Nuevo centro foral para acoger a víctimas de la violencia machista
El centro apoya a las víctimas y les ayuda a reestructurar su vida alejadas de su agresor
Diputación Foral de Álava abre un segundo centro de acogida a víctimas de violencia machista. Un centro para alojar a las víctimas y sus hijos e hijas menores: personas que no pueden seguir viviendo en sus hogares. Pero este centro no solo da un hogar a estas familias: es también un punto de atención especializada y acompañamiento social. El centro está ubicado en Vitoria-Gasteiz y acoge ya a tres unidades familiares. Es el segundo espacio de estas características: el primero abrió en 2020 y acoge a otras cuatro familias.
El nombre oficial de este espacio es Centro de Acogida Residencial de Media Estancia (Carme). En él trabajan para que las mujeres logren una vida satisfactoria libre de violencia machista. La atención y el alojamiento se prolongan entre seis meses y un año. Y están destinados a mujeres con graves conflictos de convivencia marcados por la violencia machista. Mujeres que ven cómo su vida y su integridad están en riesgo por las amenazas o actuaciones de sus agresores.
Los centros de media estancia forman parte de la red foral de atención en materia de violencia machista. Y el Carme “proporciona un entorno seguro y acompañamiento adecuado para que las mujeres víctimas puedan recuperar su bienestar y libertad", explica el diputado foral de Servicios Sociales, Gorka Urtaran. "Desde la Diputación Foral de Álava entendemos que la violencia de género se combate con mucha sensibilización social, tolerancia cero ante comportamientos machistas y recursos como este para proteger a las víctimas”, ha manifestado.
33 mujeres y 44 menores
Los Carme son espacios ubicados en entornos urbanos y buscan pasar desapercibidos. Así garantizan la intimidad y la seguridad de las familias usuarias. Todo ello preservando su identidad y protegiéndolas para evitar riesgos.
El primer Carme abierto en 2020 ha acogido hasta ahora a 33 mujeres víctimas de violencia de género y 44 niñas y niños menores de edad. Las mujeres víctimas que usaron este servicio tenían de media 35 años. Y sus hijas e hijos 4,5 años.
Estos centros cuentan con un equipo formado por integradoras y educadoras sociales. Así, apoyan a las familias en una atención integral para mejorar su calidad de vida y autonomía. Están disponibles las 24 horas del día para ofrecer un apoyo de media y alta intensidad. También trabajan con las mujeres para avanzar en su empoderamiento personal.
Las mujeres disponen del tiempo y los apoyos necesarios para afrontar cambios vitales en su situación personal, familiar y económica. En estos centros reciben también un acompañamiento social intensivo, ayuda para mantener, recuperar y desarrollar la autoestima y la confianza personal, así como las propias capacidades y habilidades para desarrollar una vida autónoma y orientar el itinerario de inclusión social.