El misterio de las cabezudas, el ruido de las bochinchas y el cambio de gitanos a skaut

27 julio, 2018

Los gigantes y cabezudos han sufrido varias transformaciones a lo largo de los años

Cabezas originales de los gigantes, retiradas en 1992 y almacenadas en Musiketxea

Los Gigantes y Cabezudos celebraron en 2017 su centenario. Los primeros gigantes eran dos parejas de aldeanos, y los cabezudos eran personajes de la época. El precio fue de 440 pesetas cada gigante y 30 pesetas cada cabezudo.

Se eligieron cuatro cabezudos que eran personajes típicos vitorianos, pero se descartaron otros, entre ellos al Sacamantecas y a 'la Pisqui' o la Peinadora, según recordaba Jose Mari Sedano en el libro publicado en los 90 sobre la comparsa.

Los cuatro cabezudos originales fueron finalmente: El Pintor de Vitoria, Celedón, Cachán (mucha gente recuerda el Callejón de Cachán y entre los niños se le conocía como el hombre del Saco) y Escachapobres ( los escachas eran dos trabajadores del Ayuntamiento conocidos como 'celadores de pobres' y vestían como el cabezudo, con su sombrero de copa). Estos cuatro cabezudos se apartaron en 1928 por su enorme peso y no se recuperaron hasta los 80. Estos cabezudos fueron elaborados en Canarias.

En cuanto a los gigantes, la tercera pareja de aldeanos son los Regüeveros, que surgieron en 1929. En 1943 nacieron los reyes de la Baraja, que desaparecieron en 1962, para ser recuperados en 1991. El aspecto actual de los Reyes nada tiene que ver con el original; son ahora mucho más amables.

En la última década han desaparecido dos cabezudas

Cabezudos creados en 1930

En 1930, tras la desaparición de los cuatro cabezudos clásicos, se crearon otras seis cabezas más ligeras y que no representaban a nadie en particular: Ojo Biriqui, Calva Seca, el Llorón, la Rubia, la Señora y la Vieja.

Estos cabezudos de los años 30 fueron completamente transformados en los 70 en Valencia. Las cabezas antiguas desaparecieron y de hecho en 1980 se vio una de ellas en manos de un blusa en un paseíllo.

Hasta al menos mediados de los 90 fueron 6 los cabezudos nuevos (más los 4 clásicos), que se renovaron en 1997 y 2001. Sin embargo en los últimos años se ha perdido el rastro a dos mujeres.

La colección de seis aparece en varias fotografías (como la portada del libro de Jose Mari Sedano que puedes ver abajo y en la que tan sólo falta Ojo Biriqui) y también están a la venta en miniatura en Kirol Didac (colección en la que colaboró el Ayuntamiento). Sin embargo nadie en el Ayuntamiento puede aclarar qué ha ocurrido con estas dos mujeres, ni cómo desaparecieron sin que nadie lo percibiese.

El programa municipal de La Blanca 2017 recogía erróneamente que La Vieja, La Rubia y La Señorita es la misma cabeza. Pero esta afirmación es falsa, como se puede ver en las fotos.

Portada del libro de Jose Mari Sedano

  • De gitanos con derechos a Skaut

El resurgir de la Comparsa se produjo en 1990. Hasta entonces había varias familias de etnia gitana que, por derecho adquirido y tradición, portaban y bailaban los 6 aldeanos, mientras golpeaban a los niños con los cabezudos. En 1991 el Ayuntamiento retiró ese derecho a estas familias y encargó a unos jóvenes skaut de San Viator resurgir la comparsa.

Un periódico de la época aseguraba en su titular: "Los gitanos que portan los gigantes acusan al Ayuntamiento de expulsarles a causa de su raza". Cuerda aclaró en 1990 que el año anterior hubo unos incidentes muy graves en los almacenes municipales, y por ello se optó por buscar una sustitución. De hecho, según recuerda Jose Mari Sedano en su libro, el problema estaba en que los propios gitanos subcontrataban los servicios de porteadores de gigantes.

Estructura antigua de los gigantes, junto al macero propiedad de un vecino de Zalduondo

David Aparicio fue uno de los skaut que entró a bailar la comparsa en 1990: "Uno de nuestros monitores trabajaba en el Ayuntamiento y nos propuso gestionar la comparsa". La entrada de estos jóvenes, que apenas tuvieron un mes para ensayar, dio un nuevo rumbo a la comparsa, que vino acompañada, un año después, por la inclusión de los Reyes de la Baraja.

Su estreno se produjo con apenas dos bailes, que aprendieron durante el mes de julio en la Plaza del Matxete, de la mano de Pedro Elosegi. Aquellos seis aldeanos no tienen nada que ver con los de ahora. Su cara se renovó en 1992 (aún se conservan las antiguas) y en 1998 se despidieron de la estructura de mimbre para dar paso a la madera. "La diferencia al llevarlo era brutal. El apoyo en la cabeza, la estructura..." Los movimientos con el mimbre eran muy diferentes de los que podían realizar con las cestas de madera. Por eso, durante algunos años, los aldeanos y Los Regüeveros no eran tan visibles.

Las bochinchas con tripa de cerdo desaparecieron tras la desaparición del Matadero

A comienzos de los 2000 desaparecieron las bochinchas hechas con vejiga de cerdo, y se sustituyeron por otras de gomaespuma: "Las hacían en el Matadero Municipal. Cuando se privatizó se vio que era muy complicado conseguirlas, por lo que se decidió cambiar".

David coincide con la opinión general: "No tiene nada que ver el ruido de la bochincha de ahora con la de antes. El ruido que hacían al golpear a la gente por las calles del Casco Viejo, unido a la música de los gaiteros, te daba un subidón impresionante". Y es que las bochinchas picaban, pero era más el susto del ruido que hacían que el daño que pudiesen sufrir pequeños y mayores.