Las calles de Vitoria no tienen memoria
Un vitoriano reclama al Ayuntamiento que las placas de las calles tengan más información sobre sus protagonistas
Xabier Deop es un profesor gasteiztarra que ha pasado innumerables veces por la calle Domingo Beltrán y Otazu de Vitoria. Sin embargo, fue durante una visita a Medina del Campo cuando se enteró, gracias a la guía de una iglesia, de que este jesuita vitoriano era un escultor y arquitecto del Barroco que vivió entre los años 1535 y 1590.
De hecho, según el ilustre catedrático de Historia del Arte José María Azcárate, está considerado uno de los mejores escultores que trabajaron en Castilla en la segunda mitad del siglo XVI. En concreto, fueron sus imágenes de Cristo crucificado las más distinguidas por la expresión de amor, dolor y majestad que les imprimía. Así lo recoge Venancio del Val en su obra 'Calles vitorianas', donde señala que esta calle recibió su actual nombre el 4 de diciembre de 1903.
Fue la visita a la localidad vallisoletana la que impulsó a Deop a iniciar una campaña, a priori, complicada. Convencer al Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz de que renueve las placas de las calles vitorianas. Al menos de aquellas con nombres propios. Su propuesta es que, además del nombre y apellidos de la persona en cuestión, aparezca también su profesión y sus fechas de nacimiento y muerte.
Y, como ocurre en los pocos casos en que sí se incluyen sus profesiones, como las calles de los pintores o General Álava, "se añadan también las fechas". Además sugiere que, "más a largo plazo, se instalen paneles explicativos en las vías dedicadas a personajes vitorianos".
"¿Cuántas personas saben, por ejemplo, que Vicente Goikoetxea fue un compositor?", cuestiona Deop. Por eso, en octubre de 2019 remitió un escrito al Departamento de Cultura donde les planteaba su sugerencia. No tuvo respuesta. "La Ley orgánica del Derecho de Petición establece que deben contestar en el plazo máximo de tres meses, pero pasó ese tiempo y nada", lamenta.
Recursos económicos "considerables"
No se desalentó. Acudió al Ararteko, que a su vez contactó con el Ayuntamiento. Sin resultado alguno. Hasta junio de 2021, casi dos años después de presentar su solicitud. La respuesta no fue la esperada. "Me respondía el arquitecto técnico, que es del área de Urbanismo, y que había tenido que consultar a otros Departamentos para informarse al respecto. Esta tendría que ser una decisión más política, y en todo caso, entiendo, del Departamento de Cultura", narra un sorprendido Deop.
Una propuesta con ciertas similitudes, recogida en Hobetuz, tenía un coste estimado de 25.000 euros
Dicha contestación aludía a los "considerables recursos económicos y humanos que supondría" acometer esta iniciativa. Un argumento ante el que Deop se muestra muy escéptico. "En el programa Hobetuz había una propuesta para colocar paneles biográficos en cada calle vitoriana dedicada a personalidades ilustres", desvela. La medida, englobada en el ámbito de Educación, cultura, igualdad, deporte y diversidad, tenía un coste estimado de 25.000 euros.
Esta sugerencia anónima, que no obtuvo el número suficiente de votos para ser elegida, tomaba como ejemplo el panel biográfico ubicado entre las calles Fueros y Manuel Iradier. En él se ilustra el colegio Sagrado Corazón y detalla su situación durante el franquismo. Y recomendaba imitar estas señales informativas en arterias como Eduardo Dato, Mateo Moraza, Mikaela Portilla, Ernestina de Champourcin, Canciller Ayala o Clara Campoamor, entre otras. "¿Quiénes fueron? ¿Qué aportaron? ¿Por qué son reconocidos?", apuntaba.
Paneles y placas en fachadas
El de Fueros no es el único panel de estas características con que cuenta Vitoria-Gasteiz. Hace poco, con motivo del 5º centenario del nombramiento como Papa de Adriano VI, el Ayuntamiento colocó una placa en su calle. La iniciativa partió, a título particular, de los vitorianos Iñaki Jimenez y José Ramón Martínez de Murguía. Un elemento accesible que reúne los datos biográficos más significativos.
También existe otro en el pasaje Carlos Abaitua, que une las calles Los Molinos y Txalaparta. Todo un reconocimiento vecinal a la labor que este sacerdote vizcaíno desarrolló en el barrio de Adurtza.
Y es cierto que, como ya recopilara José María Sedano en su 'Epigrafía vitoriana. Placas y lápidas, monumentos y esculturas', Vitoria-Gasteiz cuenta con algunas placas nominales en varias fachadas. En ellas se reconoce y recuerda a alguna personalidad ilustre de la ciudad.
Es el caso del consultor y diputado a Cortes por Álava Mateo de Moraza (que falleció en Prado, 8), María Josefa Sancho de Guerra, fundadora del instituto religioso Siervas de Jesús (Herrería, 82), la casa donde vivió y murió Federico Baraibar (Siervas de Jesús, 9) o el lugar donde nació el compositor Jesús Guridi (Florida, 34).
Mención aparte merece la placa de Correría 63, donde sus vecinos homenajearon al "ilustre y caritativo médico" Primitivo Orue y Estella.
Pero tampoco proliferan demasiado. Por eso, Deop considera que renovar las placas con esos tres datos contribuye a ampliar el conocimiento sobre estas personas ilustres. "De un solo vistazo, ya sabes un poco más sobre quiénes eran", apunta. "En ciudades como Barcelona o Ginebra, desde hace tiempo, ya colocan placas en las calles con estas informaciones, pero aquí el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz demuestra un total desinterés", insiste.
Además, matiza que no sería necesario cambiar todos los rótulos. "La calle Domingo Beltrán es extensa, bastaría con poner una placa con más datos al principio y otra al final, no hay que cambiar todas las del medio si no se quiere", añade.
De esa forma, no solo los gasteiztarras, sino también los visitantes "tendrían un mejor conocimiento de esas personas, porque yo a veces voy por calles y, al leer sus nombres, no tengo ni idea de quiénes fueron".
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