El Mossad vuelve a tomar el Buesa Arena

28 febrero, 2013

El presidente del Maccabi se enfrenta a los aficionados baskonistas

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Desde que el Baskonia juega Euroliga han sido ya muchas las ocasiones en que el Maccabi de Tel Aviv ha visitado el Buesa Arena. Una visita que lleva consigo un importante componente político por parte de los aficionados, en su mayoría más identificados con el pueblo palestino en el conflicto de Oriente Próximo.

Pero también trae consigo un cambio en el dispositivo de seguridad del Pabellón. La Ertzaintza 'comparte' en estos encuentros la información y la preparación del dispositivo con el Mossad, el servicio secreto que, tras la masacre de  Munich 1972, acompaña a todas las delegaciones israelís alrededor del mundo. En la memoria de los baskonistas queda aquel encuentro de 2002 en el que cientos de aficionados macabeos disfrutaron de una total inmunidad mientras la Ertzaintza requisaba banderas palestinas en el pabellón y una Estrella de David lucía en la bombilla de los Tiros Libres.

Hoy el dispositivo ha sido más liviano y se ha permitido la entrada de banderas palestinas, que han mostrado los aficionados de la grada de animación. Sin embargo, la Ertzaintza ha realizado un cacheo generalizado en algunos de los accesos. Al menos en el caso de las torres 5 y 9, la policía autonómica ha realizado registros de arriba abajo a gran parte de los aficionados, algo que no suele ocurrir en los encuentros del Baskonia, tan sólo en los declarados de alto riesgo.

Además, durante todo el encuentro al menos una decena de miembros de los servicios secretos (es difícil saber si eran todos del Mossad o también había algún miembro de la Policía Autonómica) han estado dispuestos a lo largo del pabellón. Dos de ellos tras el banquillo, y el resto dispersos por las bocas de salida del segundo anillo o incluso sentados en la grada; bien con traje o con ropa de incógnito y mochilas, pero siempre con un evidente pinganillo en la oreja. Cuando quedaba un minuto para la conclusión todos ellos se han reunido tras el banquillo israelí. Allí es donde han surgido los únicos problemas con la grada, aunque en este caso han venido provocados por la actitud chulesca del presidente de Maccabi, Shimon Mizrahi.

El presidente, que siempre se ubica junto a la cancha pero fuera del banquillo, ha ocupado durante todo el encuentro la zona reservada a los fotógrafos, primero en uno de los bancos y posteriormente en una silla. Mizrahi, ataviado con una bandera amarilla, ha presenciado el partido con total tranquilidad, mientras al final de cada cuarto Gur Shelef, el histórico jugador israelí y ahora miembro del cuerpo técnico, le acercaba las estadísticas.

Sin embargo, en el penúltimo tiempo muerto del partido Mizrahi, que se encontraba a apenas dos metros de Indar, se ha encarado con la grada de animación baskonista, que mostraba banderas palestinas. Tras ser tranquilizado por miembros del Mossad, Mizrahi ha recorrido con total libertad el anillo bajo del pabellón.  Lo ha hecho en una actitud que ha encendido al público. Pese a ello, los responsables de seguridad del pabellón no han limitado sus movimientos ni sus actitudes, y tan sólo ha cesado en su actitud tras la recomendación de Shelef.