Pese a sus "efectos devastadores", la crisis "ha movido lo mejor de los alaveses"
Cáritas publica un documento para informar de las ayudas existentes
Cáritas Vitoria ha presentado este miércoles un documento bajo el lema Con D de derechos. Este documento busca poner en valor las prestaciones sociales como "una concrección de la solidaridad en una sociedad orientada al bien común, organizada para redistribuir los recursos atendiendo a las personas más débiles".
La organización también ha destacado el incremento de la solidaridad en los últimos años. En 2005 Cáritas Vitoria recibía cerca de 230.000€ en donaciones, y actualmente recibe cerca de 1 millón de euros anuales: "Crece la pobreza pero también la solidaridad y el numero de voluntarios y las aportaciones económicas". Según los responsables de Cáritas Vitoria la crisis ha tenido efectos devastadores, pero también ha movido lo mejor de los alaveses.
Eso sí, desde Cáritas advierten que la crisis no ha terminado: "Pese a los cantos de sirena la crisis no ha terminado, la gente cada vez pasa más tiempo en esta situación". Incluso se mantienen en la pobreza pese a las posibles ayudas: "El dinero llama a dinero pero no llama a vida".
Cáritas ha reclamado que se haga ese esfuerzo para llegar con las prestaciones sociales a todos los sectores de la población. Sectores a los que no llega. Cáritas ha recordado que la RGI se aprobó en 1980 y que en 2010 sufrió un varapalo al aumentarse las restricciones para su acceso.
"La RGI cumple un papel importantisimo. No compartimos la lectura de que algunos no quieren trabajar y están en la percepcion permanente", ha asegurado Ramón Ibeas, quien cree necesario analizar algunas modificaciones necesarias, como el concepto de la doble propiedad.
También ha criticado que en algunos casos se suspende la prestación directamente por haber trabajado algunas horas dentro del mes, en lugar de pagar ese mes el complemento. Desde Cáritas también detectan falta de claridad en algunos expedientes suspendidos.
Las personas autóctonas están más protegidas en Euskadi que las extranjeras. No hay derecho a que durante los tres primeros alos alguien no pueda trabajar.
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