Dulces alaveses: más allá del Goxua y los Vasquitos y Nesquitas
Álava tiene gran tradición pastelera y muchos dulces propios
Dice el refrán que a nadie le amarga un dulce. En Álava estamos de suerte, porque es, sin duda, uno de los territorios con más tradición pastelera. Esta tradición hace que Álava y Vitoria-Gasteiz tengan muchos dulces propios. ¿Pero los conocemos todos?
Durante varios años, hubo más de 100 pastelerías artesanas en todo el territorio. Hoy en día son muchas menos las que siguen vivas. Aun así, las pastelerías destacan entre los pocos comercios de Vitoria-Gasteiz con más de un siglo de vida. Prueba de que, pese a sus altibajos, es un sector que goza de buena salud en Álava. Sin embargo, como todo el comercio, los cierres han llegado en los últimos años.
Lo que no se ha perdido es el gusto por los buenos postres. Cientos de alaveses y alavesas pasan a diario por estos establecimientos. Aunque el chocolate y el Roscón de Reyes (el postre con más éxito hoy en día) han comido mucho terreno, la pastelería tradicional alavesa no pierde su espacio.
¿Quieres conocerlos con nosotros? Quizá haya alguno que aún no hayas probado, y a partir de ahora no salga de tu mesa.
Los más conocidos
El postre alavés por excelencia es, sin duda, el Goxua. Con varias décadas de historia, este manjar inspirado en la crema catalana ha llegado, incluso, a cruzar el charco. Creado en la pastelería López de Sosoaga, ahora se disfruta en miles de lugares.
Es, sin duda, el dulce alavés más extendido por el mundo. El primer lugar a donde viajó fue a Ourense, bajo el nombre de ‘Tarta de la Cazuela’, en referencia al recipiente donde se hace. Hoy en día, como curiosidad, incluso una pastelería de Talavera de la Reina (Toledo) lleva el nombre de este manjar.
Pero si un dulce ha llevado el nombre de Vitoria-Gasteiz y Álava por el mundo, han sido los Vasquitos y Nesquitas. Estos dulces de Confituras Goya tienen ya casi un siglo de historia, pero no pasan de moda.
Muchas de las personas que pasan de visita por Vitoria-Gasteiz se llevan de recuerdo estos deliciosos bombones. La clásica caja de metal donde se comercializa es una de sus mayores señas de identidad. Además, es habitual verlos en aeropuertos de la zona, donde la gente aprovecha para comprarlos antes de regresar a sus destinos.
Por último, no podíamos dejar pasar el postre al que da nombre la ciudad: la Tarta Gasteiz. Es, sin duda, una de las tartas más tradicionales de nuestro territorio, y la elegida en muchas casas para endulzar los momentos especiales en cualquier época del año.
Los días más dulces
Por otro lado, los dos días clave del calendario van acompañados de su dulce. El 28 de abril trae la Tarta de San Prudencio. En el día del patrón alavés, no puede faltar nunca una al lado de perretxikos y caracoles.
El 5 de agosto también llega acompañado de su tarta: la Tarta de La Blanca. Su bizcocho, mousse de nata, mousse de fresa y merengue son toda una institución en Vitoria-Gasteiz, y uno de los productos más vendidos del año.
Tampoco nos podemos olvidar de los cerdos de chocolate, que todos los años disfrutan en San Antón los colegios de Vitoria-Gasteiz. El sorteo de las figuras que prepara la pastelería Nalda es, sin duda, lo más esperado del día para los txikis.
Postres de bocado
Los Alavesicos destacan sobre los demás: un surtido de bombones de chocolate aromatizados con vino, txakoli, patxaran, queso o ron. Un pecado al que mucha gente no puede decir que no.
Igual de irresistibles son las Txapelas, las trufas de patxaran en forma de boina, y el Capricho de Vitoria. O el más conocido Pastel de Vitoria. Esta tartaleta de almendra y chocolate es también una de las elegidas para llevar por las personas que visitan Vitoria-Gasteiz.
En los últimos años, además, la Asociación de Pasteleros de Álava ha querido recuperar dos de los postres más tradicionales, que se habían perdido con los años. El primero fueron los Kotxotxos: un bizcocho que ahora cada año se consume el día que los auroros anuncian las fiestas de La Blanca.
Este año han elegido recuperar otro postre de la mano de la Cofradía de la Virgen Blanca: los Suspiros de La Blanca. Estos dulces que ya se han empezado a comercializar son pequeños bizcochos rellenos de yema, frambuesa o trufa.
Por último, la asociación también ha querido conmemorar en los últimos años varios eventos en la ciudad. La Green Capital tuvo su postre en 2012, y, como no, también la Capital Gastronómica en el 2014. Incluso el 125 aniversario de la Procesión de los Faroles también ha tenido en 2020 su dulce en forma de farol.
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