La Calle Dato pierde otro comercio histórico: cierra Echevarría

La Calle Dato pierde otro de sus negocios históricos. Echevarría cerrará a finales de enero tras más de 60 años de atención a Vitoria-Gasteiz. Un pequeño local de 25 metros cuadrados en el que uno puede encontrar cosmética, perfumería y artículos de regalo para mujeres, pero también para hombre.

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Elena regenta desde hace años en solitario este local. Antes también lo hizo junto a su hermana, cogiendo el testigo de su madre y antes de las tías de su madre. Tres generaciones que ahora ponen punto final a este local histórico. El local es de su propiedad y ha recibido una oferta de alquiler del espacio que no ha podido rechazar: "Me da mucha pena cerrar, pero hay que aprovechar la oportunidad". El cierre no tiene nada que ver con la operación urbanística de Urteim, recalca Elena.

Echevarría tiene un huequito en la Calle Dato, entre cadenas y franquicias. Un local acogedor, de apenas 3 metros de escaparate, en el que las clientas son también conocidas, donde las conversaciones se alargan más allá de la mera compra. "Tenemos una clientela fiel, y muchos vienen porque nos conocen. Pero es cierto que cada vez somos menos fieles en las compras".

El local está muy aprovechado: uno puede encontrar moda, perfumería y cosmética seleccionada al gusto de la clientela: "Hay sobre todo para mujeres, pero también hay cada vez más cosas de hombre".

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"Traigo todo lo que me gusta", ha sido la máxima de Elena, que como todo pequeño comerciante tiene que pagar primero y vender después: "Tienes que comprar el producto y luego a ver qué pasa". Una desventaja respecto a las cadenas y a los grandes centros comerciales.

Este local destaca además por el hilo musical que tiene las 24 horas, también con un altavoz en el escaparate. Una música que "le da ambientillo" a la calle. "A nuestras hijas, cuando estudiaban en la uni, les decían que nos conocían por la tienda de la música".

En los últimos años Echevarría también ha sufrido el descenso en sus ventas. Pero no tener que pagar alquiler ha permitido sortear la crisis mejor que otros comercios. Son varios los factores que Elena achaca al descenso de las ventas.

En primer lugar la forma de ser de los vitorianos: "Los vitorianos somos un mercado difícil. Nos quejamos de que el pequeño comercio desaparece, pero somos los primeros en no comprar en el pequeño comercio". Incluso ha visto cómo clientas suyas iban a Bilbao a comprar cosas que ella tuvo que liquidar porque no se vendían.

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Elena también lamenta la falta de atención por parte de las autoridades: "No nos han cuidado mucho al Centro. Somos la única ciudad del mundo en que las cosas oficiales se las llevan del Centro", asegura en referencia a espacios como la Seguridad Social o el Ayuntamiento. "La gente viene menos al Centro. Y si no viene, no compra".

La falta de luz y los magnolios de Dato son otro de los problemas de esta calle. Árboles que no son indicados para los alcorques, y que tan solo restan luz  a la vía: "Deberían trasladarlos a otro sitio y poner aquí una especie más apropiada. En estos ni se ven las flores blancas que tienen".

Elena seguirá atendiendo a su clientela hasta el 1 de febrero. Desde entonces otro comercio ocupará su lugar, y Echevarría pasará a engrosar la lista de comercios históricos que desaparecieron.