Adiós a Kendal: la moda que vistió a muchas generaciones vitorianas
La mítica tienda Kendal bajó la persiana en diciembre y ahora su local está a la venta
Una ciudad inglesa, un pequeño pueblo jamaicano, nombres, apellidos y hasta un cóctel inspirado en el míster que entrenó al Athletic de Bilbao. Pero en Vitoria-Gasteiz es decir ‘Kendal’ y hablar de la moda que durante casi 6 décadas vistió a muchas generaciones vitorianas.
El mítico local que abrió sus puertas en torno a 1966 en la calle Postas. En diciembre echó la persiana y ahora está a la venta. Completo (690 metros cuadrados) o por plantas. Su cierre marca un punto de inflexión en un negocio familiar que comenzó con los Almacenes Miñón.
Los orígenes
Estaba situado en los locales que ahora ocupa la joyería Domaica, entre las calles Paz y Postas, y vendían desde ropa a ferretería y paquetería. Pero su responsable, Luis Miñón, optó por centrarse más en el sector textil y abrir junto a su hijo Luis, a pocos metros, el que sería el buque insignia de la casa.
Hicieron los trajes de la Tamborrada del 77 y los uniformes de la primera promoción de la Ertzaintza
Aunque no lo garantizan al 100%, en la familia creen que el nombre era un homenaje a Kay Kendall, actriz inglesa que triunfó en Hollywood y que en 1957 obtuvo un Globo de Oro. Y, como ella, el negocio emprendió un camino exitoso entre la población de la época. Moda de señora y caballero, sastrería, telas, tejidos, trajes a medida…
Era el auge de locales como ‘Dany’, boutique de moda para hombre creada en 1958 en la calle Dato, cerrada desde 2015. También de los almacenes Castresana y Urrutia o sastrerías como Casa Vinós, Ibarra, Isidoro Briñas, Yrazu y Junguitu.
En Kendal hicieron los trajes de la Tamborrada del 77, que pagó la Diputación. También los uniformes de la primera promoción de la Ertzaintza, en 1982. Confeccionaban desde uniformes escolares a trajes de novios, que más de una pareja vitoriana lució en su boda.
Un lord inglés reclamó que añadieran una 'ele' más al nombre de la tienda
Además de la posibilidad de elegir una tela y diseñar la ropa desde cero, su concepto se centraba en ofrecer moda multi marca. Traída sobre todo de Italia y Francia y, en menor medida, de Alemania. Un estilismo que atrajo muchas miradas, y donde la clientela acudía en busca de prendas "de calidad". También para apreciar su, entonces, llamativa escalera de caracol, anclada solo a través de unos cables.
De lores y expansión
Por allí pasó hasta un lord británico. Aunque más que a comprar, a reclamar. Quería que modificaran el nombre de la tienda, insistiendo en que, por tratarse de una palabra inglesa, su grafía debía llevar una 'ele' más al final. Hasta dejó un contacto para que le comunicaran la modificación.
Anécdotas aparte, el éxito de Kendal llevó a la expansión. Con la distintiva 'K' como bandera. Así nacieron Kadam, Kets, Kim (zapatería en Las Desamparados), Kendal Tejidos y Kroilam, en General Álava, a cuya inauguración acudió incluso la Década Prodigiosa. A ello se sumaron franquicias como Camper, Pronovias, Globe o Síntesis. Todo un imperio.
Era mediados y finales de la década de los 80, y al frente estaba Jerónimo Miñón, que además de su labor comercial también ejerció de co-propietario y consejero de Abba Hoteles.
"Entonces, era la época en que en Vitoria había varias tiendas de textil, que pertenecían a familias de toda la vida", explica su hijo, Javier. Sin embargo, poco a poco fueron cerrando sus diversos locales. En el 97 lo hizo Kendal Tejidos, en la calle Independencia.
Sobrevivían Kendal, Kadam y Kets. El paso de los años marcó su impronta en las transformaciones estéticas de la primera, desde su escaparate, al toldo o el propio diseño de la tienda. También en la calle Postas, que pasó de asistir al paso del tráfico a ser peatonal.
El año pasado, empleadas de Kendal denunciaron que llevaban varios meses sin cobrar
Cambios que, en 2011, implicaron perder su sección de caballeros y sastrería. Cerró su planta superior, que era donde estaban ubicadas. Y aguantaba en la planta baja con moda de señora. "El local estaba infrautilizado", reconoce Javier.
Conflicto laboral y futuro
Y el pasado diciembre los acontecimientos se precipitaron. Varias trabajadoras de Kendal denunciaron por vía judicial que llevaban varios meses sin cobrar. Al final, ambas partes alcanzaron un acuerdo. Pero la tienda no levantó cabeza. Bajó la persiana definitivamente.
Aunque continuaron renovando su escaparate. "Queríamos que sirviera de atractivo, que la gente se fijara y condujera a la clientela hacia Olaguíbel, donde seguimos atendiendo", confirma Javier. "En textil el género se adquiere con meses de antelación. Y todo lo pasamos a Kadam", invita.
Junto con Kets, es la única que aguanta el tirón. Ambas están en la calle Olaguíbel. También tiendas multi marcas, Kadam ha sido, y es, la más similar en estilo a Kendal. Mientras que Kets ofrece un punto más sport, joven y casual. Nada de trajes.
Al frente el propio Javier, que desde Navidades ayuda también tras el mostrador. Reconoce que son tiempos complejos para su sector, con las franquicias e Internet más de moda.
"Hay poca demanda de textil multi marca, que es nuestro negocio. La gran tienda tiende a desaparecer, solo van a quedar las grandes firmas y el comercio local, en plan muy pequeñito y familiar, del que cada vez somos menos", sostiene.
Aun así, confía en su baza: asesoramiento, trato y experiencia. "Todo el mundo puede vender ropa, pero eso es lo que nos diferencia, el plus diferente que podemos ofrecer", promete. También cuenta con la preferencia aún de parte de la clientela por ver y probarse físicamente la ropa. "No es lo mismo verlo puesto, tocarlo, que mirarlo a través de una pantalla", recalca.
No obstante, es consciente de lo "delicado" de la situación. "Mientras se pueda, lucharemos y lo intentaremos", promete.
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