Cómo evitar el despilfarro en los comedores de Vitoria

¿Cómo hacer frente al despilfarro alimentario en Vitoria? Para responder a esta pregunta EH Bildu propone aprovechar los excedentes de los menús escolares y de residencias. Esta es una nueva propuesta que este grupo de la oposición trasladará al próximo pleno municipal en Vitoria.

Para evitar este despilfarro una de las medidas que sugiere EH Bildu es "trabajar con los sectores implicados en la cadena alimentaria". Así, este partido quiere "explorar las posibilidades de instalar máquinas frigoríficas que permitan que los excedentes de los menús escolares y de residencias sean aprovechados". Así lo ha explicado la concejala de EH Bildu Amancay Villalba.

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Pone como ejemplo las máquinas frigoríficas tipo vending que hay en Hernani. Estas máquinas "permiten recuperar excedentes de menús cuyo destino iba a ser la basura", ha asegurado Villalba.

EH Bildu considera "necesario implementar más medidas que nos permitan avanzar en la minimización de los alimentos desperdiciados, tal como están haciendo en otros municipios".

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Y es que para este partido la labor que está haciendo Vitoria es insuficiente, "a pesar de que forma parte de la plataforma de Euskadi contra el desperdicio de alimentos", ha asegurado esta concejala.

¿Cuánto se desperdicia en Euskadi?

La Organización de las Naciones Unidas para el Alimento y la Agricultura estima que "aproximadamente un tercio de los alimentos que se producen acaban en la basura o no aprovechándose". La Unión Europea calcula que los costes asociados a los alimentos que se desperdician son de 143 millones de euros.

Estos datos "no son ajenos a la realidad vasca", según EH Bildu. Y es que en esta comunidad autónoma "el 37% de los alimentos que se desperdician serían comestibles", según la plataforma de Euskadi contra el despilfarro de alimentos. Esto supone alrededor de 40kg al año por persona.

En definitiva, los datos indican que "estamos hablando de un problema de magnitud importante que hay que atajar desde todas las instituciones y agentes implicados", ha subrayado Villalba.

"Los costes de estos desperdicios no son únicamente económicos. A lo económico hay que sumarle los costes hídricos y energéticos y el desaprovechamiento de la tierra cultivable. Todo lo cual tiene una traducción directa en generación de emisiones de gas invernadero que serían completamente evitables", ha señalado la concejala.

"Todo ello apunta a que trabajar para minimizar el desperdicio alimentario es también un imperativo ético en el contexto de crisis climática y pobreza que estamos viviendo", ha añadido.