Más dificultades para el alquiler

30 diciembre, 2011

Vitoria sigue teniendo un problema con la vivienda. La capital de Euskadi es una de las ciudades más caras para independizarse. Y ello se debe no sólo ya a las dificultades para acceder a una vivienda en propiedad, sino a los elevados alquileres. Sólo Madrid, Barcelona, Bilbao y San Sebastián cuentan con unos alquileres más […]

Vitoria sigue teniendo un problema con la vivienda. La capital de Euskadi es una de las ciudades más caras para independizarse. Y ello se debe no sólo ya a las dificultades para acceder a una vivienda en propiedad, sino a los elevados alquileres. Sólo Madrid, Barcelona, Bilbao y San Sebastián cuentan con unos alquileres más elevados entre particulares.

Según las estadísticas del portal inmobiliario Idealista.com y de Fotocasa.es, el precio medio de la vivienda en alquiler en Álava está en los 8,9 euros por metro cuadrado. Esto quiere decir que una vivienda media de 65 metros cuadrados puede alcanzar los 560 euros al mes. Unos alquileres que resultan excesivos para facilitar la posibilidad de emancipación. A ello hay que unir además que muchos de los propietarios optan por hacer contratos en negro, para luego no tener que declarar. Una actitud, por otra parte, un poco ilógica, ya que desprotege al dueño de cualquier percance que pueda tener con los inquilinos.

La firma de contratos en negro impide también a los propietarios de alquiler obtener beneficios fiscales por esta medida, que en Euskadi puede alcanzar el 25% para jóvenes y familias numerosas.

A ello hay que unirle la Renta Básica de Emancipación, que el Partido Popular ya ha anunciado que eliminará. Una ayuda de 210 euros mensuales que en Álava correspondían a 2.379 jóvenes al cierre de 2010. Para ellos, sus ingresos son menores a 22.000 euros y tienen menos de 30 años. Muchas de estas ayudas aún no han llegado a sus adjudicatarios. Y es probable que muchas de ellas no lo hagan antes de diciembre, debido a los constantes retrasos, producto de la burocracia de Hacienda, Fomento y Gobierno Vasco. Desde el Ministerio de Fomento aseguran que, aunque dichas ayudas desaparezcan a partir del uno de enero, quienes han sido adjudicatarios acabarán percibiendo dichas cantidades. A partir de ahora, lo que ocurrirá es que no se concederán nuevas ayudas. Sin embargo, aquellos que son perceptores de las ayudas las seguirán recibiendo mientras cumplan las condiciones por las que se les concedió en su día. Desde el Gobierno Vasco están buscando posibles líneas de ayuda que sustituyan a la RBE, aunque no parece que, por el momento, vaya a haber una solución.

La Renta Básica de Emancipación fue una medida estrella de Zapatero, que impulsó Carme Chacón siendo Ministra de Vivienda. Su periodo de vigencia concluía el 31 de diciembre de 2011, con lo que técnicamente, el PP no la eliminará. Se limitará a no hacer nada para no tener que aceptar más concesiones y dejar que, poco a poco, vayan muriendo.

El problema es que muchos de esos 2.000 inquilinos no tendrán más remedio que volver a casas de sus padres, o buscar la opción de compartir piso. En el País Vasco, la recepción de la ayuda reduce hasta el 28,7% el esfuerzo necesario para pagar el alquiler. Sin la ayuda, el incremento se elevará hasta el 43,2% de los ingresos mensuales.

Hay que recordar que la Caja Vital también cuenta con un parque de viviendas en alquiler, cuyos precios varían en función de los ingresos de los inquilinos. En este caso, parten de los 250 euros al mes, para aquellas viviendas más pequeñas y quienes ganen menos de 10.000 euros anuales, aunque el precio medio se sitúa en los 360 euros.

Hay también mucha gente que sigue sin aceptar la posibilidad de potenciar el mercado del alquiler. Lo cual no deja de ser paradójico, ya que una de las causas de la crisis económica es la tremenda avaricia y el ansia de propiedad que ha llevado a muchas familias (mal asesoradas) a comprarse propiedades a cuyo pago no podían hacer frente.

Esto último no deja de ser una cultura difícil de modificar, pero que sorprende teniendo en cuenta que hace apenas tres décadas culminó el mayor movimiento poblacional de la historia de España, con el éxodo rural. Pero la mayoría de los españoles descarta cambiar de residencia por motivos laborales, y por ello se decantan por adquirir una vivienda.

El 84% de los españoles prefiere adquirir una vivienda a vivir de alquiler. En el caso de Álava, las elevadas rentas y la política municipal de casi 'regalar' VPO (no por el precio, pero sí por el elevado número de promociones de este tipo) hacen que los alquileres sean aún una forma rara de vida.