El final del camino albiazul

23 junio, 2011

Parece que por fin se acabó el culebrón. El Baskonia finalmente entrará en el Alavés si nada lo impide (y cuidado, mejor no mentar al diablo, que ya hemos tenido bastantes sorpresas) a lo largo de la próxima semana. Alcanzado el acuerdo entre los grupos políticos, es ahora al Baskonia a quien le toca en […]

Parece que por fin se acabó el culebrón. El Baskonia finalmente entrará en el Alavés si nada lo impide (y cuidado, mejor no mentar al diablo, que ya hemos tenido bastantes sorpresas) a lo largo de la próxima semana. Alcanzado el acuerdo entre los grupos políticos, es ahora al Baskonia a quien le toca en estos momentos mover ficha.

Con la aprobación del crédito de un millón de euros, es necesario primero la capitalización del club, por un montante cercano a los 2,5 millones de euros. Dinero que pondrá el grupo inversor (en el que no sólo está el Baskonia). A partir de ahí, llegará el terreno de lo deportivo, y habrá que empezar a hacer un análisis reposado de lo que está ocurriendo en el Paseo de Cervantes. Pero es necesario darse prisa. La planificación de la próxima temporada es urgente. Con la posible marcha de Tomé, el nuevo presidente deberá tomar decisiones muy rápidas, aunque es probable que lleve ya tiempo trabajando en la confección del equipo.

Quizás no convenga echar la vista atrás, pese a que en el pasado han surgido la mayoría de los males de los que ahora adolece este Deportivo Alavés. Pero hay que evitar cometer errores. Pese a que la operación tiene el apoyo de PP, PSE y PNV, no tiene, ni mucho menos, el apoyo generalizado de los alaveses. Son muchos los que en su día denunciaron el intento de salvar al Alavés con dinero público. Y en el Buesa Arena también se oían voces que pedían a Josean Kerejeta que se centrase en el Baskonia y no se metiese en experimentos extraños.

Lo que tiene por delante el Baskonia como parte visible del grupo inversor es un ochomil sin bombonas de oxígeno. Se trata de intentar reflotar a un club que está al borde de la quiebra y que, por segundo año consecutivo sigue aumentando las deudas al fracasar su proyecto deportivo y no lograr el ascenso a Segunda División A. Entonces, ¿por qué  se embarca el Baskonia en una operación semejante?

Hay quien sospecha que la reforma del Buesa Arena está íntimamente ligada con el desembarco en el Alavés. Es cierto que ambas operaciones coincidieron en el tiempo, y que pudo haber un intercambio de cromos para que Josean Kerejeta lograse su ansiado pabellón de 15.000 espectadores. Incluso una de las empresas participantes en la UTE, Zikotz, estará en el capital de la nueva sociedad que se hará con el Alavés. Pero no dejan de ser especulaciones que sólo los propios interesados podrían confirmar o desmentir.

Tras esta operación de compra del Alavés, Kerejeta se convierte en el mayor interesado en el resurgir del Alavés. De él se podra valer en un futuro para incrementar los ingresos del Baskonia, además de aumentar la masa social con el aprovechamiento de sinergias, paquetes de abonos conjuntos y otros actos conjuntos. Y ello pese a que ambos clubes seguirán funcionando por separado.

El Baskonia está acostumbrado a obtener ingresos atípicos. Lo hizo primero con El Boulevard, donde entró como socio inicial, para posteriormente obtener ingresos con el traslado de Camelot Park y del Saski a la Bolera. Tras ello, llegó la adjudicación de los terrenos que rodean al Buesa Arena, en una operación que fue investigada y que le permitió obtener ingresos con la venta a la Caja Vital o El Corte Inglés, entre otros.

Ahora llega esta operación, en la que el Baskonia no caminará sólo. No olvidemos que la entrada del grupo inversor se hará a través de una nueva sociedad, en la que Josean Kerejeta y el Baskonia son sólo una parte. En esa misma sociedad está Fernando Ortíz de Zárate, el anterior presidente del Alavés, o el promotor del vehículo eléctrico, Hiriko.

Pero si la jugada sale mal, y el Alavés no logra salir del pozo de la Segunda División, el club habrá arriesgado no sólo dinero, sino también tiempo. Hoy en día dirigir el Alavés puede producir, y producirá seguro, más quebraderos de cabeza que ninguna otras institución.

No hay que olvidar, en cambio, el fuerte apoyo institucional que tendrá el Deportivo Alavés. Algo que ha provocado el rechazo importante de la ciudadanía. Incluso de parte de la masa social albiazul. Y es que en los próximos años serán muchos millones de euros los que, en plena crisis económica y con una notable contracción del gasto, irán llegando a las arcas albiazules procedentes de todos los vitorianos y alaveses.

Para empezar, los más de 5 millones que pagará la Diputación por Izarra  (aunque en un inicio será en alquiler), un lugar que ahora mismo se puede considerar en ruinas y que cuesta entender que se pague un precio tan elevado. El Gobierno Vasco pondrá 200.000 euros anuales, mientras que Diputación y Ayuntamiento desembolsarán otros 200.000 euros anuales cada uno, aunque las cantidades irán subiendo progresivamente.

Hay quien justificará esas subvenciones en que el Alavés es más que un club. Pero no deja de ser cierto que los recortes del gasto social no pueden compensarse con incrementos de partidas a instituciones privadas.

Será obligado, por tanto, que los nuevos rectores cuiden al máximo el dinero y no lo tiren. Aunque, estando en manos de Kerejeta, parece que por lo menos existen ciertas garantías de éxito.