¿Cuántas personas piden dinero en Vitoria-Gasteiz?

"¿Tiene dinero para un café?", "¿Me prestas 50 céntimos, por favor?". La población vitoriana conoce perfectamente a muchas de las personas que piden dinero en Vitoria-Gasteiz. Son perfiles muy distintos de gente que necesita dinero: en algunos casos se trata de personas que, día tras día, se ponen a la entrada de supermercados o en esquinas concretas. En otros casos se trata de gente que mendiga en la calle.

EH Bildu quiere saber cuánta gente mendiga en la calle. En algunos casos estas personas también viven en la calle, aunque no tiene por qué ser así. La concejala de EH Bildu Rocio Vitero ha señalado que esas practicas de mendicidad “esconden, en muchas ocasiones, situaciones de pobreza y vulnerabilidad social”.

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Por ello, la concejala ha reclamado que se realice un análisis de las personas que se encuentran pidiendo en la calle, ya que “sólo así podremos conocer su situación real, de cuánta gente estamos hablando en Gasteiz, y dar una solución eficaz para revertir este tipo de prácticas y situaciones personales”.

Hace ya cinco años, el consistorio gasteiztarra elaboró un estudio y posterior proyecto para dignificar y dar visibilidad a las personas que se encontraban pidiendo en las calles. Aquel estudio cifró en cerca de 50 las personas se encontraban en esta situación.

Cinco años después de aquel estudio, y de cara a dar respuesta a esta situación, EH Bildu reclama la elaboración de un Plan de actuación con apoyos para revertir las situación de pobreza. Un plan que de a conocer los recursos municipales existentes, para que aquellas personas que lo necesiten puedan acudir a los mismos. Se trata de ofrecer apoyo y alternativas que ayuden a estas personas a salir de la situación de
pobreza que viven.

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Asimismo, EH Bildu considera necesario realizar una compaña para concienciar a la ciudadanía sobre la realidad que se esconde, en muchas ocasiones, tras la situación que viven las personas que se ven obligadas a pedir en la calle para sobrevivir. “Nadie mendiga por gusto, quien lo hace, lo hace por necesidad. Y debemos ser conscientes, como sociedad, de que, en múltiples ocasiones, tras esas prácticas se esconden situaciones personales de pobreza y vulnerabilidad social”.