David de Yrazu: El modelo internacional que lo dejó todo para volver a Vitoria
Tras sufrir varios ataques de ansiedad, el gasteiztarra dejó su carrera internacional para ser fotógrafo
Shanghái, Pekín, Ámsterdam, Milán y Estambul son lugares que el gasteiztarra David de Yrazu recorrió como modelo internacional. En 2010 fue elegido Míster Euskadi y consiguió su primer contrato en China. Durante cuatro años recorrió el mundo, trabajando para agencias como Modelwerk, Scouting One o Traffic Models. Era imagen de conocidas marcas.
"Me encantaba mi trabajo, pero cuando volvía a Vitoria veía cómo mis amigos iban evolucionando y formando una familia. Yo justo quería lo que no tenía", cuenta David. Su último contrato le iba a llevar a Estambul, Shanghái, Alemania y Nueva York. Pasaría un año fuera de casa y, un día antes de embarcar, sufrió un ataque de ansiedad. "No sabía muy bien qué me pasaba, pero terminé cogiendo el avión. Estuve todo el camino llorando, agarrado de la mano de la pasajera que tenía al lado", explica.
“En un viaje a Turquía me entró tanta ansiedad que me volví a Vitoria”
"Estuve dos meses en Turquía en unas condiciones pésimas. Compartía un mini piso con cinco chicos. Me entró tal ansiedad que cancelé todos los contratos para volverme a Vitoria por una temporada", se sincera. Esa temporada se ha convertido ya en seis años.
De modelo a fotógrafo
Antes de ponerse frente al objetivo, David siempre había estado detrás de la cámara. Su pasión por la fotografía comenzó desde bien pequeño, tras ver a su hermana trastear con varias cámaras. "Siempre he sido muy melancólico. Me encantaba sacar fotos y grabar todos los momentos para tenerlos guardados", explica. Así que, cuando regresó a Vitoria, apostó por la fotografía.
Comenzó con sesiones para amigos y conocidos. Colgó sus fotos en Instagram y se fue corriendo la voz. "Creo que tengo gusto por la fotografía y don de gentes". Su experiencia como modelo le está ayudando a la hora de realizar las sesiones. "Ponerse delante de la cámara es difícil. Muchas veces puedes sentirte un objeto. Mis clientes eligen ellos mismos el vestuario y el entorno. Si quiero que se sientan a gusto no puedo decirles cómo ponerse o qué hacer. Intento sacar la esencia de las personas, captar eso que a primera vista no se ve", explica.
Sus capturas le han hecho ganar miles de seguidores en Instagram. Tanto su cuenta personal como la profesional la siguen a diario casi 30.000 personas. Aunque algunos no tienen buenas intenciones: "Hay chicos que solo me siguen para ver fotos de chicas y acosarlas después. Tengo que bloquear a un montón de ellos", dice.
Las redes sociales también le han ayudado a crecer como artista y seguir, de vez en cuando, realizando trabajos como modelo. "Las marcas se ponen en contacto conmigo para que me haga fotos con sus productos y las suba a Instagram. También ofrezco a las chicas que fotografío la opción de hacer sesiones conmigo y, como me sigue mucha gente, les doy publicidad".
David mira al futuro con optimismo. Su próximo objetivo son las sesiones de boda y poder seguir viviendo de su pasión, la fotografía. "Mi único objetivo es trabajar para tener momentos con la gente que quiero".