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El bosque urbano comestible de Judimendi cobra vida
Tras preparar el terreno en este jardín de la calle Santiago, llega el momento de la siembra
El bosque urbano comestible de Judimendi ya cobra vida. Sin prisa pero sin pausa, el proyecto avanza en un jardín ubicado entre los números 29 y 35 de la calle Santiago. Casi 400 metros cuadrados de terreno sin apenas uso durante años.
Tras ver dicha estampa con frecuencia, en 2022, Julia Robles decidió impulsar una iniciativa para darle una nueva vida y convertirlo en el tercer bosque urbano comestible (BUC) de la ciudad. Lo hizo con el respaldo de la asociación vecinal de Judimendi.
Preparar el terreno y sembrar
Foto: buc judimendi.
Enseguida se pusieron manos a la obra para solicitar los permisos municipales que, pese a contar con el beneplácito del Ayuntamiento vitoriano, llevan su propio ritmo. Y este año han visto la luz. Tras diversas charlas, encuentros y mesas divulgativas a lo largo del tiempo, en primavera analizaron la calidad del suelo y comprobaron que era apto para el cultivo.
Habrá hierbas aromáticas, arbustos pequeños y arbolitos frutales
A continuación, por medio de talleres de paisajismo, diseñaron en papel cuáles serían los caminos interiores del bosque urbano comestible. Y, tras la vuelta de las vacaciones, llegó el momento de plasmarlo sobre el terreno. En octubre comenzaron las labores para preparar el terreno, montar el riego y los bancales.
Sin embargo, las lluvias obligaron a frenar los trabajos, que se retomarán los próximos 7, 8 y 9 de noviembre, si la climatología acompaña. Entonces, será también el momento de iniciar la siembra de semillas y las primeras plantas. "Serán desde hierbas a arbustos pequeños y arbolitos frutales", indica Julia. Eso sí, todos tienen un patrón enanificante "para que no crezcan mucho y quiten demasiada visión" a los comercios y residentes del entorno.
Participación bienvenida
Foto: buc judimendi.
El objetivo es que el bosque urbano comestible de Judimendi luzca variedades locales, como pueden ser los manzanos, perales, ciruelos o cerezos. También plantas aromáticas que, en teoría, serán las primeras en aflorar, si todo va bien, en 2025. "El año que viene, tanto de las plantas aromáticas como de los arbustos frutales, ya habrá alguna flor. Para los árboles frutales habrá que esperar un poquito más", señala.
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Una iniciativa a la que está invitada "toda la ciudadanía. No solo gente del barrio, cualquier aportación es bienvenida". Buena prueba de ello es la colaboración con la Fundación Itaka, así como de los estudiantes de jardinería del colegio Calasanz y del grado de carpintería del centro público de FP El Carmen. Estos últimos preparan un panel informativo para cuando todo esté listo.
Entonces, este rincón se habrá convertido en un jardín "que huela bien, bonito de ver y con frutos ricos de comer". Todo "en beneficio del barrio, con la particularidad de que será hecho por el barrio, con nuestros propios recursos", recalca Julia.
Una vez todo sembrado, el trabajo no acaba ahí. Con el tiempo, "seguiremos plantando de manera escalonada y estaremos pendiente del crecimiento". También continuarán con los talleres y auzolanas, convertidos en toda una fuente de aprendizaje, como, por ejemplo, los de reproducción de plantas, intercambio de semillas o cultivo de microorganismos.
¿Te interesa participar? Puedes hacerlo vía Instagram o por email en judimendikoak1@gmail.com.
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