Los azulgrana, cuando peor pintaba el partido tras una antideportiva de Diop (37-50), conseguían dar la vuelta al marcador a base de ritmo, intensidad, acierto exterior y un colosal Tillie. La diferencia se acortaba a 2 puntos en el minuto 25 (48-50), pero dos errores ofensivos y el acierto blanco colocaban el 52-61. Pero el Baskonia estaba decidido a vaciarse.

Doncic volvía a pista en pleno auge baskonista pero, esta vez, Laprvittola hizo un buen trabajo defensivo al tiempo que daba equilibrio ofensivo. Del abuso del triple en la primera mitad, se pasó a un mayor equilibrio dentro-fuera. Al mismo tiempo el porcentaje exterior se disparaba: del 5/14 (35%) en la primera parte se pasaba al 12/24 (50%) al término de los 40 minutos

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• Pérdidas decisivas en los últimos instantes

En el último cuarto llegaba el arreón final del Baskonia. Beaubois dio su mejor partido como baskonista, más calmado y leyendo el partido, ayudado por el resto de los jugadores, iba abriendo brecha. Tres triples seguidos (Beaubois, Larkin y Hanga) colocaban el 87-79 a 3 minutos del final.

Pero Sergi Llull estaba en modo fuego y ponía la clase: "Ahora penetro, ahora tiro de tres". El base madridista se erigía en el referente del equipo. Pero eso no era suficiente. Baskonia seguía manteniendo el control del partido hasta los últimos minutos. Laso recurría a Nocioni para los minutos finales, y en el Baskonia entraba el miedo.

Voigtmann, importante durante el encuentro, regalaba dos bolas en los minutos finales y los blancos lo aprovechaban todo. Con 89-86 Baskonia no supo cerrar el rebote. Tras un lanzamiento errado, Doncic, otra vez Doncic, capturó el rebote para triple de Llull, 89-89. Larkin decidió jugar a matar con un triple en la última acción azulgrana pero el balón no entró. Llull falló su último tiro y el partido expiró. Prórroga.

Tras el bajón anímico por haberlo tenido en las manos y no haber rematado, Baskonia se encomendó al 1x1. El Madrid, de nuevo reforzado, tras forzar la prórroga, seguía sólido y jugando como un rodillo. Hanga logró empatar a 94 con un gran triple, pero las opciones baskonistas acabaron de la mano de Nocioni en la réplica.

El Madrid, que no debió jugar esta semifinal, superó a un Baskonia que se levantó del tapiz con una segunda parte de ensueño y, cuando sólo faltaba pisar la arena, le temblaron las piernas.