El parking 'fantasma' del Iradier
Cuatro meses después de su inauguración oficial, el parking del Iradier Arena sigue sin convencer a los vitorianos. Pese a estar situado a apenas 250 metros de la Calle Paz y a que cuenta con unas tarifas más baratas que las de la OTA, los vitorianos siguen sin aparcar en el parking. Hasta el momento […]
Cuatro meses después de su inauguración oficial, el parking del Iradier Arena sigue sin convencer a los vitorianos. Pese a estar situado a apenas 250 metros de la Calle Paz y a que cuenta con unas tarifas más baratas que las de la OTA, los vitorianos siguen sin aparcar en el parking.
Hasta el momento hay 92 plazas alquiladas en la segunda planta. Pero más allá de esto, el resto de la segunda planta y toda la tercera acumulan polvo. No se llena ni siquiera la primera planta.
Cada día apenas 40 vehículos entran al aparcamiento subterráneo, el más grande de Vitoria, con 792 plazas. Y desde que el 22 de enero el Baskonia abandonó el Iradier Arena, tan sólo en tres días la ocupación superó las 100 personas, coincidiendo con el sábado de Carnaval y con la Semana de la Moda de Gasteiz On.
Además, varios de los vehículos aparcados son de propiedad municipal. Es más, en esta imagen sacada el pasado viernes a las 19:00 apenas había 16 vehículos aparcados, de los cuales 6 eran del Ayuntamiento.
La competencia del Parking de Amárica, inaugurado un año antes pero gestado después, ha restado mucha afluencia. El de Amárica es más caro, pero está a apenas 50 metros de la Calle Dato. El caso es que las tarifas del Iradier Arena son más baratas incluso que la OTA. Es más, el abono mensual para trabajadores del centro y gente que necesite desplazarse hasta el centro alcanza apenas los 75 euros al mes, un precio inferior al de cualquier plaza de garaje de la zona.
Pero parece que la Plaza del Renacimiento a los vitorianos les pilla lejos. Y ahora la pregunta es si el Parking de Amárica, con 340 plazas, era realmente necesario como parking de rotación. En cualquier caso, el parking del Iradier es sin lugar a dudas el mejor lugar para que los Woodward y Bernstein vitorianos se reúnan con garganta profunda, ante la improbabilidad de que vayan a ser vistos.
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