El Ayuntamiento de Barrundia homenajeará a las personas represaliadas por la dictadura

3 julio, 2017

El homenaje tendrá lugar el 8 de julio coincidiendo con el 80 aniversario del fusilamiento de José Placer

El Ayuntamiento de Barrundia celebrará el próximo 8 de julio un homenaje a todas las personas del municipio víctimas de la represión y la persecución tras el golpe militar de 1936. Lo hará coincidiendo con el 80 aniversario del fusilamiento de José Placer, natural de Ozaeta y fusilado en la madrugada del 5 de julio de 1937.

En el homenaje que tendrá lugar en la plaza de Ozaeta, se colocará una placa en recuerdo y homenaje a todas estas personas represaliadas. El acto contará con la presencia de familiares de José Placer, el bertsolari Manex Agirre, así como dantzaris y txistularis. Fue el pleno de la localidad el que aprobó por unanimidad realizar este acto el pasado 29 de junio.

José Placer fue miembro de la comisión gestora que posteriormente se convertiría en la actual Diputación Foral de Araba. En 1930 se afilió a EAE-ANV y se convirtió en uno de sus principales impulsores en Araba.

Tras la sublevación militar del 36, Placer buscó cobijo en lo que entonces era el Nuevo Teatro -ahora Principal Antzokia- para, posteriormente, escapar a Ozaeta. Por mediación de su hermana pequeña, un joven del pueblo lo guió a través de la Sierra de Elgea, hasta llegar a la localidad guipuzcoana de Eskoriatza. Una vez allí, Placer se enroló en el Ejército que al mando del Gobierno Vasco hizo frente a las tropas franquistas, y dirigió varias unidades como comandante de Euzko Indarra, batallón formado por la gente de EAE-ANV.

Luchó primero en Donostia, y después en Gernika, donde fue detenido junto a otros gudaris, entre los que se encontraba Estepan Urkiaga, Lauaxeta. Tras pasar por la prisión donostiarra de Ondarreta, fueron trasladados a la cárcel de El Carmen, en Gasteiz, donde Placer y Urkiaga entablaron una relación muy estrecha. En la madrugada del 5 de julio de 1937, tras un juicio sumarísimo, fue fusilado en el muro trasero del cementerio de Santa Isabel. Sus últimas palabras, como recordó en su diario el sacerdote jesuita Alfonso María Moreno, fueron; «Gora Euskadi Askatuta!» .