"Encontramos a dos personas teniendo sexo en un probador, fue bochornoso"

31 agosto, 2021

La vitoriana Ania Delgado publica 'Diario de una dependienta', un libro de anécdotas de sus 20 años en tiendas de ropa

Trabajar de cara al público no es nada fácil. La vitoriana Ania Delgado lleva haciéndolo casi 20 años, desde que comenzó a trabajar en diferentes tiendas de ropa con apenas 18. Las situaciones y anécdotas a las que tenía que hacer frente cada día eran tantas que decidió ir escribiéndolas en una libreta. Cuando ya había rellenado cinco cuadernos, reunió las historias que más le gustaban y publicó 'Diario de una dependienta'.

"Lo que más nos molesta a las dependientas es el tremendo desorden que la gente puede ocasionar en una tienda. Hay quienes tiran la ropa al suelo y la pisan. Una cosa es no recoger, pero lo de pisar la ropa es tremendo. Hay épocas que son una locura", explica Ania.

Diario de una dependienta Ania

Una de las situaciones más bochornosas a las que ha tenido que enfrentarse se dio en un probador: "Una chica joven se estaba probando ropa y su pareja entró para ver cómo le quedaba. Surgió la chispa amorosa y comenzaron a tener sexo. Dos compañeras y yo tuvimos que pedirles que por favor salieran. Nos costó muchísimo dar el paso, fue bochornoso".

Otra de las situaciones que más se repite en los probadores gira en torno al número máximo de prendas permitidas. "No se pueden meter más de 5 o 6 y hay un montón de gente que esconde ropa debajo de la suya propia para poder meterla. Lo más sorprendente es que cuando les pillamos, nos dicen que no saben cómo ha llegado la ropa ahí", cuenta.

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También recuerda con ternura cómo en una ocasión una señora fue a devolver una prenda y las dependientas le explicaron que no era ahí donde la había adquirido, sino en la tienda de al lado. "La mujer estaba súper convencida de que nos la había comprado a nosotras y no entraba en razón. Tuvo que venir la policía y hasta una de sus hijas", cuenta.

¿Y lo de comprarte un vestido, ponértelo una noche y devolverlo? Pues sí, también hay quien lo hace. "Unen la etiqueta con la ropa mediante un lazo o te dicen que se llevaron la prenda sin etiqueta. La verdad es que hay que tener mucha paciencia y calma para trabajar de cara al público, pero a mí me gusta y sigo después de tantos años", afirma la gasteiztarra.

El libro 'Diario de una dependienta' está disponible en cualquier librería gasteiztarra y en internet

¿Tú también trabajas de cara al público y tienes alguna anécdota que compartir? Escríbela en los comentarios