Graban al primer chacal dorado vivo entre Álava y Burgos

21 junio, 2023

El pasado marzo atropellaron a otro ejemplar en Álava

Un cánido campa a sus anchas por Álava y Burgos. Este cánido es un chacal dorado y es el primero que han grabado vivo entre las dos provincias. Unos voluntarios vascos de "Proyecto Lobo" han registrado a un chacal dorado por las zonas alavesas y burgalesas.

Este sería el primer registro de un chacal dorado con vida en España, después de encontrar un ejemplar atropellado en Álava el pasado marzo. El ejemplar atropellado fue el primer registro constatado en la península ibérica.

El chacal dorado es una especie Canis aureus perteneciente a la familia de los Cánidos y es el primera vez que observan un ejemplar de esta especie en la península ibérica. La presencia de este cánido es habitual en la Península Balcánica y desde finales del siglo pasado se ha ido extendiendo por países limítrofes.

Desde Proyecto Lobo informan de que es "sería un nuevo meso-carnívoro de dieta similar al zorro. Y muy asociado a la periferia de entornos rurales, dependiente en gran parte de basuras o carroñas. Una especie muy adaptativa".

"Incrementar la biodiversidad siempre es algo positivo", afirman. Y aseguran que "no es una especie invasora. Coloniza territorios por sus propios medios".

Chacal dorado

El chacal dorado es un carnívoro de tamaño medio muy extendido por el sur de Eurasia y el norte de África. Tras un declive en la década de 1960, la especie ha conseguido recuperarse. Así, no solo ha recolonizado su área de distribución anterior: también se ha expandido a nuevas zonas.

La especie está avanzando rápidamente por Europa, un fenómeno a gran escala que se asemeja al de otros grandes carnívoros.

Los chacales dorados tienen gran plasticidad ecológica y prosperan en paisajes dominados por el hombre. Los principales factores implicados en la modificación del área de distribución de la especie parecen claramente antropogénicos. Su carácter carroñero, depredador de pequeños mamíferos y alimentación omnívora, hace que su presencia pase desapercibida. Por ello, se les llama “el fantasma de los bosques”.