Cuando trabajar y ser padres es incompatible en pandemia

28 septiembre, 2020

La ausencia del comedor escolar y servicio de custodia sigue lastrando el día a día de cientos de familias en Vitoria-Gasteiz

El Colegio Lakuabizkarra vuelve desde este lunes a la jornada partida. Lo hace por la negativa del Gobierno Vasco a la jornada partida. El colegio lanzó un órdago con el acuerdo de toda la comunidad educativa. Pero una semana después ha tenido que dar marcha atrás. Sin embargo muchos colegios siguen aún sin respuesta a las demandas planteadas ante Educación. No tienen personal ni recursos suficientes para atender a todos los estudiantes en el comedor escolar.

La Plataforma a Favor de la Jornada Continua mantiene sus reivindicaciones. Insisten en adoptar esta medida excepcional que Educación rechaza. "Si realmente les importa la pedagogía y la conciliación “familiar”, escuchen lo que pedimos, pues estamos defendiendo una medida que podría ser beneficiosa para protegernos y mejorar la salud pública". sostiene la plataforma.

Desde la Plataforma lamentan la falta de recursos y la sobrecarga de trabajo para el personal existente: "Los gobernantes no sólo no están haciendo su trabajo, que es dotar a los centros escolares de los recursos y protocolos necesarios para arrancar el curso con normalidad. Además están cargando de trabajo a las funcionarias y funcionarios con labores administrativas y de cuidado asistencial que no son de su competencia".

La plataforma lamenta además que el personal de los colegios "tiene que lidiar con situaciones muy incómodas frente a familias enfadadas en las entradas y salidas del colegio porque ustedes, desde sus despachos de políticas y políticos no han hecho su trabajo".

Movilizaciones por el comedor

Varios colegios también siguen con las movilizaciones para la apertura del comedor. Muchos de los comedores escolares siguen cerrados o limitados a los alumnos becados. Y para el resto de alumnos no hay una alternativa. Las familias tienen que ir a las 12:30-13:00 a buscar a sus hijos para llevarlos a casa, comer y devolverlos al colegio a las 14:30-15:00.

Muchas familias no tienen alternativa para cuidar de los hijos

Esto impide conciliar a miles de familias que hasta ahora utilizaban el comedor. Muchas familias uniparentales o con los dos progenitores trabajadores (o estudiantes) tienen que recurrir a los abuelos en plena pandemia, y otras se han visto obligadas a tirar de amigos o contratar personal que cuide de sus hijos y les dé de comer a mediodía.

Los centros han planteado a Educación diferentes alternativas para ampliar al número de personas en sus comedores, pero todas pasan por la contratación de más personal. El mantenimiento de los grupos burbuja es viable tan solo si hay más monitores, advierten.

En algunos centros son los propios profesores o el personal administrativo los que están ahora mismo metiendo horas no retribuidas para cuidar de los alumnos durante el comedor. Intentan compensar así la falta de personal que sigue sin llegar.

Ángel Ganivet, Salburua, Miguel de Cervantes, San Martín, Salburua o Zaramaga son algunos de estos centros en los que se mantienen las movilizaciones. Adurtza ya consiguió, gracias a las movilizaciones, los monitores necesarios. En el caso de Ángel Ganivet el enfado es aún mayor. Su comedor lleva años saturado y este año se iba a ampliar el comedor, pero el proyecto se paralizó una semana antes de empezar las obras.

colegio cervantes

La situación es la misma para quienes entran pronto a trabajar. En muchos centros no hay servicio de custodia y, además, los horarios de entrada en cada curso son diferentes. Los hermanos que vayan al mismo colegio pero a cursos diferentes pueden entrar a horas distintas. Y quienes antes llevaban al hijo en custodia tienen ahora que readaptar sus horarios o buscar quien se encargue de los niños.

Además los trabajadores de los comedores y transporte escolar ya han denunciado la falta de medidas de seguridad y la necesidad de aumentar el personal para poder atender todas las necesidades de las comunidades educativas. Los trabajadores de comedor, transporte y limpieza se han sumado a la huelga convocada para el 15 de septiembre.

Monitores

La no apertura de los comedores escolares deja también dudas sobre las trabajadoras. Cerca de 400 monitoras no saben aún cuándo abrirán los comedores escolares y, por tanto, volverán a trabajar. La semana pasada apenas habían abierto 11 de los 41 comedores existentes en los centros públicos. Aún así, solo unos pocos cuentan con el personal necesario para poder atender a todos los menores en su respectivo grupo burbuja.

Los monitores denuncian además que el número de alumnos por monitos es muy elevado, especialmente en los niños más pequeños que necesitan un control constante.

"Yo tengo 15 txikis de 4 años a las que tengo que dar de comer en unos 30 minutos", explica a Gasteiz Hoy una monitora. Además las monitoras denuncian la falta de mascarillas FFP2, necesarias según el protocolo de Educación.