Los dólmenes más espectaculares de Álava

31 octubre, 2018

Álava cuenta con 72 construcciones megalíticas de este tipo, entre las que destacan las de Aizkomendi, Sorginetxe y la Chabola de la Hechicera

Dolmen Aizkomendi

Dolmen de Aizkomendi, en Eguilaz (Salvatierra)

Los dólmenes de Álava no son sólo pedruscos que destacan en el paisaje. Además de su valor arqueológico, el misticismo que envuelve estos panteones prehistóricos todavía conserva el poder de avivar la imaginación y evocar historias de gigantes y otros seres fantásticos.

La palabra dolmen significa en bretón ‘mesa de piedra’. Y algunos tienen nombres tan sugerentes como Sorginetxe (casa de la bruja), Alto de la Huesera o La Chabola de la Hechicera, donde los vecinos de Elvillar escenifican un akelarre en la víspera del inicio de las fiestas del pueblo.

Estos monumentos megalíticos también despiertan la curiosidad sobre cómo sociedades tan arcaicas pudieron levantar su estructura con grandes bloques de piedra. Fernando Galilea, miembro del Instituto Alavés de Arqueología y autor del Catálogo Megalítico de Álava y otras publicaciones relacionadas con este fenómeno, afirma que la provincia atesora 72 dólmenes y 45 túmulos. Mientras que ambas construcciones suman 128 en Bizkaia, 222 en Gipuzkoa, 862 en Navarra y cerca de 300 en Burgos.

De los 72 dómenes que hay en Álava, al menos 16 han sido declarados Bien Cultural

Al menos 16 dólmenes alaveses han sido declarados por el Gobierno Vasco como Bien Cultural Calificado en la categoría de Conjunto Monumental. Las construcciones megalíticas que han obtenido este reconocimiento son las de Sorginetxe, en Arrizala; Aizkomendi, en Eguilaz; San Sebastián I, San Sebastián II, Gurpide Sur y Gurpide Norte, en Kuartango; el Montecillo, en Villabuena de Álava; la Chabola de la Hechicera y el Encinal, en Elvillar; Layaza, San Martín, Alto de la Huesera y los Llanos, en Laguardia; el Sotillo, en Leza; y la Mina y la Lastra, en Lantarón.

Los dólmenes son panteones colectivos donde se celebraban ritos funerarios. Las excavaciones han descubierto huesos pertenecientes a múltiples esqueletos humanos y también diversos ajuares que, según las creencias prehistóricas, acompañarían a los fallecidos en su viaje al más allá.

Fueron construidos con grandes losas pétreas por los hombres del Neolítico. En concreto, los arqueólogos datan los dólmenes alaveses entre los milenios IV y II antes de Cristo. Fernando Galilea señala que su cronología se determina a partir de las características de las puntas de flecha encontradas junto a los cuerpos enterrados.

Los de Sorginetxe y Aizkomendi están entre los dólmenes más atractivos y visitados de Euskadi. Su ubicación en la Llanada alavesa y junto a la carretera permite aparcar el coche a unos metros de ambos monumentos prehistóricos.

El de Aizkomendi, en Eguilaz (Salvatierra), constituye uno de los mayores dólmenes del País Vasco y el primero que se descubrió en Álava. Ricardo Becerro de Bengoa atribuye su hallazgo, en 1832, a un labrador que araba esa zona con sus bueyes.

Entre los más de 300 cuerpos desenterrados en el dolmen de Aizkomendi se hallaron los restos de un soldado de Napoleón

Dolmen de Sorginetxe 2

Dolmen de Sorginetxe, en Arrizala (Salvatierra)

En este tumba se desenterraron más de 300 cuerpos, "cuyos cráneos bien conservados aún, tenían muelas perfectas y de un color natural en sus mandíbulas. Los esqueletos eran de hombres y muchachos, ninguno de mujer".

Y, entre las puntas de cobre de lanzas y flechas, aparecieron también los botones imperiales de una casaca perteneciente a un soldado de Napoleón que huía de Vitoria en 1813. Fue la última persona enterrada en el dolmen de Aizkomendi.

Este monumento funerario mide unos 4 metros de largo, 3 de ancho y otros tantos de alto y está construido con diez losas. Sólo la superior pesa doce toneladas. Además, se encontraba cubierto por un túmulo gigantesco, de unos 60 metros de diámetro y cuatro de altura, que contaba con un corredor desde el atrio hasta la cámara funeraria.

El de Sorginetxe es uno de los dolmenes más fotografiados por su bella silueta

El de Sorginetxe, en Arrizala (Salvatierra), se trata de uno de los dolmenes más fotografiados por su bella silueta. Tiene una estructura poligonal de 2,5 metros de alto y está formado por seis grandes losas de roca caliza que sostienen la cubierta y proceden de la cantera del monte Arrigorrista. Fue excavado en 1890 por Julián de Apraiz, que halló restos humanos pertenecientes a tres cadáveres y una punta de flecha de sílex.

En la Rioja Alavesa, destaca el dolmen de la Chabola de la Hechicera. Fue descubierto en Elvillar en 1935 y está formado por 9 losas. También cuenta con una galería compuesta por 5 losas más las de cierre. Las excavaciones revelaron restos humanos junto a numerosos objetos, como hachas, trozos de cerámica y aros. Durante la víspera del inicio de las fiestas del pueblo, en agosto, se celebra un akelarre en las inmediaciones del dolmen que consiste en una representación con un macho cabrío, brujas, etc.

Además, a finales del año pasado, el Ayuntamiento de Arratzua-Ubarrundia pidió por unanimidad que se busque y recupere el dolmen de Eskalmendi. Los últimos trabajos arqueológicos hablan de un posible dolmen de grandes dimensiones, con una cámara funeraria que correspondería a la Edad de Bronce.