Belén Santo sin filtros: su vida con un millón de seguidores
La tiktoker de Vitoria habla sobre su carrera en las redes sociales y la realidad de trabajar como creadora de contenido
Las palabras de Belén Santo suenan sinceras al otro lado del teléfono. Habla con la naturalidad de quien conversa con una amiga, sin filtros ni tapujos. La creadora de contenido, más conocida como Belu, es, probablemente, la tiktoker más conocida de Vitoria. Con más de 1 millón de seguidores en TikTok, ha capturado la atención de su audiencia gracias a su autenticidad y cercanía.
El viaje de Belén hacia la fama no fue buscado. Todo ocurrió de casualidad. Cuando volvía de trabajar, Belén se relajaba grabando TikToks. “Me ponía con el móvil a grabar vídeos y a editarlos, por pura diversión y aburrimiento”, expresa. Sin planearlo, fue ganando seguidores, hasta que un vídeo hablando de su relación con un niño sordo le cambió la vida.
@santobelen_ Mi vida como vendedora de golimonas #golimonas #chuches #niños #viral ♬ sonido original - Belu
El vídeo se hizo viral. A los dos días de publicarlo tenía millones de visualizaciones y Belén ganaba miles y miles de seguidores. La televisión fue a buscarla a la tienda de gominolas donde trabajaba, y el impacto mediático llegó hasta Uruguay, su país de origen. Esto ocurrió en 2022. Ahora, el vídeo tiene más de 15 millones de visualizaciones, solo en TikTok.
“En esos momentos me moría de la ansiedad. Fue muy loco, de un día para otro. De repente tenía medio millón de seguidores y me llamaban todos los medios de comunicación”, explica.
A día de hoy, viéndolo con perspectiva, agradece toda esa repercusión: “Se dio voz a una cosa buena, que en redes sociales a veces es difícil verlo. También me dio mucha visibilidad y me ha salido mucho trabajo”.
“Se cobra muy bien”
Lo que comenzó como un pasatiempo se ha transformado en una carrera de tiempo completo. Belén se gana la vida con las redes sociales, y asegura, sin tapujos, que una de las mejores cosas es el sueldo: “Se cobra muy bien para el trabajo que haces. Yo he currado desde los 16 años como una desgraciada, y ahora alucino con el dinero que se mueve en este mundo”.
Con una gratitud palpable en cada palabra, Belén se siente “super agradecida y afortunada” al dedicarse a las redes sociales. “Mi trabajo es de unas horas, de irme a Madrid, hacer colaboraciones con marcas chulas, viajar a festivales y eventos, visitar cantidad de lugares y conocer mucha gente”, indica.
Su vida como creadora de contenido es un no parar, pero Belén expresa con sinceridad que lo lleva bien: “Es un trabajo divertido, estimulante, y muy fácil en comparación con todo lo demás que he trabajado”.
La parte más negativa para esta joven es el interés que hay en el mundo de las influencers. “Hay gente muy altiva, que por tener más seguidores que tú se cree mejor persona”, asegura. La competitividad, dice, es “inevitable”, pero ella crece en redes sociales creando contenido sin polémica.
“Es un trabajo divertido, estimulante, y muy fácil en comparación con todo lo demás que he trabajado”
“Me gusta subir un poco de todo. Un día me apetece hablar como una loca de muchas cosas; otras cuento anécdotas o creo contenido más divertido”, indica. A pesar de los bloqueos creativos ocasionales, encuentra inspiración en otros vídeos y tendencias de TikTok, manteniendo así una conexión constante con su audiencia.
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“Mi comunidad de seguidores me quiere un montón, siento que tengo amigos en todas partes”. A menudo, estas interacciones van más allá de lo virtual: "La gente que me encuentro por la calle me da siempre mucho cariño. Algunos me piden fotos y luego acabamos de fiesta dos horas juntos".
Sin embargo, en su exposición pública no faltan los ‘haters’, sobre todo este último año. “Mi contenido no es polémico, es sencillo y normal, pero hay gente en twitter que me odia y se mete conmigo por cualquier cosa”, confiesa.

Belén Santo y su hermana
Con más de un millón de seguidores, Belén ha aprendido a manejar la presión. Los eventos y viajes son parte de su día a día, pero al principio se sentía fuera de lugar. "Cuando empecé a ir a eventos lo pasaba mal, no encajaba para nada y no sabía de quién me podía fiar”, comenta.
“Yo sé que mis verdaderas amigas son cuatro, están en Vitoria y ninguna es influencer”
Ahora, con más experiencia, ha encontrado su lugar. Aunque conoce a muchas influencers y personas que antes admiraba, mantiene los pies en la tierra: “Yo sé que mis verdaderas amigas son cuatro, están en Vitoria y ninguna es influencer”.
Una vida privada al margen
A pesar de su exposición pública, Belén prefiere mantener su vida personal apartada de las redes sociales. Disfruta compartiendo pensamientos y experiencias cotidianas, pero es reservada cuando se trata de detalles íntimos: "Hablo mucho de mis cosas, pero cuento muy poco. Intento que mi vida privada siga siendo privada”.
Al principio, esta joven sentía una mayor responsabilidad en las redes sociales. Evitaba situaciones como emborracharse con amigas, ya que temía el juicio y la mirada de los demás. "Sentía que la gente me iba a juzgar, me iban a mirar y no podía dar esa imagen", confiesa.
Con el tiempo, sin embargo, descubrió que la autenticidad es apreciada por su audiencia. "Me di cuenta de que si vas pisando huevos tienes esa naturalidad que le gusta a la gente", comenta.
Reconoce que, aunque no tiene la obligación de educar a nadie en redes, prefiere mantenerse lejos de comentarios inapropiados: "No tengo la obligación de educar a nadie, aunque evidentemente no me voy a poner a decir cosas idiotas porque no soy idiota. No quiero adoctrinar a nadie, pero sí decir lo que pienso”.
Un futuro en Madrid
Belén se mudó a Madrid, un paso necesario para estar más cerca de las oportunidades laborales: "Más por necesidad que por otra cosa".
Aunque este cambio implicó dejar Vitoria, donde tiene su familia y amigas, esta joven está emocionada. Con su energía contagiosa y su naturalidad, Belén Santos continuará su camino en redes, demostrando que, en un mundo de filtros y máscaras, la verdadera esencia, a veces, encuentra su lugar.