Enfrentamientos entre partidarios y detractores de Maroto

• Ver también: Gorka Urtaran nuevo alcalde de Vitoria-Gasteiz

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Un vídeo publicado por Gasteiz Hoy (@gasteizhoy) el 13 de Jun de 2015 a la(s) 5:25 PDT

Un vídeo publicado por Gasteiz Hoy (@gasteizhoy) el 13 de Jun de 2015 a la(s) 6:14 PDT

La Plaza de España ha acogido este mediodía una manifestación de apoyo a Javier Maroto. La protesta en la que se han concentrado un centenar de personas ha arrancado a las 13:30 y ha sido convocada desde ayer a través de las redes sociales.

Aplausos y gritos de "esto es un tongo" "la lista más votada" y "queremos a Maroto" han inundado la plaza. Javier Maroto minutos antes del Pleno ha bajado para agradecer las muestras de apoyo. Por su parte, los contrarios al hasta ahora primer edil popular han pitado a Alfonso Alonso y otros cargos públicos cuando accedían al Ayuntamiento. La policía municipal ha tenido que intervenir separando a los dos grupos.

Aún así los cruces de acusaciones han continuado sobre todo cuando se ha hecho oficial el nombramiento como alcalde de Gorka Urtaran y cuando Javier Maroto ha abandonado el Ayuntamiento. La Ertzaintza ha tenido incluso que intervenir.

La protesta había sido apoyada desde el Partido Popular, que la promocionó a través de sus diversos perfiles. La manifestación de los simpatizantes del alcalde en funciones tenía como objetivo que Maroto revalidará su cargo al haber sido el más votado. Maroto no será el futuro alcalde, tras confirmar Gorka Urtaran que se presentará a la alcaldía.

A través de Facebook Maroto ha agradecido el apoyo a quienes le votaron: "Gracias a todos los que me habéis respaldado y lo seguís haciendo. Yo voy a seguir respetando mis convicciones y defendiendo Vitoria por encima de todo".

El llamamiento se ha viralizado a través de Twitter y se trata en principio de una concentración espontánea, sin convocatoria previa. El objetivo de esta marcha es respaldar al candidato del PP, que perderá la alcaldía con un pacto del resto de los partidos. Se trata de un final amargo, después de que la noche del 24 de mayo la fiesta presidiese el cuartel general del PP en Vitoria.

• Javier Maroto

Javier Maroto nació en 1972. Precisamente el pasado fin de semana celebraba con sus compañeros de San Viator los 25 años de la graduación. Posteriormente estudió en Deusto y un Master en Madrid.

Tras un breve paso por la empresa privada accedió al ayuntamiento en 1999, de la mano de Alfonso Alonso, con quien fue Concejal de Hacienda. Durante dos legislaturas se convirtió en la mano derecha del ahora Ministro de Sanidad.

Ahora Javier Maroto pasará de nuevo a la oposición, como hizo cuando, en 2008, Alfonso Alonso abandonó Vitoria para ir a Madrid. Está por ver si el ya ex alcalde se queda en la oposición cuatro años o si, por el contrario, vuela más alto.

De momento ha cumplido una legislatura como alcalde, tras ganar las elecciones en 2011 con holgura. Obtuvo 9 concejales, igual que en 2015, pero entonces se respetó la decisión de que gobernase la lista más votada.

Durante estos cuatro años ha logrado pactos con todas las formaciones, destacando el pacto con EH Bildu que permitió paralizar el BAI Center. Ha puesto en marcha los equipamientos en los nuevos barrios, así como la nueva estación de Autobuses o la reforma del Europa. También se ha consolidado el canon de Capitalidad, Vitoria ha reinado como Green Capital (logro de la anterior corporación) y Capital Gastronómica. Y aspira a ser sede de la Olimpiada Juvenil Europea.

Sin embargo su caballo de batalla, y lo que ha provocado la rebelión de la oposición, ha sido su lucha en torno a la RGI. La oposición ha tildado en numerosas ocasiones de racistas sus declaraciones. También la regulación de los locutorios y kebabs, o la difusión de la foto de una mujer con ropa en la piscina de Gamarra han generado crispación y numerosas acusaciones de racista.

Esta semana el alcalde quería salir al paso de las declaraciones. Lo hacía tras las elecciones, en un gesto que ha sido insuficiente para el PNV. Además la semana pasada también se conocía su futura boda con su marido, en un gesto que algunos interpretan como una forma de contrarrestar las acusaciones de racista.