Café Caruso cierra tras 35 años de ocio, cultura y arte

Café Caruso cierra sus puertas hoy, 30 de noviembre de 2018. En marzo de 2017 Gasteiz Hoy habló con Isidoro: el café se convirtió en referencia para el arte y la cultura en Álava.

• Artículo publicado en marzo de 2017

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Isidoro cumplió en 2017 65 años y piensa ya en la jubilación. Durante los últimos 35 años ha estado detrás de la barra del Caruso, un café que se ha convertido también en referencia para el arte y la cultura alavesas.

Ahora ofrece "una propuesta atractiva" para aquel que quiera heredar la gestión del negocio. Isidoro busca a alguien que, a poder ser, siga con el mismo espíritu, aunque le dé su propio toque. Mientras ese 'heredero' llega, él seguirá detrás de la barra.

Caruso abrió sus puertas en 1982, en los comienzos de La Movida. Desde ese momento apostó por unir en un espacio ocio, cultura y arte. Caruso está en la Calle Enrique Eguren, una vía con una acera muy estrecha que, desde hace años, los negocios reclaman al Ayuntamiento que amplíe: "Tengo el convencimiento de que con este alcalde vamos a conseguir algo".

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El local recuerda a los cafés literarios, pero es más que eso. Artistas locales como Mintxo Cemillán o Daniel Castillejo fueron algunos de los que, desde el principio, expusieron sus obras en las paredes. Incluso el actual suelo del bar es una obra de arte de Daniel Castillejo, con un 'orden desordenado'.

Por sus paredes han pasado más de 300 exposiciones: óleos, fotografías, dibujos, acuarelas... En sus inicios cada muestra duraba menos de un mes: era una galería de arte integrada en el propio café. Además, durante seis años organizó el Premio Caruso de Poesía Visual de la mano de Arteragin. La última exposición son una serie de dibujos realizados en Brasil por una joven durante su estancia en el país carioca.

La clave de su éxito ha estado, según Isidoro, en "sobrevivir 35 años sin ceder a otros usos y modas". En el hilo musical por las mañana la música lírica te "acaricia la oreja", y por las tardes es el turno del jazz. Sonidos acogedores que recuerdan que estamos en un café diferente.

Librería en los 80

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El local también ha acogido cientos de tertulias (desde literarias o de cine hasta de Bolsa) y presentaciones de libros. Isidoro recuerda el facsímil que presentó Ángel Salazar sobre la base de las memorias de El Moro Vizcaíno. En el último año también ha sido la sede para la presentación de los autores alaveses de Celedones y Cervantes.

Además, desde el 84 hasta 1998 el local tuvo una librería en la planta sótano, con títulos seleccionados. Una mezcla de café y libros que ahora vuelve a ponerse de moda en pequeños locales de las grandes ciudades. En el 98 llegó el turno de renovarse y la planta sótano se convirtió en un salón para poder organizar conciertos o, simplemente, degustar un café o una cerveza.

• Escaramujo y cerveza alemana

El arte es una parte esencial en este local, pero también lo han sido siempre los cafés, las infusiones y la cerveza, con grifos de marcas de gama alta. Cuenta con hasta 21 variedades de café de autor. Una bebida en la que Isidoro echa de menos un poco más de innovación en la hostelería gasteiztarra. La última creación de Isidoro es un Irlandés sobre lecho de crema con matices de albaricoque y almendra.

También las infusiones tienen su punto exótico: en el 82 Isidoro optó por el Escaramujo como infusión de la casa. Hoy es fácil encontrar este fruto (es el conocido 'tapaculos'), pero en sus inicios pedían a Alemania esta planta, y lo hacían en grandes cantidades junto a otra familia alemana de Vitoria-Gasteiz.

Carusso seguirá abierto por ahora, para quienes quieran tomar algo, disfrutar de la música, jugar al ajedrez (en su día organizaba campeonatos) o al parchís. Sus paredes invitan a artistas a exponer sus obras, y los conciertos seguirán sonando como hasta ahora: la próxima cita será con la flauta este mismo mes de marzo.