El calvario de Adrián en Andorra: 14 meses en una cárcel pirenaica

Fruta y una hamburguesa de McDonald's. Algo en principio tan anodino, fue todo un banquete para Adrián. Lo saboreó el pasado miércoles, cuando fue puesto en libertad tras su particular calvario andorrano. 

14 meses ha pasado encarcelado Adrián Valladolid, la mayoría en prisión preventiva, en el centro penitenciario de La Comella, en Andorra. El pasado octubre se celebraba su juicio, y en noviembre el Tribunal de Cortes le condenaba por un delito de tráfico de cannabis en gran cantidad. Conocido como 'el caso del CBD', su historia ha revolucionado al país vecino.

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Cogollos de CBD en el coche

La sentencia era de 4 años de prisión, de los cuales debía cumplir 18 meses en efectivo, además de 7 años de expulsión del Principado y 3.000 euros de multa. Una dureza que sorprendió a familiares y allegados, así como a su propio abogado defensor.

"Han querido dar un escarmiento con él, ha sido una locura lo que ha vivido este muchacho. No es un drogadicto. Nunca he visto una cosa igual", explicaba José Ángel Plaza Escudero a Gasteiz Hoy.

Fotos: Telenorte (TVE).

Pero, ¿qué le ha ocurrido a este vitoriano de 30 años y monitor de esquí, que desde hace 6 años reside en Andorra? Los hechos se remontan a finales del verano de 2023. Adrián vuelve al Principado y, a su paso por la aduana del río Runer, lo para la Policía.

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Allí, según defendió en el juicio, declaró que llevaba en el maletero del coche 500 gramos de cogollos de CBD. Los había comprado por Internet, y recogió el paquete en España. No era la primera vez, ya que desveló que lo consumía en infusiones para sus ataques de epilepsia, debido a los efectos secundarios que le provocaba la medicación.

Extremo que respaldó su madre, tanto ante el tribunal como en una entrevista en Telenorte. Es más, el joven desveló que, en anteriores ocasiones, lo había adquirido en algunos establecimientos en Andorra, por lo que pensaba que era legal.

¿CBD o THC?

El cannabidiol (CBD) es una de las sustancias químicas de la planta del cannabis, que también se utiliza para fines terapéuticos. Tal y como ha reconocido la OMS (Organización Mundial de la Salud), este compuesto no parece presentar potencial de abuso ni riesgos significativos para la salud.

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Se obtiene del cáñamo, una parte de la planta que solo contiene pequeñas cantidades de tetrahidrocannabino (THC). Este, en cambio, es el ingrediente más famoso del cannabis y sí tiene propiedades psicotrópicas, es decir, embriaga y altera la percepción.

Y es ahí donde radica el quid de la cuestión. Porque mientras Adrián, su entorno y defensa aseguraron por activa y por pasiva que lo que tenía era CBD, la Fiscalía de Andorra insistió por igual en que era THC. 

"Lo dicen porque tiene un 0,3% de THC", explica el letrado, descontento también porque el Tribunal haya considerado los 500 gramos como "una gran cantidad". "En el pesaje, siempre se da un margen de error de más-menos 5% que, si lo aplicamos aquí, sería inferior a ese medio kilo", sostiene. Y recuerda que, en España, se consideraría de "notoria importancia" si se tratara de 10 kilos.

Una consideración importante, ya que el código penal andorrano establece, "para las cantidades pequeñas y de consumo propio, como mucho, en casos externos, 1 año de cárcel". Lejos de los 4 fijados en este caso.

Venta ilegal en Andorra

Otro factor a tener en cuenta es que, si los análisis de la Fiscalía "hubieran acreditado que era CBD, ni habrían abierto diligencias previas, se habría archivado. Como había un 0,3% de toxicidad y, según la directiva consolidada, debe ser de un 0,2%... Pero ningún juez en España habría dictado prisión directamente como han hecho con él", destaca el abogado.

Desde el gobierno de Andorra, y a raíz de este caso, han recordado que la venta de estos productos está prohibida en este país y es ilegal. Al menos los de origen vegetal, porque "no se puede separar la sustancia del CBD de la del THC". Sí pueden comercializarse aceites, cremas o productos cosméticos que contengan CBD. Pero no está aprobado como suplemento alimenticio ni medicamento.

"Las leyes andorranas son más duras que las españolas, pero muchos de los magistrados del Principado aplican la justicia también en España, en Barcelona sobre todo. Aunque como el caso ha tenido un impacto tremendo, creo que los magistrados se han enfadado", razona Plaza. Hasta, apunta, el "Defensor del Pueblo en Andorra declaró a su favor".

Visto para sentencia el juicio contra Adrián Valladolid, el vecino de Vitoria que lleva un año en prisión en Andorra acusado de tráfico de marihuana. El joven argumenta que lo incautado es #CBD, cannabidiol, una sustancia legal, para tratar su epilepsia. #cannabis pic.twitter.com/s1UioSY9Ca

— RTVEPaisVasco (@RTVEPaisVasco) October 25, 2024

Son las razones que encuentra para una sentencia de 4 años de cárcel y para que, durante el proceso, le hayan denegado una y otra vez la libertad. "Decían que era extranjero y que existía riesgo de fuga", sostiene. Por eso, Adrián ha permanecido preso todo este tiempo.

Libertad y apelación

Sin embargo, tal era su convicción de que era inocente, que rechazó un pacto con la Fiscalía para ser condenado a 10 meses de reclusión y 7 de expulsión del país. No extraña que la sentencia cayera como un jarro de agua fría y dejara "destrozado" a su entorno. Y más a su madre, "una madre coraje, que ha luchado por él desde el primer día", alaba el abogado defensor.

Ahora, tras la puesta en libertad de Adrián, la familia está "más tranquila". El joven ha cumplido tres cuartas partes de su condena mientras estaba en prisión preventiva. El resto del tiempo, hasta los 18 meses, se ha suspendido "por un periodo determinado".

La defensa ya ha presentado un recurso para conseguir su absolución. Por ahora, Adrián ha vuelto a su casa en Andorra. Allí residirá hasta ver qué dictamina el Tribunal de Apelación, que preside una magistrada de la Audiencia Provincial de Girona.

Según el resultado, podrá continuar con su vida en El Principado o será expulsado del mismo. Y, aunque  ya no está entre rejas, su familia y él saben que la pesadilla aún no ha acabado. "Adrián está peleando contra un dragón", concluye su madre.