Un centenar de personas recuerda a Borja Lázaro en el tercer aniversario de su desaparición

7 enero, 2017

La familia y amigos del fotógrafo vitoriano han convocado una emotiva concentración hoy por la tarde en la plaza de los Celedones de Oro para evitar que su caso caiga en el olvido

Un centenar de personas ha acudido hoy sábado por la tarde a la concentración convocada por la familia y amigos de Borja Lázaro para recordar al fotógrafo independiente en el tercer aniversario de su desaparición mientras viajaba por Colombia. En el emotivo acto, que ha transcurrido a partir de las 18,30 horas en la plaza de los Celedones de Oro, han participado su madre, Ana María Herreros, y su hermano, Sergio Lázaro. Ambos han estado arropados por otros allegados, como algunos amigos y muchos profesores del colegio San Prudencio, donde Borja estudió.

La familia, que sujetaba una pancarta donde se leía 'Te esperamos Borja' y llevaba puesta una camiseta con la imagen del fotógrafo desaparecido, ha recibido numerosas muestras de cariño de los presentes. También han asistido a la concentración la teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Vitoria, Itziar Gonzalo, y el diputado general de Álava, Ramiro González.

A Borja se le perdió la pista la noche del 7 al 8 de enero, cuando se encontraba en un hostal de Cabo de Vela, en La Guajira, una península semidesértica al norte de Colombia. Y aún se desconoce qué le ocurrió. Había regresado allí para entregar a los indígenas de la zona las fotos en papel que había tomado de su ritual de exhumación.

Borja desapareció de un hostal de La Guajira colombiana la noche del 7 al 8 de enero de 2014

"Mi hermano nos envió las imágenes del que fue su último trabajo", explica Sergio. "Transcurridos diez años, la tribu Wayúu desentierra los cuerpos para cortarles el pelo y limpiar los huesos antes de devolverlos a sus tumbas". Las fotos de Borja que ilustran esta costumbre "ya se expusieron en el pub O´Connors de Vitoria hace año y medio. También hemos hablado con el Ayuntamiento para que nos ceda una sala y poder mostrarlas de nuevo, pero de momento no tenemos respuesta".

Y es que a este ingeniero informático de 34 años le apasionaba tomar instantáneas de personas, que protagonizaban sus reportajes fotográficos de interés humano y centrados en otras culturas. "También se fue a Nepal a fotografiar a los niños de un orfanato". Su espíritu aventurero y su gran afición le llevaron hasta Colombia, donde desapareció hace tres años.

Había regresado a La Guajira para entregar a los indígenas de la zona una copia de las fotos que había tomado de su ritual de exhumación

"Llevamos todo ese tiempo sin saber nada de lo que le sucedió. Ni siquiera podemos hacer un punto y aparte que nos ayude a sobrellevar este dolor, porque no hay ninguna pista. Vivir con esta incertidumbre es muy duro", lamenta Sergio. Por eso, él y su familia piden al gobierno de España, "con representación en Colombia, que esté encima del caso y no permita a las autoridades de allí archivarlo o dejarlo estar".

Desde el Ministerio de Interior "nos transmiten que están en ello, pero tampoco tenemos nada por escrito. Todos los compromisos son verbales y sólo nos dicen algo cuando nosotros se lo exigimos", critica Sergio. A lo largo de estos tres años, "sólo hemos hablado una vez con el embajador de España en Colombia, en marzo de 2016". Fue en el marco de "una visita que tuvimos en Madrid con el responsable de Asuntos Migratorios".

A lo largo de estos tres años, el embajador de España en Colombia sólo ha hablado una vez con la familia de Borja

"La única información que manejamos es a través de la Ertzaintza, que se mantiene en contacto con el responsable de la investigación en La Guajira". A este respecto, tuvieron una reunión con la policía autonómica hace dos semanas, donde se realizó una llamada a las autoridades colombianas.

"Nos han dicho que es un caso muy extraño y que no tienen ninguna pista. A pesar de que ahora existe una recompensa económica para cualquier tipo de información sobre la desaparición de Borja, nadie ha aportado ningún dato que ayude a revelar qué pasó".

La única información que tiene la familia llega desde la Ertzaintza, que se mantiene en contacto con el responsable de la investigación en la Guajira

En cuanto al Ayuntamiento de Vitoria, "sí que nos ha ofrecido su ayuda desde el cambio de legislatura. De hecho, nos consiguió una reunión en La Zarzuela con el Rey". En ese encuentro, que tuvo lugar en enero del año pasado, "hubo un compromiso por parte de la casa real de intentar hablar sobre la desaparición de Borja cuando estuviese en contacto con el gobierno de Colombia o incluso durante la Cumbre Iberoamericana".

La concentración de hoy ha sido un acto reivindicativo para visibilizar el caso de Borja y que no caiga en el olvido. Pero también sentimental, "ya que nos permite sacar las emociones que llevamos dentro", ha afirmado Igor García. Este amigo de Borja ha cantado acompañado de su guitarra la emotiva Txoria Txori, de Mikel Laboa. Esta canción constituye "un símil del espíritu aventurero e inconformista de Borja, que siempre buscaba la felicidad. Y eso fue lo que le llevó hasta Colombia".

A la concentración han asistido familiares de otros desaparecidos españoles en el extranjero

Igor forma parte del grupo Similar Interest, que tras la concentración ha ofrecido un concierto en el pub O´Connors para completar la jornada. Además, otro amigo, Alberto Jiménez, ha leído dos sentidos relatos centrados en Borja, del que se han colgado fotografías en las paredes del bar.

Entre los asistentes a la concentración había familiares de otros desaparecidos que querían solidarizarse con el caso de Borja. Como la madre de Hugo Ferrara, un chico barcelonés que "desapareció hace algo más de dos años mientras viajaba de mochilero por Brasil". También ha acudido la madre de otro joven bilbaíno llamado Sabino Llona, al que se le perdió la pista "en 2004 cuando iba a visitar a su hermana a Florida", en Estados Unidos.

Y también ha participado en el acto la hermana de Miguel Ángel Santamaría, de Algorta, "que hace tiempo fue a Suecia. Nos dijeron que había muerto y nos entregaron un cadáver. Once años después, la Audiencia Nacional ha pedido una exhumación del cuerpo para identificarlo, porque no nos permitieron verlo ni existen fotos. Y todavía estamos esperando a que alguien nos diga si ese cadáver es el de mi hermano". Todos ellos han emprendido la misma cruzada que la familia de Borja para poder saber algún día qué les ocurrió a sus seres queridos.