Bizkaia se anota otro tanto a costa de Álava

22 noviembre, 2011

Juan Martínez de Irujo y Aimar Olaizola protagonizarán este próximo domingo una de las citas más esperadas del mundo pelotazale. Ambos se jugarán el título del torneo del cuatro y medio, el más espectacular de cuantos reinan en el mundo de la pelota vasca. Lo harán en el nuevo Frontón Bizkaia, una instalación que ha […]

Imagen del Frontón Ogueta de VitoriaJuan Martínez de Irujo y Aimar Olaizola protagonizarán este próximo domingo una de las citas más esperadas del mundo pelotazale. Ambos se jugarán el título del torneo del cuatro y medio, el más espectacular de cuantos reinan en el mundo de la pelota vasca. Lo harán en el nuevo Frontón Bizkaia, una instalación que ha costado 24 millones de euros y que permite albergar a cerca de 3.000 personas.

El Frontón Bizkaia ha venido a poner la puntilla al Ogueta vitoriano. Y lo ha hecho sobrepasándole sin excesivas complicaciones. En los últimos años el Ogueta tan sólo ha acogido en su frontón de pelota a mano el Torneo de la Blanca y las finales de los principales torneos. En el caso del Cuatro y Medio, la última final tuvo lugar en 2007, mientras que la última vez que el Parejas y el Manomanista se decidieron en Vitoria fue hace un año, en 2010.

Vitoria tiene difícil competir en la búsqueda de una final, y más teniendo en cuenta que se ha dejado morir su frontón, con la total ausencia desde hace años de partidos de liguilla y eliminatorias. Hasta la inauguración del Bizkaia, era el frontón con mayor aforo, de  2.155 espectadores.  Y en las ferias de La Blanca, la ocupación media supera las 1.500 personas, lo que pone de manifiesto que hay afición en la capital de Euskadi.

El problema es que, una vez más, y van muchas, la desidia de las autoridades y los promotores locales es aprovechada por Bizkaia con agilidad y rapidez.

Y este puede que no sea el último ejemplo. Vitoria también podría salir perjudicada del recorte que plantea la UPV para evitar la duplicidad de carreras en las tres provincias. Aunque aún está en estudio, la Escuela de Ingenieros Técnicos de Álava podría correr el riesgo de llegar a cerrar, y podría afectar a otras diplomaturas y licenciaturas. Estas carreras se impartirían en el campus de Bizkaia junto a San Mamés.

En el pasado se pueden encontrar también varios ejemplos en los que Bizkaia ha estado a la altura, y no así los dirigentes políticos y sociales alaveses. El más claro es el de Foronda. El aeropuerto vitoriano ha vivido desde sus inicios una particular guerra con el velódromo vizcaino, que ha acabado ganando de calle Loiu. La pasividad de la Cámara de Comercio de Álava y de las autoridades locales, que han mirado demasiado de lado al aeropuerto, acabaron por hacer demasiado fácil a Loiu superar a Foronda.

El metro ligero es otra de las partidas ganadas por Bizkaia. En 1998 Vitoria renunció a la instalación gratuita del Metro Ligero en sus calles. Bilbao aprovechó esa partida para hacerse con él sin poner una sola peseta. Una década después, Vitoria tuvo que pagar 11,5 millones de euros, lo mismo que la Diputación Foral de Álava.

La última apuesta que Álava quiere potenciar para evitar que Bilbao se adelante es la enoturística. Vitoria debe consolidarse como capital del vino de Rioja Alavesa, por delante de los intentos que se están viendo desde Bilbao de apropiarse de un título que para nada les pertenece.

Más allá de estas batallas, no hay que olvidar que Bilbao es la capital financiera y económica de Euskadi, mientras que Vitoria-Gasteiz mantiene el rango de capital administrativa, por mucho que a algunos les duela.

Sin embargo, los vitorianos siguen llegando tarde a muchas decisiones cruciales. Aquí juega un papel importante el perfil del alavés, más tranquilo y modesto seguramente que los vizcainos. Una cualidad, que, sin embargo, parece claramente necesaria en el mundo en que vivimos.