El Memorial de Víctimas del Terrorismo concluirá en marzo la musealización

Las obras del Memorial de Víctimas del Terrorismo están concluidas desde hace dos años, pero aún sigue cerrado. Su apertura podría darse este mismo año: en marzo concluirá la musealización del espacio y entonces estará ya listo para ser inaugurado. Habrá que esperar hasta agosto para ver terminada la primera fase de la reforma exterior.

La empresa madrileña Ypunto Ending está diseñando ahora la musealización del espacio por 698.757 €. Será la encargada de dar forma a los diferentes elementos con los que contará el recinto, dedicado a las víctimas del terrorismo en general: ETA, el GAL, Batallón Vasco-Español, Terra Lliure, los Grapo, Al-Qaeda o Daesh

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El Memorial de Víctimas del Terrorismo ha destacado siempre que uno de sus principales elementos será una reproducción del zulo en el que estuvo secuestrado José Antonio Ortega Lara. La empresa deberá realizar una simulación del habitáculo a partir de toda la documentación que tiene el Memorial. Este zulo será visible desde un techo acristalado.

El Museo contará también con algunos elementos como el patinete de Ignacio Echeverría, español asesinado en el atentado yihadista que se registró en Londres el 3 de junio de 2017. También habrá otros elementos de las víctimas del terrorismo, objetos que puedan reflejar la realidad de esta tragedia. El museo intentará además poner el foco en la estigmatización de las víctimas por parte de los terroristas.

El Memorial también contará con su parte audiovisual: en ellos habrá testimonios de víctimas del terrorismo o resúmenes sobre la historia de organizaciones terrorista. En la ambientación habrá sonidos reales de llamadas amenazantes o recuerdos de manifestaciones que se han vivido a lo largo de la historia.

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El Museo se dividirá en cuatro espacios: contextualización de la violencia, historia del terrorismo en España y en el mundo, actuación de los terroristas y respuesta a los atentados. El museo está ubicado en el Banco de España de Vitoria-Gasteiz, que estuvo cerrado durante más de una década y ahora tendrá un nuevo uso. La obra tuvo un coste de 5 millones de euros y se derribó el interior del edificio por completo, dejando tan solo la fachada exterior.