"Lo primero que hago al contratar a un fisioterapeuta es tocarle las manos"

10 mayo, 2017

Con más de 19.000 historias de pacientes, Mari Carmen Triviño nos habla de la evolución de la fisioterapia y sus desafíos

La función de un fisioterapeuta es conocida hoy en día por casi todos, pero, ¿cómo se veía hace 30 años? Mari Carmen Triviño abrió el primer centro privado de fisioterapia de Vitoria-Gasteiz en 1986. Hablamos con ella de retos, batallas y satisfacciones, de ahora y de entonces.

Carmen-Trivino-Fisioterapia-Vitoria

Carmen tiene una larga trayectoria en el mundo de la fisioterapia. Tras trabajar en el sector público y ser la primera fisioterapeuta mujer de un equipo de la ACB (Asociación de Clubes de Baloncesto), montó en 1986 el Centro de Fisioterapia Carmen Triviño: “Hace 30 años había muy pocos fisioterapeutas en toda España. Ni siquiera las instituciones sabían lo que era un centro de fisioterapia”.

La clave para durar tantos años está en el sacrificio y la pasión por lo que hace: “Desde el punto de vista empresarial, muchas veces no sabes si te merece la pena. Pero si te gusta lo que haces, sigues adelante”.

Si  voy a contratar a un fisioterapeuta, lo primero que hago es tocarle las manos

En la fisioterapia, como en otros ámbitos, la tecnología ha irrumpido con fuerza. Sin embargo, Carmen cree que la esencia está en lo manual: “Considero que nuestra profesión es fundamentalmente manual. Aunque la tecnología es importante porque ayuda, las manos nos hacen palpar, sentir y percibir. Si yo voy a contratar a un fisioterapeuta, lo primero que hago es tocarle las manos. La sensación que me dé en el tacto de sus manos, ya sé si va a funcionar o no en el trabajo”.

Sigo trabajando para tener una dignidad en los precios con las compañías de seguro

El centro de Carmen también trabaja con seguros de salud: “Sigo trabajando para tener una dignidad en los precios con las compañías de seguro”. La crisis, la presión de los seguros y el intrusismo ha hecho que se vuelva a la mecánica de bajar los precios: “El número de centros ha aumentado muchísimo y la gente tiene que comer a final de mes. El principal problema que tenemos los fisioterapeutas es que no somos capaces de juntarnos y de llegar a un acuerdo de mínimos. Yo creo que eso nos daría más fuerza de cara a las compañías de seguro”.

  • Las tres grandes luchas de Carmen

En su trayectoria, Carmen reconoce tres grandes campos de batalle: “Yo tuve que luchar con tres cosas importantes: el desconocimiento de la gente sobre la labor de un fisioterapeuta, el hecho ser mujer y la demostración a los médicos de que nuestras técnicas favorecían la evolución del paciente”.

Existe la fisioterapia para gente enferma y para gente sana

Los tratamientos son diferentes para cada situación: “Tienes la fisioterapia para gente enferma con patología y para gente sana. El mundo deportivo en general hace uso de fisioterapia como medida preventiva”. Carmen encuentra diferencias muy claras: “Yo preferiría trabajar sólo fisioterapia sana porque los resultados son tremendamente agradecidos, pero me gusta la fisioterapia complicada, cuando un paciente no es capaz de andar y se va de alta andando”.

En muchos casos casi es más importante el trabajo psicológico que el físico

El aspecto emocional afecta mucho en los procesos de recuperación: “En muchos casos casi es más importante el psicológico que el físico. Si tienes una actitud positiva, le transmites energía y le motivas, su actitud será más positiva”.

Carmen no ve a los pacientes como clientes, sino como personas: “Nuestro trabajo requiere una implicación por ambas partes, porque si no, no puede haber un resultado. Nuestra responsabilidad debe ser extrema en todos los sentidos. Son personas y queremos que estén lo más cómodas posibles, en un ambiente muy sano”.

Carmen puntualiza que la base fundamental es ser claro: “Tienes que ser realista con el paciente, porque la fisioterapia no sirve para todo. Nunca puedes transmitirle al paciente un resultado que no va a ser real. Porque es decepcionante para él y para la persona que le atiende”.

Sé lo que es trabajar 300 pacientes en un día

Ser empresaria y fisioterapeuta a la vez implica saber muy bien lo que quieres: “Yo he tenido a 45 fisioterapeutas. O te dedicabas a gestionar al personal o te dedicabas a trabajar, pero yo quiero trabajar a gusto y con felicidad”.  Por eso, Carmen renunció a una serie de cosas en su vida: “Yo sé lo que es trabajar 300 pacientes en un día. Llegó un día en el que vi que eso no era lo que quería. Ahora, si algún día suena el despertador y me da pereza ir a trabajar, lo dejaré”.

  • AMPEA

Carmen lleva en AMPEA varios años: “Me dieron el premio por mi trayectoria profesional y ahí me di cuenta de todo lo que había hecho”, explica.

Como mujer, la conciliación es complicada: “Es muy complicado porque tienes que sacrificar mucho tiempo tuyo personal y como madre he tenido muchos cargos de conciencia. Pero si quieres controlar el negocio y si tú eres parte activa del negocio, necesitas estar ahí”, concluye Carmen.