La misión imposible de comer o cenar fuera en Carnaval
De menú, de carta, hamburguesa, bocata, pizza... Todo está lleno en un Carnaval de récord para la hostelería
Con las celebraciones y excesos navideños ya olvidados, hay ganas, de nuevo, de fiesta. ¿Y qué mejor que rendirse al jolgorio y desenfreno de Don Carnal? Carnaval es una de las fechas marcadas en rojo en el calendario de la diversión vitoriana. También en la hostelería, ya que abarrota, una vez más, los bares y restaurantes.
Sobre todo para las comidas del sábado 10 de febrero. Algo menos las cenas. Conseguir una reserva es poco menos que misión imposible. No importa que el nuevo año haya traído incrementos en muchas de las comandas. Los teléfonos echan humo. Tanto los de los establecimientos como los de quienes llaman a unos y otros en busca del santo grial: un hueco libre.
Completo desde hace semanas
Con multitud de fontaneros, vaqueros, brujas, payasos, pingüinos, piratas y trogloditas en busca de alimento, muchos negocios ya tienen el cartel de completo desde hace semanas. Otros reestructuran sin fin el croquis de sus mesas para intentar dar servicio a todos.
Da igual que sean locales más propios de carta y menú o que tengan la hamburguesa, los bocadillos y las pizzas por bandera. A falta de una semana para Carnaval, el 'no' es la respuesta más habitual en todos ellos.
"Imposible, para el sábado no queda nada. Ya lo siento", confirman en El Pintabocas. En el Aurora Etxea, El Pregón, The Challenge, Angolo di Trastevere o La Pepita el resultado es idéntico.
"Uy, esto está lleno desde hace bastante. Tenemos ya varios grupos grandes y claro, nos queda muy poco margen, como mucho para una mesa de 2 o 4", confirman en el Slow, en Fueros. "Tenemos todo lleno, comidas y cenas, con bastante antelación", añaden en el Cómeme, en Zapa.
"En Grosso Napoletano la reserva online no es definitiva, y tardaron 4 días en avisarme de que no tenían mesa"
Las cuadrillas, las familias, las comparsas... Todas quieren calentar motores antes del desfile. Y, claro, más que nunca, en Carnaval abundan los grupos grandes. No es fácil coordinar y meter en cualquier sitio a más de 8-10 personas.
Día fuerte para la hostelería
Isabel lo sabe bien. Salen 12 personas en Carnaval y durante varios días buscaron incansables dónde comer: "Ni sé a los sitios que llamamos, y eso que entonces aún faltaban tres semanas. Queríamos reservar y no ir a la aventura, porque un día como ese, todo estará lleno, puedes quedarte sin sitio y con niños pequeños no es plan". La negativa era la respuesta mayoritaria.
"Carnavales es un día récord. Tenemos unas 500 personas entre comidas y cenas"
"En algunos, como A fuego street food, solo había disponible el turno de las 13:30 y tenías que dejar la mesa en 70 minutos. En otros, como la pizzería Grosso Napoletano, la reserva online no era definitiva y tardaron 4 días en llamarme para decirme que no tenían mesa", desvela molesta.
Al final, cuando ya cundía la desesperación, vieron la luz en el Qbosque, en Salburua. "Carnaval es uno de los días más fuertes para la hostelería. Está todo a rebosar. Tenemos varios grupos y nos toca hacer tetris para encajarlos", explican desde el local.
"Todo el mundo viene a la misma hora. A las 13-13:30 no quiere comer nadie"
En Gure Txoko, en la calle Errekatxiki, saben bien qué es eso. "Estamos metiendo con calzador a la gente. Tenemos unas 500 personas entre comidas y cenas. Cada cuarto de hora metemos a unas 15-20 personas", puntualizan. Confirman que Carnavales "es un día récord. Desde las 13 a las 16:30 y de 20 a 24 horas es un no parar".
Horas que nadie quiere
El debut de la comparsa de Salburua también ha llenado los locales del barrio. En el Mamut cuentan "con más de 70 reservas" para la comida en un recinto con capacidad para 80-85 comensales. Eso sí, las cenas bajan el listón hasta la veintena.
Lo mismo ocurre en el London, en la calle Juan II. Sobre todo a partir de ciertas horas. Porque otras están malditas. "Todo el mundo viene a la misma hora. A las 13-13:30 no quiere comer nadie", puntualizan.
"No reservamos. Con venir un poco antes y tomar algo para coger sitio, listo"
Por eso, y para que la afluencia no desborde el bar, cogen reservas para las comidas. Las cenas ya funcionan por orden de llegada. "Lo bueno es que aquí, como no es un sitio de menú, suele haber movimiento de mesas con cierta rapidez", garantizan.
Bares que no reservan
Similar es el razonamiento en el Manai, en la calle Lascarai: "Aquí las comidas son más rápidas que un menú y hace que todo vaya más ágil". Allí, el partido del Alavés contra el Villarreal sí que ha influido un poco. "Dos mesas nos han anulado, pero tenemos meneo. Para la comida y la cena del sábado. Y el domingo porque no abrimos, que también nos pedían para comer", reconocen.
Eso sí, intentan conjugar reservas con clientela improvisada. "Más de 3 mesas de 8 personas no solemos coger. Nos gusta dejar algo de sitio para que si luego viene alguien de repente, o que pasa por aquí, que también podamos atenderle", plantean.
El servicio al momento también es la preferencia de otros locales como el Zeppelin (al menos para ese sábado), el Txiki, Krunch o la Hiedra, en la calle Extremadura. "No reservamos. Por lo general no suele haber problemas. En Carnaval sí estaremos más llenos, pero con venir un poco antes, tomar algo y así coger sitio, listo", proponen en este último.
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