Carnicerías Halal: la carne sagrada que atrae a los vitorianos en Coronación
La carne halal está poco a poco ganando protagonismo en el barrio de Coronación y ya es parte del paisaje y de las costumbres de sus vecinos
La carnicería de Mohamed es como cualquier otra. El olor a carne, los pollos descabezados y los solomillos rojizos esperan a los clientes que hacen cola para entrar a comprar. Pero la diferencia salta a la vista en pocos minutos. Francés, árabe o inglés se mezclan con el castellano de otros vecinos de Vitoria-Gasteiz. Esta es una de las carnicerías que está impulsando un cambio en los hábitos de consumo del barrio de Coronación: la carne halal.
La estampa es novedosa para este tipo de negocios que ven crecer, día a día, el interés por esta carne. Comercios que antes frecuentaban sobre todo árabes están abriéndose paso entre los vecinos de toda la vida del barrio, que ahora hacen cola para comprar. Pilar Fernández de Gorostiza es una de estas clientas anónimas.
"Tengo mi carnicería de toda la vida, pero cuando paso y veo, entro"
“Yo de oro no entiendo, pero de carne un poquito” cuenta Pilar, “de familia de carniceros” mientras señala con el dedo las carrilleras. Explica que tiene su carnicería de toda la vida, pero de vez en cuando pasa por el escaparate de la carnicería Alhambra, también de carne halal y a pocos metros de la de Mohamed. Hoy se llevará tres chuletas de vaca vieja y unas carrilleras: “Igual no vengo hasta dentro de 20 días, porque yo tengo mi carnicería de toda la vida, pero cuando paso y veo, entro; me gusta esta carne.”
- ¿Sabe por qué esta carne es distinta?
“Sí, sí, lo sé, por la cultura de los musulmanes, porque la carne no sangra” explica Pilar, aunque sus conocimientos culinarios hacen que la explicación sea más terrenal. “Por ejemplo, compras carne de cocido y no te hace esa espuma tan gorda” argumenta. “Me gusta, tiene una carne muy buena, cuando la compras tiene la carne roja roja: me gusta.”
La clave del éxito: curiosidad
Mohamed Tahri está viviendo este cambio desde el otro lado del mostrador. “La mayoría de los que vienen saben la diferencia entre carne halal y la carne normal, vienen informados” aunque no quita para que algún despistado pregunte por carne de cerdo, prohibida en la religión musulmana. “La mayoría de los que preguntan por cerdo y ven que no tenemos, se acaban llevando algo. Aunque sea unas chuletillas de cordero.” explica Tahri, “estamos encantados con los vecinos”. “Viene gente a veces con curiosidad, que no saben lo que es la comida Halal, si es un nombre, un tipo de carne o incluso si es un animal: el halal” se ríe Mohamed.
“En Vitoria-Gasteiz habrá cientos de carnicerías, pero en los últimos meses las carnicerías Halal están teniendo bastante éxito”. Para Mohamed una de las razones es la modernización y apertura de los negocios, dejarse ver. Y se aventura a dar tres claves de su éxito: “Que se vea, que esté limpio y que la gente que trabaje en ella sea agradable”.
Pablo es la primera vez que entra a esta carnicería. Ha entrado primero a la carnicería Alhambra, aunque finalmente se ha decantado por la de Mohamed. "Estoy de compras y he aprovechado, ya tengo carne en casa pero le he dicho a la mujer: voy a probar algo nuevo". "Tengo un hermano que su mujer es marroquí y me dijo que precio-calidad es buenísima" explica, mientras espera a ser atendido. Se llevará unos contramuslos especiados: "Por probar: esto es ternera y esto pollo; hay que probar."
Halal, una carne sagrada
El Corán, el libro sagrado de los musulmanes, prohíbe explícitamente comer carne de animales que no sean sacrificados según su religión. Como se explica en la sharia, la ley islámica, el animal ha de ser sacrificado de una rápida incisión con una cuchilla en la garganta. Se busca así evitar el "sufrimiento del animal", según los colectivos musulmanes y un mayor drenaje de su sangre, ya que esta sale más rápido del animal. Una forma de sacrificio que ha salido a debate en diversos países europeos que abogan por el aturdimiento previo del animal.
La ley islámica también indica cómo han de vivir esos animales. Han de pastar libremente y no se aceptan animales criados en ganaderías intensivas. También han de ser alimentados de forma natural, evitando las hormonas de crecimiento artificiales, que irían en contra de la religión.
La religión musulmana también prohíbe la carne de cerdo, que no se vende en estas carnicerías.
Por lo que las carnicerías de toda la vida de Vitoria no se ajustan a los preceptos del islam. Y es así como, junto con la llegada de población musulmana a Vitoria en los últimos años, han ido surgiendo estos negocios. Lo que en un principio eran preceptos religiosos para esta carne han ido atrayendo a cada vez más a personas, de distintas creencias, interesadas sobre todo en la calidad del producto que se vende.
Carne de Burgos, Sevilla y Galicia
"No importamos la carne de fuera, la traemos de Burgos, Sevilla y Galicia", explica Mohamed. Para asegurar que se cumplen las costumbres islámicas durante el sacrificio, compran el ganado a un ganadero y pagan para que se sacrifique a su forma. "Los mataderos tienen distintos turnos", para que los musulmanes puedan sacrificar el animal según las creencias del Islam. Aunque con la obligación de “cumplir los protocolos sanitarios marcados por Europa". Después ya se despieza para ser vendido en la carnicería.
"Salir a una calle principal"
“Nosotros estuvimos antes doce años en la calle Pintorería, tomamos la decisión de salir a una calle más principal” explica Mohamed, que justo hace un año, tras el confinamiento, decidió abrir la Carnicería Omar. El objetivo puesto en darse a conocer: "Que la gente conozca la carne halal, para que la pruebe”. Y, viendo las colas que se forman ante el local durante el mediodía, parece que ha funcionado.
Ternera, pollo y cordero: las tres patas de la cocina árabe
En la calle Eulogio Serdán, un poco más escondido se encuentra el negocio de Ibrahim, la carnicería Assalam. También una carnicería halal, aunque en este caso pasa un poco más desapercibida y está pensando en cerrar. “La gente pide sobre todo ternera, también pollo y cordero”. Ibrahim nos da otra de las claves que puede estar explicando el éxito de esta carne: el precio. Es una carne ligeramente más barata que en el resto de carnicerías de Vitoria.
Amira, clienta de Ibrahim, compra esta carne por sus creencias, pero señala también la calidad de la carne: “Tengo amigos cristianos que cuando les invito a comer se quedan sorprendidos” explica, destacando calidad-precio del producto. Comercios que además de la carne, venden otros productos típicos de países musulmanes.
En la carnicería de Ibrahim, por ejemplo, hasta hace unos días el escaparate estaba repleto de numerosos dulces para celebrar el Eid al-Fitr, la ruptura del ayuno y el fin del Ramadán: "Mucha gente del barrio se quedaba sorprendida con la cantidad de dulces." Y es que estos negocios son también una forma de acercarse a una cultura lejana, a unos poco metros de nuestras casas.
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