El Gobierno central reforma la 'Virgen Blanca' que estaba en la Balconada
La escultura del a Virgen Blanca fue retirada en 2007 y sustituida por una reproducción
El Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) ha comenzado los trabajos de conservación y restauración de la escultura policromada de Nuestra Señora de la Virgen Blanca, patrona de Vitoria-Gasteiz. El objetivo principal de la intervención es estabilizar los riesgos de deterioro que afectan al bien, lo que conllevará profundizar en el conocimiento de los materiales constitutivos, las características técnicas, la investigación histórico-artística y los procesos de alteración. Esta talla se encontraba hasta hace un lustro en la balconada, pero fue sustituida por una reproducción.
Los trabajos de conservación y restauración tendrán una duración de siete meses y un coste de 52.359,12€. La dirección facultativa de los trabajos estará compartida entre el IPCE y el Servicio de Restauración de la Diputación Foral de Álava, que editará una publicación monográfica con los resultados del proyecto.
La escultura policromada de Nuestra Señora de la Virgen Blanca, con nivel de protección de elemento artístico de singular relevancia, es de estilo gótico s.XIV-XV y está labrada en piedra caliza de grandes dimensiones (214x69x54 cm). Su superficie aparece totalmente recubierta por capas de color aplicadas sucesivamente a lo largo de los siglos adaptándose al gusto de cada época. La policromía está realizada al óleo y presenta un avanzado deterioro, con numerosas lagunas, craquelados y levantamientos. Del mismo modo, son visibles zonas de desgastes producidos en anteriores intervenciones.
La obra en su origen estuvo ubicada en el mainel de la portada principal de la Iglesia de San Miguel, pero en el s.XVI se trasladó a uno de los contrafuertes de espalda a la sacristía, para volver en el S.XVIII a la fachada exterior del templo. En ese lugar ha permanecido hasta el año 2007, en que se transportó a los talleres del Servicio de Restauración de la Diputación Foral de Álava, por los problemas que su ubicación implicaba de conservación, colocando en su lugar una réplica protegida por una hornacina.
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