El Bujanda cierra tras 92 años de historia familiar

20 julio, 2022

Este bar histórico de Vitoria-Gasteiz bajará este viernes su persiana para siempre

Vitoria-Gasteiz dice adiós a un bar histórico de las fiestas de La Blanca. El Bujanda baja su persiana para siempre tras 92 años de historia y tradición familiar. El bar gestionado por Miguel Ruiz en la calle Independencia cierra este viernes 22 de julio, y los clientes aprovechan esta semana para despedirse de un local dirigido por tres generaciones en sus nueve décadas de existencia.

bujanda vitoria

Este bar de pintxos ubicado en el centro de Vitoria-Gasteiz destaca por los fritos. Desde sus inicios, miles de gasteiztarrak se acercaban hasta el Bujanda para comer una masa frita con huevo. "La gente venía como loca y te ponías todo amarillo haciendo las masas", recuerda Miguel Ruiz. Eso sí, el gerente del bar asegura que "los fritos de ahora están mejor y no sé cómo la gente se podía comer eso".

Un bar familiar

La historia del Bujanda empezó a finales de 1929, con el abuelo de Miguel Ruiz. "Se quería ir de casa de sus padres y montó el bar", comenta Miguel. Hasta esa fecha, el local era el sitio donde dormían los de Postas (Correos) que llevaban los caballos. De hecho, el patio interior era la caballería dónde dormían los caballos.

Más allá del bar, el Bujanda empezó acompañado de Álava Automovilista, que es lo que "ahora se puede entender como las compañías de seguros". Además, el primer gerente del bar recogía 5 pesetas mensuales a los taurinos de Vitoria-Gasteiz para comprarles los abonos en la plaza de toros, "ocupada la mitad de ella por clientes del bar".

primer contrato bujanda

Primer contrato de arrendamiento del Bujanda

La segunda generación del Bujanda la comandó el ex futbolista del Alavés, Primi. Este jugador histórico albiazul cogió las riendas del bar tras su retirada. "El bar empezó a funcionar con la fama de mi padre y mi madre", explica Miguel Ruiz. Primi aprovechó su tirón futbolístico para convertir al Bujanda en uno de los bares de referencia para los aficionados al Deportivo Alavés.

"El tranvía nos hundió el negocio"

Durante la época de Primi en el Bujanda, empezó a hacerse famosa la "masa frita con huevo". De hecho, Miguel Ruiz recuerda una foto con Celedón haciendo esa masa y con la ropa "amarillenta". Y tras el paso de su padre, Miguel y su hermano han sido los últimos gerentes del Bujanda. "Mi hermano aguantó 20 años y yo he aguantado hasta los 40 años trabajados en este bar", comenta el vitoriano.

El desgaste desde la llegada del tranvía a la calle Independecia ha terminado por cerrar el Bujanda. "El tranvía nos hundió el negocio y las fiestas que organizábamos en la calle ya no se pueden hacer porque no hay espacio", explica Miguel. Entre estas citas estaban las actividades en fiestas de La Blanca como Míster Blusa y Miss Neska, fiestas de la espuma, olimpiadas o traineras.

Celedón recibía su puro en el Bujanda antes del Chupinazo

Por otro lado, el Bujanda ha sido la referencia para cuadrillas de blusas como Bereziak que "han comido y cenado en nuestro bar". De hecho, el Celedón, Gorka Ortiz de Urbina, recibe el puro y se reúne con sus ayudantes en el Bujanda antes del Chupinazo. Una historia que no se repetirá en 2022 porque el bar vitoriano cierra sus puertas este viernes 22 de julio.

Cierre de bares históricos

Antes que el Bujanda, otros bares tradicionales de Vitoria-Gasteiz han cerrado. Es el caso del restaurante Felipe de la calle Fueros. Este local cerró en 2014 cuando los herederos de Felipe Luziriaga bajaron la persiana a un establecimiento abierto en 1988, aunque desde finales de los 50 ya estuvo abierto en el Resbaladero.

En 2016, Luisa Campos y su pareja decidieron reinaugurar el restaurante Felipe. Sin embargo, un año más tarde tuvo que cerrar definitivamente.

Otro de los históricos que cerró fue el Albéniz. El local fundado en 1920 bajó la persiana en 2017 tras la venta del edificio a un inversor. Las alubias con almejas, las kokotxas y la merluza koskera eran los platos más famosos del Albéniz, un local que queda en la memoria de muchos gasteiztarrak por su cocina tradicional.